Rosy RAMALES
Jorge Carlos Ramírez Marín decidió abandonar al Revolucionario Institucional, porque este partido, vía su dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas, pactó con el PAN la postulación de Renán Barrera Concha (munícipe de Mérida) a la gubernatura de Yucatán, actualmente gobernado por Mauricio Vidal Dosal.
Y ambos panistas, Renán y Mauricio, representan al grupo político y al partido que siempre combatió Ramírez Marín. Entonces ¿cómo permanecer en el PRI? ¿En el Frente del PAN-PRI-PRD para hacer campaña a favor de rivales políticos? Entonces tiene lógica la dimisión de Jorge Carlos, en cuya carta de adiós dirigida a Moreno Cárdenas cita:
“Una alianza con Acción Nacional para la gubernatutura o cualquier otra posición política del estado nos hace cómplices de esta política rapaz que hoy se aplica.”
Lo anterior puede traducirse en que no en toda la geografía del país, será opción la coalición PAN-PRI-PRD, menos si las candidaturas a los cargos populares para las elecciones concurrentes de 2024 se deciden a nivel de cúpulas partidistas en vez de seleccionarlas por métodos democráticos o al menos mediante consenso; y menos si no representan un cambio.
La decisión de Ramírez Marín puede verse como un mero ‘chapulineo” en busca de la candidatura. Sin embargo, en su carta dice: “Aún (si) las circunstancias hicieran que no me correspondiera encabezar este proyecto, haré el mismo esfuerzo, pondré el mismo afán y procuraré convertirme en la fianza o garantía que haga que el próximo gobierno no se aparte de los objetivos trazados y traicione el proyecto.”
Está decidido a que se produzca un cambio en Yucatán.
Y en esa ruta buscó la vía del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para convertirse en el candidato de la coalición con Morena, si las encuestas le favorecen en el proceso para la coordinación estatal de defensa de la transformación, cuyo registro se cerró este martes. Hasta donde se sabe, él se inscribió.
Su incorporación al Verde primero en la bancada del Senado no se dio de la noche a la mañana, sino fue producto de un cabildeo político de varias semanas en el que puenteó el senador Raúl Bolaños Cacho Cué, incluso con Morena para presentarlo como prospecto al gobierno de Yucatán.
Es una ruta prudente. Porque si Ramírez Marín hubiese buscado la candidatura por Morena seguramente se encontraría con la resistencia sin cuartel de la militancia guinda. En cambio esta resistencia se suaviza siendo propuesta del Verde, en el entendido que Morena, el Verde y el PT, al ir coaligados para las elecciones de los gobiernos locales, los tres tienen derecho al menos a proponer candidaturas.
En fin, si Ramírez Marín consigue el puntaje de la encuesta y sumar a los morenistas puede convertirse en el gobernador de Yucatán, máxime si como dicen tiene toda una estructura política que ha construido durante años. Si no resulta candidato, va a aportar su capital político a quien obtenga la candidatura primero como titular de la coordinación estatal de defensa de la transformación.
¿LE PEGA AL FRENTE?
Con todo y que parezca “chapulín”, “traidor”, “esquirol”, la dimisión al PRI de Jorge Carlos Ramírez Marín sí le pega al Frente Amplio por México.
De entrada mediáticamente porque pone en tela de juicio a los gobiernos panistas desde el ángulo yucateco, segundo porque manda el mensaje de que el Frente no es la opción rumbo al 2024 sobre todo cuando se niega a aceptar que la alianza con el PAN sea el único camino que le queda al PRI, y tercero porque se llevará votos priistas sea o no el candidato.
Así hasta el momento. Porque las circunstancias pueden cambiar de aquí al día de la jornada electoral.
¿Y XÓCHITL?
Si el PAN y el PRI pactaron la candidatura al gobierno de Yucatán para el panista Renán Barrera sin pasar por un proceso interno, ¿tiene el visto bueno de la virtual candidata presidencial del Frente Xóchitl Gálvez Ruiz? ¿Se enteró de las inquietudes de Jorge Carlos García Marín antes de la dimisión de éste?
Porque si no, ni siquiera sabrá por dónde cerrar boquetes.
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