Rosy RAMALES
Como ya saben, según la Fiscalía General de Justicia del Estado de Oaxaca detuvo a un partícipe de la agresión con ácido a la saxofonista mixteca María Elena Ríos, quien sería el probable autor material de dicha tentativa de feminicidio.
Aunque la familia de la María Elena desmintió que el sujeto detenido el lunes pasado sea el autor material del atentado, sino solo acompañaba al hombre que roció ácido a la saxofonista.
Y cuando el Fiscal, Rubén Vasconcelos Méndez, confirmó tal detención, un reportero de la fuente le preguntó si en realidad se procuraría justicia o quedaría impune como en el caso de la foto-periodista María del Sol Cruz Jarquín, cuyo asesinato ocurrió hace más de un año.
El Fiscal aseguró entonces que el caso María del Sol no ha quedado impune, que el proceso continúa y va en la etapa intermedia. ¿Será? Porque la lentitud en el avance ya parece dilación tanto en la procuración como en la administración de justicia; aunque ésta última ya cae en otra esfera.
En fin, hay un dato común en ambos casos: La presunta participación de políticos.
En el caso María del Sol, presuntamente habría sido enviada a Juchitán de Zaragoza por el entonces Secretario de Asuntos Indígenas, Francisco Montero, a cubrir la campaña electoral a la presidencia municipal de su hermano Hageo Montero.
Ahí se presume la comisión de un delito electoral, pero la Fiscalía competente no mueve una hoja de papel sin la anuencia del Fiscal General y éste no mueve una pestaña sin la autorización de otras personas. Cuando menos eso parece. Amén del delito electoral, están los relativos al fuero común.
Y en el caso de María Elena Ríos, un político ha sido señalado por familiares de la víctima como presunto autor material: El ex diputado local Juan Antonio Vera Carrizal.
Francisco Montero está relacionado con el grupo político en el poder de extracción priista. Mientras, Hageo y Vera fueron candidatos de las coaliciones PRI-PVEM-Panal en las elecciones concurrentes del 2018. Aunque según lo dicho por familiares de la saxofonista, Juan Antonio también ha participado en eventos de políticos emanados de Morena.
Tales ingredientes han generado la politización de los casos. Cuando menos así ha sido visto por la sociedad oaxaqueña, generándose la sospecha de que nadie procederá en contra de los poderosos relacionados en sendos hechos.
Incluso, en el caso de María del Sol desde el principio hubo quienes tuvieron la intención de desaparecer toda evidencia relacionada con la Secretaría de Asuntos Indígenas y el entonces candidato a la presidencia municipal; fueron capaces hasta de robar el equipo de cómputo y fotográfico de la víctima.
Como reza el principio procesal, nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, Vera Carrizal goza de la presunción de inocencia. Y él, como los Montero, han dicho hasta la saciedad ser inocentes de cualquier participación en los hechos relacionados con las víctimas.
Pero en el caso de María del Sol hay evidencias de lo contrario. Claro, no son los autores materiales ni intelectuales del asesinato de la foto-periodista, pero los hechos los aproxima a cierta responsabilidad en el delito electoral.
En el caso de la saxofonista mixteca, hay un detenido, quien si no es el autor material, quizá le resulte algún grado de participación al ir acompañando al autor material y puede ser el hilo de la madeja para dar con éste y con el autor intelectual del rociado de ácido en la cara y en el cuerpo de María Elena.
Ojalá, como dijo Vasconcelos Méndez, la Fiscalía General investigue los hechos sin asomo de tintes políticos, y que ni presiones de ésta naturaleza desvirtúen las agresiones para favorecer a poderosos.
El Fiscal prometió dar resultados en ambos casos. Aunque la promesa no basta, los familiares de las víctimas exigen resultados y pronto.
La mirada nacional e internacional está puesta en la Fiscalía y en el Gobierno del Estado de Oaxaca.
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