Rosy RAMALES
Dicen que en breve saldrá una encuesta que refleja prácticamente un empate técnico rumbo a las elecciones al Senado de la República, pero no entre las candidaturas de Morena (Antonino Morales Toledo y Luisa Cortés García) y las candidaturas del PT (Benjamín Robles Montoya y Karla Jiménez Carrasco), sino entre las candidaturas del PVEM (Laura Estrada Mauro y Roberto Camerino Pérez Delgado) y las candidaturas del PT.
En esa encuesta, dicen, Nino y Luisa salen arriba del 60% en la preferencia electoral; Laura y Roberto con alrededor del 12% y Benjamín y Karla con un 10%. Mientras las fórmulas del PRI estarían entre el 8% y 7%, las de Movimiento Ciudadano en el 4% y las del PRD en el 3%.
Bueno, aunque falta ver si es exactamente preferencia electoral o es el conocimiento que las personas encuestadas tienen de candidatas y candidatos.
Pero un porcentaje superior de las candidaturas de Nino y Luisa y mayor al 55% es creíble en función de la fuerza electoral de la marca Morena, prácticamente se corresponde con la preferencia electoral en Oaxaca de la candidata presidencial morenista Claudia Sheinbaum; que incluso a nivel nacional sale con más del 60%, al menos así la registra la última encuesta De las Heras, Demotecnia (https://www.demotecnia.com.mx/encuesta-nacional-abril-2024/ ).
Además, la presencia del presidente AMLO (jefe político de Morena) y las acciones del gobierno federal en la entidad oaxaqueña tienen su rédito electoral, así como las acciones de la administración del gobernador Salomón Jara Cruz, jefe morenista local.
Pero un crecimiento de Laura como candidata del PVEM, es extraño; sería un fenómeno sui géneris, un caso atípico. Laura no había crecido ni en el proceso interno de Morena para encabezar la segunda fórmula, Susana Harp traía más puntaje; y dado el choque de trenes, Morena mejor postuló a Luisa. Y de ahí es que mandan a Laura vía Verde, pues se había quedado sin candidatura.
Además, el Verde nunca ha sacado más de 100 mil votos en el estado de Oaxaca. En la elección al Senado del 2018 sacó 59,167 votos, en la elección de diputaciones federales del 2021 sacó un total de 64,746; y en la elección de gobernador del 2022, apenas 21,033 votos.
El Verde en la entidad no es un partido político que por sí mismo le dé votos a determinada candidatura; debería ser al contrario, la candidatura darle votos al partido. Pero en el caso de Laura no se ve así, al menos por ahora.
Lo que sí puede ser es que llegue a funcionar la mega estrategia desplegada en torno a Estrada para hacer que quede en segundo lugar en la elección al Senado: La incorporación de desprendimientos priistas como el caso de Alejandro Avilés Álvarez (a cambio de la postulación de éste), la postulación de morenistas como candidaturas del Verde como son los casos de Luis Alfonso Silva Romo (al Senado vía pluri), Ray Chagoya (a la presidencia municipal de la capital oaxaqueña), y Tania López Lopez (a la diputación local vía pluri; los tres morenistas vienen haciendo una intensa campaña y se han puesto las pilas para promocionar el voto a favor de Laura.
Va a ser interesante ver el resultado de la estrategia, que además incluye otras tácticas.
Pero por el momento, un crecimiento de Laura de 0.00 al 12% como postulación del Verde resulta tan inverosímil como el crecimiento de Benjamín Robles del PT a un 19.5%, que es el porcentaje con el cual sale en la encuesta de Arias Consultores. En la elección al Senado del 2018, el PT obtuvo 122,476 (en coalición con Morena); en las elecciones de diputados federales del 2021, 116,858 votos; y en la elección de gobernador aportó 54,931 votos.
Ciertamente, Benjamín tiene cierta presencia en la entidad gracias a su permanente campaña mediática. Por eso los partidos de la 4-T consintieron su postulación al Senado como opción para el “Plan C” (quedarse con la senaduría de primera minoría). Sin embargo, una cosa es la presencia, y otra la preferencia efectiva. Además, el PT dista de ser un partido político con suficiente estructura electoral y de fuerza arrolladora (al menos por el momento).
Y las elecciones se ganan con estructura; lo mismo para ganar perdiendo, que es el caso del escaño de primera minoría.
Benjamín quiere ganar, pero si no le da (que es lo más probable), entonces mínimamente quedarse con la senaduría de primera minoría, al fin que en el ejercicio del cargo tiene los mismos derechos que la senaduría de mayoría relativa.
Ah, pero si Benjamín gana, u obtiene la tercera senaduría, quizá sería el inicio del fin del grupo morenista en el poder local. Porque Robles Montoya no quitará el dedo del renglón de la gubernatura, para él o para un cuadro femenino cercano. Por cierto, para la próxima sucesión aún no hay nada escrito en cuanto al género, y como va la gubernatura de dos años, de la próxima a la siguiente puede pelearla un hombre.
Entonces para el grupo local y para todo Morena, es mejor que Laura quede en segundo lugar en la elección al senado, y, en consecuencia obtenga la senaduría de primera minoría, lo cual no la haría en automático el prospecto para la sucesión, menos si se considera cómo se mueven las cosas en el partido guinda a nivel nacional donde toman decisiones sin importarles el liderazgo, el pulso y el ánimo local.
Ya si de plano fuese en contra el escenario de la jornada electoral para Laura, a lo mejor el ganón es el PRI (Carmelita Ricárdez) con una manita morenista. Son los riesgos de inflar candidaturas en estudios demoscópicos.
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