CRÓNICA EXPRÉS: ¿Qué está pasando en Oaxaca?

¿Crimen y alianzas política?

Rosy RAMALES

La ejecución del dirigente de la Confederación Joven de México, Juan Yavhé Luis Villaseca, y tres personas más, tiene facha de un ajuste de cuentas entre miembros de sindicatos o entre miembros del mismo sindicato, pero lejos de un simple pleito por cosas comunes.

Porque fue una ejecución. A nadie matan tan a sangre fría vaciando el arma de fuego sin importar la vida de personas inocentes, como el menor de edad que viajaba en la camioneta Ford tipo Raptor junto con sus padres (Villaseca y esposa). 

Dicen que los agresores se bajaron de la unidad de motor en que se trasladaban, para disparar en contra de Villaseca y acompañantes, a quiénes seguían dándoles alcance cerca del Parque del Amor; una zona muy transitada porque es crucero de periférico, hay paradas de transporte público y escuelas e instalaciones del DIF estatal.

Parece una disputa por una plaza de actividades ilícitas. Máxime con los antecedentes de los liderazgos sindicales y la mala fama de la gremial, de por lo menos dos sexenios atrás, en que sindicatos de transportistas se disputaban las obras a punta de balazos. Hoy ya son palabras mayores: Ya se disputan la compra venta de puestos en mercados establecidos, ambulantes y el liderazgo del narcomenudeo.

Y, al parecer, no se trata solamente de la compra-venta de espacios, sino todo lo que tales espacios implican en los pasillos de la delincuencia organizada. ¿O acaso es casualidad el reciente decomiso de productos ilícitos en la Central de Abastos? ¿El reciente asesinato de una persona en este mercado? ¿La operación Sable en la zona?

Desafortunadamente para Oaxaca, existen organizaciones sindicales cuya siglas son ya pura fachada, un parapeto para obtener protección e impunidad. 

Lo más lamentable es la ejecución de personas inocentes.

Lamentable también el desperdicio de las acciones coordinadas entre la Fiscalía General de Justicia del Estado de Oaxaca, las policías estatal y municipal, la Guardia Nacional, y demás instituciones, para poner orden tanto en los mercados como en las belicosas organizaciones sindicales. 

Porque mientras existan alianzas políticas con bandas criminales camuflajeadas de sindicatos, seguirá habiendo ejecuciones. ¿O no?

Y lo peor, envenenamiento de la sociedad mediante actividades ilícitas.

Lamentable también que mientras el gobernador Salomón Jara Cruz se afana en dignificar la vida de policías y en procurar más inversión en seguridad pública, sus allegados echen a perder las buenas acciones con sus ambiciones de control.

Ya la gente empieza a creer lo que se dice, aunque no sea cierto.

Y eso es riesgoso para las elecciones intermedias del 2027 y para la sucesión del 2028. 

Ni la operación Sable, ni ningún otro operativo, tendrá éxito mientras haya alianzas políticas con el crimen. El más claro ejemplo es Juchitán de Zaragoza en pleno; y en la capital oaxaqueña, esas células conocidas como gremiales. 

¿Qué está pasando en Oaxaca?

***

rosyrama@hotmail.com


Descubre más desde Rosy Ramales

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *