DEL ZÓCALO A LOS PINOS: «¿Qué izquierda?…Lo deseable y lo posible».

Raúl CASTELLANOS

“¿QUÉ IZQUIERDA? …LO DESEABLE Y LO POSIBLE”; José Merino y Andrés Lajous, integrantes de Democracia Deliberada, al día de hoy un grupo de opinión que ganó en tribunales su reconocimiento como una corriente –sui generis- en el PRD, al cual, en una catarsis por los sucesos de Iguala renunciaron, respondieron un cuestionario planteado por el sitio “Horizontal” titulado ¿Qué izquierda?; el ejercicio teórico es interesante de cara a la necia realidad que priva en el amplio espectro de partidos políticos que se reivindican como tales, los cuales, en sus prácticas, estrategias y objetivos –dicen los expertos- contradicen el principió básico de “la izquierda unida jamás será vencida”; aquí algunas de las preguntas y respuestas, ¿Cuál es el estado actual de la izquierda partidista en México?, Merino opinó, “agencias de ejercicio de gasto y/o prerrogativas públicas para: controlar accesos a espacios de decisión; reducir al mínimo la incidencia ciudadana; y mantener intocados los mecanismos de distribución del poder público”, Lajous “hoy la izquierda partidista tiene certidumbres e incertidumbres, el PRD, el PT y MC han renunciado a la posibilidad de ofrecer algo más que un membrete para postular candidaturas, han renunciado a organizar a una parte de la sociedad para participar en la disputa del poder , no veo una salida fácil para la crisis de imagen que hoy tiene el PRD, vinculada a la corrupción interna y el oportunismo de su dirigencia y en el largo plazo me cuesta aún más trabajo ver cómo puede volver a ser una organización política, la principal incertidumbre es si el desastre es tan grave como para que un colapso pueda resultar positivo, en el caso de Morena, también hay certidumbres e incertidumbres, hay certidumbre en términos de la figura política dominante que hay en el partido, hay certidumbre sobre las limitaciones de AMLO y su liderazgo, pese a ello, en este momento hay una incertidumbre que será puesta a prueba, pronto veremos si quienes están construyendo Morena como partido pueden construir una organización con espacios de discusión, con la capacidad de crear opinión, establecer una agenda política y movilizarse o no”; en cuanto al futuro, “Horizontal” preguntó, ¿Cuáles son hoy las batallas fundamentales de la izquierda en México? ¿Quiénes son sus principales adversarios?, Merino responde “reducción de barreras de entrada a la participación electoral, maximizar rendición de cuentas vertical –representación política-, maximizar rendición de cuentas horizontal –transparencia, sistemas de alarma, reguladores, monitores, auditores, entes autónomos-, rediseño del sistema de justicia penal, consolidación de la política social en un sistema de seguridad universal”, Lajous por su parte plantea “la inclusión económica y política de las mayorías, entendida como igualdad en la consideración y el trato, me parece la madre de todas las batallas en nuestro país, es una batalla eminentemente política, una batalla no por la igualdad sino por la igualación, esto implica la confrontación con, y la corrosión de, toda jerarquía que no está justificada en público de forma práctica, temporal y circunstancial, esta igualación implica alterar la relación de fuerzas que existe entre los beneficiarios del orden existente y los maltratados por este orden, para que tal proceso de igualación sea posible se necesita una redistribución radical de los recursos organizativos de la sociedad, es la priorización de los estructuralmente débiles frente a los estructuralmente fuertes”; como se advertirá, Merino y Lajous son precisos y contundentes en el diagnostico y la propuesta, diríamos en lo deseable; en contraparte hay quienes cuestionan los juicios sumarios desde la academia, desde los cubículos de los doctorados en ciencia política o de las redacciones de los medios, la comodidad de la lejanía con la realidad, teorizar sobre el desastre a la distancia; diría uno de los clásicos hace tiempo “la política no es un jardín de rosas, no es lugar donde vayas a ver un arcoiris, la mayor de las veces es hacer un pacto con el diablo, no es encontrar unicornios”; como se advertirá la polémica da para mucho y se centra en la contradicción permanente entre el “deber ser” y el “ser”, teoría y práctica; en todo caso lo deseable que entra en la lógica de lo posible, sería que una vez que concluya la jornada electoral del 7 de junio, la izquierda, “haigan sido como haigan sido” –Calderón dixit- los resultados, se siente a debatir un proyecto unitario de cara al 2018, de no hacerlo sus posibilidades de ganar las presidenciales son prácticamente nulas, ¿por qué no, unas primarias con todos los que se apunten de todo el espectro de izquierda? para ir con un solo candidato presidencial y que cada partido a nivel legislativo vaya con sus candidatos propios, algo así como en el 88 cuando el FDN, sin descartar coaliciones parciales, ya es tiempo de dejar atrás el “somos pocos –o muchos más- pero bien divididos”…¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…..

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