Raúl CASTELLANOS
“LA PENA DE MUERTE TIENE QUE VER CON LA VENGANZA ANTES QUE CON LA JUSTICIA” –Martín Prieto dixit-; “y además no resuelve nada” concluye, en lo cual coincidimos, es la confesión más evidente de un Estado Fallido; “nuestra decisión es unánime se desestima el recurso interpuesto por los cinco acusados, condena y sentencia confirmadas” expresó sin la menor emoción el juez de la causa, en la lejana Malasia, serán ahorcados; José Regino, Luis y Simón González Villarreal son tres hermanos de origen humilde, trabajaban en un horno de ladrillos, en Culiacán, de donde partieron en busca del “sueño asiático”, fueron detenidos hace –casi- ocho años por la “policía Real” en la provincia de Johor, en una fábrica –laboratorio- de metanfetaminas, ellos han alegado reiteradamente que su único delito –o mala suerte- fue estar el día equivocado, a la hora errónea, en el lugar sospechoso, que solo hacían el aseo de la fábrica y desconocían para que “servían” los equipos ahí instalados; una de sus hermanas comenta “no nos dijeron nada de adónde iban, creo que ellos tampoco sabían adónde, el que se encargó de los trámites del pasaporte fue el amigo –que como suele suceder no lo era tanto- que les dio ‘trabajo’, lo único que les dijo fue que iban a necesitar esos papeles, porque iban fuera”; en su defensa se han argumentado violaciones, a sus derechos humanos, garantías individuales, debido proceso, manipulación de pruebas, sin el menor éxito, lo cual no es de extrañar si por ahí se las gastan como por aquí, con el agravante del idioma, debe haber sido terrible para los paisanos en desgracia tener que quedarse con cara de “what” durante el juicio, al no entender ni madres –perdón por la expresión- de lo que se hablaba –durante el juicio-; ¿inocentes o culpables? A estas alturas es lo de menos, en la lejanía parece evidente que son unas víctimas más de las asimetrías sociales, diría un simpatizante de la “Band of brother’s” con el que me tope antier, “que son tres más” y pues sí, visto –el tema- bajo la óptica de la “Guerra del calderonato”, que pueden significar –para ellos- tres “daños colaterales” más entre las decenas de miles de muertos que provocaron; por su parte la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana, con buen sentido de oportunidad expidió un comunicado “el gobierno lamenta la imposición de la pena de muerte a los hermanos González Villarreal y, con pleno respeto a la legislación interna de Malasia, ratifica su posición contraria a la aplicación de la pena de muerte” y vía un subsecretario de “algo” expresó que “seguirán las gestiones diplomáticas” para intentar se les conmute –la condena- por cadena perpetua, lo cual en “buen romance” es nada, tal vez, valdría la pena que nuestro Canciller Meade, que tan buena interlocución mantiene con reyes y reinas, organice un viaje a Putrajaya, capital administrativa de Malasia para pedir al Sultán, de manera comedida pero enérgica, les conceda el indulto, es lo menos que puede esperarse de la sensibilidad que ha demostrado, sería un acto que honraría al gobierno mexicano, en estos tiempos en que todo «lo que parece es» -Reyes Heroles dixit-; Albert Camus sostiene “que un hombre debe ser absolutamente suprimido de la sociedad porque es absolutamente malo, equivale a decir que ella –la sociedad- es absolutamente buena, lo cual ninguna persona sensata puede creer en la actualidad”, para Camus “el castigo no funciona, sobre todo porque esa sociedad que le condena no cree en el ejemplo del que habla, además, porque no existen razones para creer que la pena de muerte puede ser aleccionadora para la sociedad, ya que siguen existiendo asesinos –o delincuentes- aún en los condados –países- donde está legalizada”; John Dos Passos, defensor de los anarquistas Sacco y Vanzetti es más lapidario en sus juicios “con la muerte de los asesinos, los ciudadanos pueden santificar sus bajas pasiones y deshacerse de la responsabilidad de colaborar con la reinserción de asesinos en la sociedad, la pena de muerte se ha convertido en una manera en la que los gobiernos amenazan, las sociedades exculpan y los individuos soportan”; como se advertirá el tema es de gran profundidad y seriedad, aunque, como suele suceder en este nuestro país, mágico y surrealista, cual si fuere una broma cruel, el PVEM la ha asumido –la pena de muerte- como una de sus propuestas emblemáticas, el mismo partido al que pertenece el “niño verde” que recién se acaba de casar vistiéndose de “charro Ponciano”…pero esa, esa es otra historia…¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…. RAÚL CASTELLANOS / RCMULTIMEDIOS.MX http://rcmultimedios.mx/politica/44958/del-zcalo-a-los-pinos#.VT2qcD9q0J0.mailto
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