Rosy RAMALES
Después de las fiestas decembrinas, las precampañas presidenciales, a senadurías y a las diputaciones federales entrarán a la recta final considerando que las mismas concluyen el 18 de enero del 2024, conforme lo estableció el Instituto Nacional Electoral (INE) al hacer el ajuste del plazo ordenado por la Sala Superior del Instituto Nacional Electoral (INE).
Aunque prácticamente las únicas precampañas que se han visto son las presidenciales, porque la mayoría de los partidos políticos nacionales todavía andan en la definición de las candidaturas para la integración de ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Andan algo atrapados en acomodar las acciones afirmativas, y aquellos que van coaligados aún platican para hacer uno que otro ajuste al respectivo convenio de coalición antes del vencimiento del plazo ex profeso que es previo al registro de candidaturas ante los órganos competentes del INE.
Así que lo más seguro es que la mayoría de quienes resulten candidatos y candidatas a senadurías y diputaciones federales no hagan precampaña, porque los partidos políticos y coaliciones aterricen las definiciones agotándose el plazo o posteriormente; incluso, pueden llevarlas hasta el momento del registro de las candidaturas.
Incluso, a veces suele ser estrategia de los partidos políticos para evitar reportar gastos de precampañas de diversos cargos de elección popular, o para inyectarle todos recursos a la respectiva precampaña presidencial, que se supone son la prioridad. Aunque ahora con la lucha por la mayoría legislativa, también deberían tener importancia las precampañas a las senadurías y diputaciones federales.
Sin embargo, también se entiende que los partidos políticos intentan sacar candidaturas de unidad, y cuando no es posible, las determinan mediante encuestas. En fin, todo depende del procedimiento interno de selección de candidaturas que hayan reportado ante la autoridad electoral.
En cuánto a las precampañas presidenciales, éstas más bien han tenido un desarrollo muy parecido a las campañas, empezando con los promocionales y propaganda aún cuando lleven el distintivo de interna. Éste cubre una formalidad, pero los mensajes en realidad van dirigidos a la ciudadanía en general.
Después de las precampañas, habrá candidaturas. En el caso de la elección presidencial, no hay vuelta de hoja: Por la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT-PVEM) será Claudia Sheinbam Pardo, y por la coalición “Fuerza y Corazón por México” (PAN-PRI-PRD) será Xóchitl Gálvez Ruiz.
Vaya, no tienen competidor (a) interno; son precandidatas únicas. Por lo mismo, las precampañas vienen siendo una simulación, pues las precampañas deberían ser para que la militancia de los partidos políticos y en su caso los simpatizantes, elijan la candidatura de entre más de dos opciones internas.
Falta conocer la candidatura presidencial de Movimiento Ciudadano, y la o las candidaturas independientes que obtengan el registro por parte del INE.
Y una vez que el Instituto apruebe las candidaturas a los distintos cargos populares, vienen las campañas electorales que concluyen tres días antes del día de la jornada electoral.
El periodo de campañas empezará el 1 de marzo para concluir el 29 de mayo de 2024.
Pero antes, hay dos periodos importantes:
La intercampaña, del 19 de enero al 29 de febrero.
Y el registro de candidaturas ante el INE para el análisis del cumplimiento de requisitos, del 15 al 29 de febrero.
Son dos períodos cardíacos. En el primero las candidatas y los candidatos no deben realizar actos proselitistas, porque corren el riesgo de ser sancionados; y en el segundo, suelen ocurrir los primeros reveses por incumplimiento de requisitos de elegibilidad o como sanción por violaciones a la ley electoral.
En fin, se aproximan los momentos candentes electorales.
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