Raúl CASTELLANOS
“OBVIAMENTE ESTO ES UN ENCUENTRO HISTÓRICO” –Barack Obama dixit-; ambos llegaron puntuales a la cita en una sala del Centro de Convenciones de Panamá, al término –oficial- de la Cumbre de las Américas, en la que con precisión diplomática, recorrieron los pasillos, se estrecharon la mano en presencia del Presidente anfitrión, escucharon con atención los recíprocos discursos, evidentemente acordados los textos, incluso en las palabras no escritas, que definieron el contexto del tono, el de Obama conciliador, “ahora estamos en condiciones de avanzar en el camino hacia el futuro” expresó, el de Castro, duro en el recuento histórico de las agresiones sufridas, pero tendiendo puentes hacia el futuro y exonerando a Obama; eran las 2:45 pm. hora local, ambos de traje gris, camisa blanca y corbata en tonos similares de azul, la de Raúl tirando a gris, distintivos en las solapas, calcetines negros, aparecieron sonrientes, si acaso Castro evidenciaba cierta tensión, Obama de pierna cruzada, dominando la escena, el ritual no era para menos, le daban “cristiana sepultura” a más de medio siglo de tensiones, paradójicamente la única reunión en condiciones similares de tiempo –solo de tiempo- lo fue la que sostuvieron el entonces Vicepresidente Richard Nixon y Fidel Castro en abril de 1959; es una obviedad decir que el hecho fue el centro de atención de toda la Cumbre, la marcó, es tal vez la primera de las siete celebradas en la que se presentan definiciones de fondo en torno a un tema concreto de la Geopolítica Latinoamericana –por no decir mundial-; generó, como ninguna otra un ambiente de distención, que habrá que esperar como y hasta donde se traduce en las relaciones bilaterales de los EE UU con los países de América Latina, sobre todo en el ámbito económico y financiero, en este momento en que la recuperación norteamericana es un hecho real y las crisis de varios gobiernos nacionales tocan fondo, incluso es una incógnita hasta donde pueda llegar Obama, ya en el tramo final de su mandato, con un Congreso dominado por los republicanos y una Hillary ya en campaña, incluyendo dos temas fundamentales respecto a Cuba, el levantamiento del bloqueo y el tema de la base de Guantánamo -ambos cuidadosamente negociada su mención en el discurso de Castro, trasladándole al Presidente de Ecuador el reclamo en su intervención-; impactará –también- en las relaciones de los países –con EE UU- a los que Cuba ha cobijado ideológicamente, para nadie es un secreto que el discurso antiimperialista de Evo, Maduro, Correa, Ortega, con matices el de Cristina Fernández y la misma Dilma Rousseff, se sustenta en la lucha contra el imperio, el mismo –imperio- con el que ha pactado su referente histórico; Rafael Correa, afirmó “ hoy asistimos a un evento histórico, en un triunfo irrestricto de la dignidad, la soberanía y la solidaridad entre los pueblos, acogemos a la hermana república de Cuba como un miembro de pleno derecho de este foro, del que nunca debió ser excluida, sin embargo nuestra alegría no puede ser completa, aun queda por extirpar el inhumano e ilegal bloqueo contra Cuba, también está pendiente la devolución a Cuba del territorio ocupado de Guantánamo”; en este contexto, Nicolás Maduro, es posible, sea quien más recienta el deshielo de las relaciones entre la Habana y Washington, “estoy dispuesto a hablar con el Presidente Obama con respeto y sinceridad cuando él quiera” afirmó, para luego condicionar el encuentro a la derogación de la “desproporcionada e irracional” orden ejecutiva –decreto- expedida por el gobierno de Obama, declarando a Caracas como una “amenaza”; Cristina Fernández habló poco –lo ofreció y lo cumplió- pero resumió un sentir que compartimos “Cuba está aquí porque luchó por más de 60 años con una dignidad sin precedentes, el verdadero triunfo de la revolución cubana es este…estar hoy aquí”; por el mismo tenor se expresó el resto de los mandatarios asistentes; México por su parte asumió un bajo perfil, la prudencia así lo aconsejaba, lo sucedido en Panamá es una derrota para la diplomacia mexicana, en la parte oscura de la historia está grabada la estólida actitud del panista Vicente Fox, que vale la pena recordar –en su parte más evidente- para no volver a tropezar con la misma piedra…”déjame hacerte una propuesta…dígame, estoy dispuesto a escuchar una transacción…por qué no vienes el jueves por la mañana ya que tienes tu discurso a la una de la tarde…no se preocupe, yo lo ayudo en todo, no lo molesto en nada, no tiene que invitarme a las comidas…no es para tanto, inclusive te invito al almuerzo de ese día, inclusive te puedo sentar a mi lado, pero una vez terminado el evento te regresas…¿a la isla de Cuba? ¿o al hotel?…a la isla de Cuba…correcto…Fidel ¿te puedo pedir otro favor?…dígame ¿en qué más puedo servirlo?…pues básicamente no agredir a Estados Unidos o al presidente Bush…yo comprendo todo, estoy dispuesto a cooperar con usted, me limitaré a cumplir sus órdenes, yo como y me regreso”…¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido …RAÚL CASTELLANOS / RCMULTIMEDIOS.MX