Rosy RAMALES
En Oaxaca, una de las entidades favoritas del presidente Andrés Manuel López Obrador, la coalición de Morena puntea rumbo a las elecciones al Senado de la República, según una encuesta levantada a finales de septiembre, de la cual está escribiente solamente pudo ver una lámina y anotar tres cifras.
En el estudio demoscópico midieron dos pretendidas coaliciones: Morena-PT-PVEM y PRI-PAN-PRD.
Pretendidas porque aún no hay coaliciones formales registradas ante el Instituto Nacional Electoral (INE), entonces son hipotéticas, considerando además que en política nada está escrito y todo puede pasar en instantes. Qué tal que finalmente las coaliciones no se concreten tal como se proyectan, porque partidos dimitan en cada una o, se adhiera otro.
A la pregunta ¿por qué partido o coalición votaría por la senaduría del estado de Oaxaca?, la ciudadanía encuestada dijo en un 59% que por la coalición Morena-PT-PVEM, mientras que un 6% manifestó que por la coalición PRI-PAN-PRD. En tanto un 35% dijo no saber o no contestó.
Evidentemente tales porcentajes no representan proyecciones de votación; son solamente una idea sobre el ánimo ciudadano respecto de dos hipotéticas coaliciones electorales. Idea que seguramente tendrá variaciones cuando tales coaliciones, en caso de concretarse, presenten sus respectivas fórmulas de candidaturas por el principio de mayoría relativa.
Cabe recordar que hay ciudadanos, ciudadanas, que no votan por los partidos o coaliciones, sino por las personas. Y a la inversa, hay ciudadanos, ciudadanas, que religiosamente votan por un partido político o coalición sin importar el perfil de las candidaturas.
Y bueno en el estudio en comento no se consideró a Movimiento Ciudadano, partido que competirá solo, según planea hasta el momento la dirigencia nacional. Dependiendo de quiénes integren sus fórmulas de candidaturas, puede que jale votos de una de las dos coaliciones, de las dos, o del grueso de indecisos.
En fin. Ya con candidatos, candidatas, formalmente registrados ante el INE es otra cosa. Si Morena se confía en la fuerza de su marca, se le puede complicar el panorama con candidaturas endebles.
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