*.- Martín y Benjamín enviaron mensaje
*.- ¿Qué en el fondo, Jaime sí quiere?
Rosy RAMALES
Mucho se ha hablado y conjeturado sobre uno de los probables objetivos políticos de la pretendida homologación de las elecciones locales a las federales vía un gobernador de dos años a elegirse en el 2016; uno de esos objetivos sería sacar de la sucesión gubernamental a los senadores Benjamín Robles Montoya, del PRD, y Eviel Pérez Magaña, del PRI.
Eso, considerando que ellos declinarían competir para tan breve periodo, y mejor esperarían a la elección del 2018 para el gobernador de seis años, al fin que justamente en ese año concluyen la senaduría. Un objetivo más sería igualmente sacar de la jugada sucesoria al diputado federal Samuel Gurrión Matías.
Otro de los hipotéticos objetivos de la homologación al 2018, sería tomar tiempo para restablecer la imagen de Alejandro Murat Hinojosa, del PRI, después del duro golpe que representó el escándalo de los departamentos en Estados Unidos; como dice la vox populi, aunque él haya desmentido, “palo dado ni Dios lo quita”. Sin embargo, con el tiempo los moretones desaparecen.
Los prospectos, todos, deben tener claridad sobre una realidad política insoslayable: Los tiempos y circunstancias. Porque los tiempos y circunstancias de hoy, no serán igual mañana; claro, pueden mejorar o empeorar, pero nunca serán igual. Por lo tanto, es una moneda al aire.
Quizá por ello los prospectos se han alertado y empiezan a delinear estrategias. Hace algunos días, el priista Martín Vázquez Villanueva dijo expresamente apuntarse para la gubernatura de dos años. Y ayer el senador Robles Montoya, sin manifestarlo de manera directa, indicó simplemente que “para cualquier oaxaqueño sería honor encabezar los esfuerzos de Oaxaca, aunque fuera por un día”.
Mandó un claro mensaje: Si lo quieren sacar de la jugada con una homologación de las elecciones vía un gobernador de dos años, no lo sacarán, sino también competiría. Igual si la elección fuese para elegir gobernador de cinco años. La duración de que dispongan.
Ja. Ese escenario suena a esa ronda infantil, ahora protagonizada por los diputados locales y los prospectos a Gobernador de Oaxaca. Aquellos dirían mientras elaboran la reforma electoral: “Jugaremos en el bosque mientras el lobo no está aquí, ¿lobo estas?” Y los prospectos dirían: “Me estoy alistando…¡ya llegué; estoy aquí”. O sea, mensaje por mensaje.
QUÉ EN EL FONDO, JAIME SÍ QUIERE?
Platicando ayer con algunos cuadros importantes del PRD, revelaron que alguien convenció al diputado Jaime Bolaños Cacho Guzmán para impulsar la gubernatura de dos años con el compromiso, a cambio, de promoverlo a la candidatura para suceder a Gabino Cué Monteagudo. ¿Será?
Pues les diré que Jaime Bolaños puede ser un buen prospecto, sin ser cuadro interno del PRD. Solo que le falta posicionamiento estatal. Habría de aprovechar su cargo de representante popular y hacer un recorrido por la entidad, al fin que su condición de plurinominal no lo encajona en un solo distrito.
Aunque, la verdad, la sucesión gubernamental está adelantadísima y ya no le daría tiempo de hacer presencia. Pero puede prepararse para la siguiente… y miren, ya tratándolo, es hasta carismático.
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