Raúl CASTELLANOS
“2018 EL FACTOR BELTRONES”; el 2 mayo del 2001 conversé con Manlio Fabio Beltrones, eran tiempos de reflexión, su relación con el presidente Zedillo, después de haber sido –en buena- medida el operador de su designación –vía un video- a la muerte de Luis Donaldo Colosio, terminó no siendo la mejor, se iniciaba el sexenio de Vicente Fox y ya se advertía el desaseo de su gobierno, de esos y otros temas expresó su visión, en un momento, cuando narraba su presencia en Lomas Taurinas aquel fatídico 23 de marzo y en referencia al entorno de crispación que prevalecía en aquella época y el protagonismo de los personajes, que directa o indirectamente estuvieron vinculados, me dijo “la verdad, es que todo ser humano tiene una oportunidad protagónica en la vida y es cuestión de él si la aprovecha o no”, tales palabras, al día de hoy, me parecen premonitorias, aplicables a su persona; largo sería repasar su trayectoria, formado en sus inicios en la cercanía de Fernando Gutiérrez Barrios, lo recuerdo cuando Sub Secretario de Gobernación haciendo mancuerna con el entonces Director General de Desarrollo Político, Arturo Núñez -que lo sustituyó cuando se fue a gobernar Sonora- operaron la que en opinión de la mayoría de estudiosos, es la madre de todas las reformas políticas, por sus alcances, los consensos alcanzados, el clima –político- prevaleciente después de la cuestionada elección de 1988 y porque, a partir de ella se desencadenaron las siguientes –reformas-, la de 1994, impulsada por Manuel Camacho como respuesta a los reclamos zapatistas, conocida como de “Barcelona” –en referencia a la calle donde estaba la oficina alterna de Jorge Carpizo, Secretario de Gobernación, sede de las negociaciones-, la de Zedillo, mal llamada “definitiva” y las subsecuentes, algunas auténticos catálogos de ocurrencias por no decir de contra reformas; pero vayamos al tema –especulativo por supuesto-, aspirante a la candidatura presidencial de su partido en el 2012, se retiró de la contienda ante el evidente carisma de quien es hoy presidente, diría uno de los clásicos “al no poder ganar decidió no perder”, su peso especifico lo llevó a San Lázaro, desde donde ha operado con habilidad para alcanzar consensos, equilibrios y sacar las reformas pactadas, su estilo personal lo ha convertido –de siempre lo ha sido- en un interlocutor confiable para la oposición y diversos grupos de poder, sociales y económicos; en este contexto, la vida parece colocarlo ante la gran decisión, en la que se advierten tres opciones, la primera, retirarse tranquilamente a escribir sus memorias, como parecen desear sus adversarios, de dentro de su partido; la segunda, acceder a la dirigencia del PRI con la plena anuencia –o como una necesidad política o mal menor- del líder real para conducir la campaña de quien resulte su candidato presidencial, lo cual, dado como se advierte el ambiente, podría llevarlo a convertirse en un presidente testimonial –en el mejor de los casos- lo que no está en su naturaleza o ser relevado y a lo mejor dar vueltas en círculo, esto es, volver al Senado o a la cámara de diputados y la tercera, la de más riesgo político pero a su vez la que luce más apasionante, una vez entregada la estafeta en septiembre, aunque tendría que ser antes porque el relevo en el PRI debe darse pasando la elección –por lo menos eso aconseja el librito- “quemar sus naves” y anunciar que va por la candidatura presidencial del PRI y ponerse a construir su estructura; tal decisión –opinan los expertos consultados- podría concitar que todo el aparato se le viniera encima, lo cual es difícil –aunque no imposible- el “horno no está para bollos”, otros opinan que es lo mejor que podría pasarle al PRI y a su líder real, quien si aplica el pragmatismo del que –en ocasiones- ha hecho gala, le permitiría elevar el nivel de la contienda interna y que gane el mejor; pero vamos a suponer, recordemos que estamos especulando, que le juegan “cubano”, ¿se atrevería a dar el paso adelante?, de sobra se sabe su interlocución real con la izquierda, con toda, pero en particular con la que es mayoritaria en el PRD, e incluso con la derecha, aunque no lo veo ahí, hay demasiado encono en ese partido; independientemente del resultado del 7 de junio, al día de hoy se perfilan –para el 2018- por el PAN –salvo un imponderable no deseado- Gustavo Madero, Margarita Zavala o Moreno Valle citados en orden de posibilidades, en el PRI, dando por excluido a Beltrones, solo se ve a Luis Videgaray y Osorio Chong –y viceversa, o sea en igualdad de posibilidades-, Morena ya tiene candidato en campaña y en el PRD, Mancera “deshoja la margarita” – y se enreda hasta en pleitos de vecindad con Ebrard-, Graco Ramírez ha levantado la mano y Arturo Núñez no se ha pronunciado sobre el tema; en este escenario el gozne de la elección lo sería el candidato del PRD, si es uno débil, Andrés Manuel se volverá a convertir en la opción y muy posiblemente veremos otro final de fotografía, esta vez con el PRI, por el contrario si el candidato del PRD es altamente competitivo, la elección se parte en tercios, este es el peor escenario para El PAN, Madero llegaría muy desgastado, para la señora Zavala, en cualquier condición su esposo terminará siendo un lastre –al tiempo- y Moreno Valle difícilmente le alcanzaría el espacio mediático para posicionarse a nivel nacional y todo puede pasar, aunque por la solidez de su estructura y detentar el poder, el PRI tendría cierta ventaja…a menos que por la izquierda, el PRD en coalición con el PT y MC –que rompieron con Morena- llevaran a Núñez o Beltrones, por supuesto todo es especulación…¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?….. RAÚL CASTELLANOS / RCMULTIMEDIOS.MX http://rcmultimedios.mx/politica/45307/del-zcalo-a-los-pinos#.VVrMOIBsHY8.mailto
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