ANDARES POLÍTICOS: Ricardo Monreal y los ministros, ¿desobediencia a ciegas?

Benjamín TORRES UBALLE

Cuando han transcurrido dos tercios del sexenio obradorista, las diferencias entre los diversos grupos de Morena se exacerbaron. Hoy, parece que las tersas formas políticas quedaron a un lado y simplemente hay una guerra intestina, en particular donde están las llamadas “corcholatas”. Vaya que la ambición por el poder, el anhelo de llegar a Palacio, es un aliciente férreo e irrenunciable.

Desde hace tiempo hay señales de que ciertos personajes relevantes de la autollamada cuarta transformación empezaron a tener una especie de deslinde con su máximo jefe político, Andrés Manuel López Obrador. El caso más notorio es el de Ricardo Monreal Ávila, el coordinador de los morenistas en el Senado y, además, presidente de la Junta de Coordinación Política. El zacatecano pasó de ser invitado frecuente para desayunar chilaquiles en Palacio con el mandatario, a ser relegado debido a las intrigas de otros personajes cercanos al tabasqueño. Craso error presidencial.

El zacatecano es un hábil operador político en la Cámara alta donde ha podido sacar adelante las iniciativas presidenciales. Desde el momento en que el Ejecutivo le aplicó una especie de ley del hielo y lo ignoró en la lista de presidenciables, López Obrador no hizo sino dar motivos suficientes a Monreal para cortarse el palaciego cordón umbilical. El rompimiento no se ha dado de modo abierto pero ahí está, a la vista de todos, como una fractura donde el más afectado es AMLO.

Una muestra reciente de que la voluntad obradorista sobre Ricardo Monreal se diluyó de manera muy importante es el nombramiento del nuevo presidente de la Mesa Directiva en el Senado. Se fue Olga Sánchez Cordero, imposición palatina, y Monreal Ávila operó para que se eligiera a uno de sus cercanos, el poblano Alejandro Armenta Mier. Mientras, los candidatos de López Obrador: Higinio Martínez, Gabriel García (otro zarandeado) y José Narro, se quedaron en la orilla.  

Con el control del Senado, Monreal fortalece su posición respecto a López Obrador y vigoriza sus aspiraciones para competir en el 2024 por la Presidencia o vender caro su apoyo a otro aspirante. La sagacidad del también exgobernador de Zacatecas es uno de sus grandes activos. En su cuenta de Twitter felicitó al presidente López Obrador por su cuarto informe de Gobierno, empero, también, en la misma red, ha enviado mensajes claros que, sin mencionarlo, aluden al Ejecutivo.

“El diseño de la división de poderes es parte fundamental de todas las repúblicas modernas. Siempre seré un defensor de la libertad, la pluralidad y la legalidad…”, tuiteó Monreal el pasado jueves. La dedicatoria es obvia. Aunque se empeña en negar que se entrometa en los otros dos Poderes de la Unión, Andrés Manuel López Obrador tiene una evidente injerencia en ellos.

Así, en las constantes arremetidas, el jueves reciente durante su conferencia mañanera, no se aguantó las ganas de tundir y exhibir a los ministros que él mismo propuso: Juan Luis González Alcántara Carrancá, Yasmín Esquivel Mossa, Ana Margarita Ríos Farjat y Loretta Ortiz Ahlf.

“Dije: Voy a tener oportunidad de proponer a ministros —hice mi cuenta— más los que estén ahí decentes, pues puede ser que logremos tener mayoría. (…) ¿Y qué creen? Me equivoqué, porque hice propuestas, pero ya una vez que propuse, ya por el cargo o porque cambiaron de parecer, ya no están pensando en el proyecto de transformación y en hacer justicia, ya actúan más en función de los mecanismos jurídicos”, se lamentó el señor Presidente de que esos ministros no lo obedecen.

Sin duda aparecerán más casos de rebeldes a la “obediencia ciega” que exige López Obrador a sus colaboradores. Y se manifestarán conforme se vaya agotando el dominio del tabasqueño en medio de las disputas de las diversas tribus morenistas y el natural pero inexorable desgaste que genera el ejercicio del poder. Hecho del cual no lo salvará la alta popularidad que aún conserva.

Desde luego que la gran mayoría de funcionarios beneficiados por el obradorismo tratan de nadar de a muertito, sin hacer olas, para seguir viviendo a costa de los contribuyentes, pero están conscientes de que se dirigen al final del sexenio y de los beneficios. Por ahora, son pocos los que se atreven a diferir de manera pública de las voluntades del presidente López Obrador como lo hace Ricardo Monreal, quien este sábado, mediante un video en redes sociales envió otro duro mensaje.

“No espero tener consideraciones, de verdad, solo deseo que haya respeto a nuestra autonomía, a mí la abyección no se me da, soy hombre libre, con criterio propio y autonomía. Tengo mi propia vida y mi propia historia. Y quizá tenga más adversidades en el movimiento…”.

Ya Monreal -quien por cierto presumió su visita con el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar a Zacatecas- marcó su distancia de AMLO. A éste no le gustarán los diversos mensajes de rebeldía, pero es consecuencia de errores políticos y de tomar decisiones con el estómago. Así, abrió la puerta a la “desobediencia ciega”.

@BTU15

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