El abrevadero de Salomón: Oaxaca, ¿laboratorio electoral o paraíso de impunidad?

El abrevadero de Salomón

Por Salomón Peregrino

 

“El de manos diligentes gobernará, pero el perezoso será subyugado.”

*.- México: Entre el hartazgo y la desconfianza social.  

*.-Oaxaca: ¿Laboratorio electoral o paraíso de impunidad?

El dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, en encuentro sostenido el miércoles pasado con la Coordinadora Nacional de Vinculación Empresarial y Emprendimiento, filial de este instituto político, al abordar los acuerdos logrados en el Congreso de la Unión para aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción, reconoció frente a todos los asistentes que en México existe una crisis de confianza y hartazgo social entre los ciudadanos con sus funcionarios, por lo que se debe admitir que fenómenos como la corrupción y la impunidad son corrosivos.

“Hay que admitir que hay un hartazgo social que está pidiendo más acciones y menos discursos (…) El sometimiento de todos a la ley, empezando por las autoridades y la gente de la política, me parece indispensable, en un tiempo en el que se requiere recuperar la confianza y esta se recupera con hechos, con acciones y no con discursos”.

Un mensaje que cobra relevancia por quien lo pronuncia: el dirigente del Partido que llevó a Enrique Peña Nieto a la Rresidencia de la República.

Los presuntos actos de corrupción documentada que involucran a diversos actores de la política, actual y de pasado reciente, han propiciado enorme malestar e indignación ciudadana en todo el país.

Este problema lacera en todos los órdenes de gobierno, y peor aún, ningún partido político queda exento de señalamientos.

Sin embargo, concretarse a reconocer el mal nacional que nos aqueja, únicamente en el discurso, no resuelve el problema; es necesario, tal como lo precisó el propio Camacho Quiroz, pasar a los hechos, a las acciones y a las sanciones.

La posibilidad de incurrir en actos de corrupción, en el ámbito gubernamental, son amplias y diversas. Desde el ofensivo enriquecimiento ilícito, hasta la indignante omisión de cumplimiento a los deberes laborales.

El presidente Peña Nieto, como titular del ejecutivo federal, debe asumir con cabal compromiso republicano, y sin distinción de afectos personales o rivalidades de tipo político, que este Sistema Nacional Anticorrupción genere la certeza que exige todo el conjunto de nuestro tejido social.

Aplicar con todo vigor la sanción correspondiente en contra de quienes incurran en probados actos de corrupción, será un acto de justicia y cumplimiento legal que vendrá a conceder ese apremiante cambio de percepción general.

En Oaxaca, la omisión y el desinterés con que se trata a la mayoría de personas y a ciertas autoridades de municipios marginados que acuden a ciertas dependencias, estatales y federales, nos agravia y ofende. Desde “funcionarios” que no funcionan hasta “servidores públicos” que no nos sirven en nada; pero eso sí, cobran puntualmente sus salarios gracias a nuestros impuestos; les pagamos para que nos atiendan de forma pronta, con atención y respeto. Son una penosa clase de viejos y nuevos burócratas que ocupan cargos relevantes más por recomendación que por capacidad y preparación, que se preocupan más por atender y servir a los intereses personales de quien les permitió llegar a “su” posición, que por ocuparse en desempeñar una labor digna en beneficio de quienes, por ley, tienen la obligación de atender; y para colmo, o risa, en el caso de algunos funcionarios federales jugándole las contras políticas al sistema que los mantiene.

Sus actitudes agravian a nuestro pueblo, son una epidemia moderna. Una epidemia que dejará de mantenernos encolerizados hasta que los extirpen de ese espacio temporal al que tanto daño están causando.

Enrique Peña Nieto y Gabino Cué tienen dos cosas en común: ambos llegaron con amplias expectativas ciudadanas a sus cargos y ambos le siguen quedando mucho a deber a quienes les depositaron su voto de confianza. Luego entonces, el hartazgo y la falta de credibilidad social, a nivel nacional y local, tienen base y sustento de sobra.

 

OAXACA: ¿LABORATORIO ELECTORAL O PARAÍSO DE IMPUNIDAD?

En la antesala a la elección del 7 de Junio próximo, nuevamente se avizora al abstencionismo como el gran vencedor electoral en todo México.

Oaxaca no será la excepción. Y de ello, serán principalmente responsables los partidos políticos: grandes, medianos, pequeños y alguno que otro de reciente registro.

 

La razón a lo anterior es sencilla: en la mayoría de nuestros 11 Distritos Federales Electorales, los candidatos de muchos, o incluso de todos los partidos políticos que participaran, no están generando empatía con sus potenciales electores. En la mayoría de los Distritos existen similitudes y contrastes de opinión entre los votantes indecisos y entre aquellos que desde ahora han decidido no salir a sufragar: son los mismos de siempre; se les acusa de todo lo peor, no los conocemos, son muy viejos o demasiado jóvenes, ya deben retirarse de la política o les falta mayor trabajo político, ya fue anteriormente Diputado (a), que le ceda el paso a otros; no tiene experiencia ni sabe de qué se trata, para que votar por él o ella, si solamente irá a levantar el dedo, etc.

Los electores tendremos la opción de decidir entre candidatas y/o candidatos con experiencia y conocimiento legislativo, y entre estos, habrán los que destacaron por su paso en San Lázaro y aquellos que igualmente fueron huéspedes desapercibidos durante los tres años de la Legislatura a que hayan pertenecido. Los habrá con dudosos señalamientos y también, espero, con amplia solvencia moral; con y sin arraigo territorial, con y sin compromiso real por lograr revertir el hartazgo social y generar certeza de compromiso y trabajo por las necesidades reales de sus representados.

La elección de Diputados, locales o federales, solo despierta gran entusiasmo entre quienes son candidatas o candidatos y en sus familias; y a veces, ni en sus propios hogares. Bueno, hay ocasiones en las que ni las dirigencias de sus partidos políticos se contagian de esa efervescencia por trabajar intensamente con sus militantes para contender a ganar.

Y a pesar de este gris escenario de participación ciudadana, los diputados locales insisten en el proceso electoral concurrente para el 2016. Apenas el 23, 24 y 25 de Febrero reciente, se llevó a cabo un foro titulado: “Reforma político electoral en Oaxaca: retos y soluciones”. que realizaron de manera conjunta la LXII legislatura local; el OPLE y lo que aún está funcionando como IEEPCO.

El foro se llevó a cabo en el lugar y horarios programados. Los ponentes, grandes conocedores del tema, asistieron y cumplieron sobradamente con las expectativas de los asistentes, conocedores e interesados en el tema. Solo hubo un pequeño detalle a señalar, esos que nunca faltan: durante las conferencias magistrales… ¡No estuvo presente ningún legislador local!

Entonces, ¿A que vinieron a Oaxaca los conferencistas César Astudillo y Constancio Carrasco Daza?

 

Los asistentes a las conferencias, salimos muy satisfechos con las ponencias presentadas y los argumentos que cada uno de ellos realizó sobre la viabilidad y consideraciones que se deben analizar; especialmente, el costo social, económico y político que representaría tener dos elecciones para gobernador en un corto periodo de tiempo.

Resulta notorio que, quienes no son nacidos ni radicados en Oaxaca, aunque si con gran intelecto, reflexionen minuciosamente sobre estos aspectos. En contraparte, resulta reprobable que a “nuestros” diputados locales, no les haya interesado nutrirse del conocimiento que carecen; sin mostrar la más elemental cortesía, ni la atenta cordialidad que nos distingue a los bien nacidos oaxaqueños; sus actitudes de arrogancia ante el público asistente, al no estar ellos presentes, quizá fue un hábil acto de escapismo con el afán de no verse obligados a exhibir su ignorancia respecto a lo que ellos mismos nos presentan como una propuesta suya.

Entonces, ¿cuál es el verdadero afán que los mueve por insistir en que ya se empaten los procesos federales y locales a partir del año entrante?

¿Acaso pretenden que Oaxaca se convierta en un laboratorio electoral ante posibles escenarios complejos que pudieran presentarse en otras entidades del país con características semejantes a las nuestras? Porque de ser así, de llegar eventualmente a suscitarse graves conflictos sociales o enfrentamientos que arrojen heridos graves o pérdidas humanas que lamentar, tendrían que ir pensando desde ahora en la eventual posibilidad de enfrentarse a un juicio político en el Congreso de la Unión; y enfrentar ante cortes internacionales, la posibilidad de juicio por crímenes de lesa humanidad.

Quienes empujan esta iniciativa muestran a todas luces que, paralelo a su postura están siendo presionados, alentados o cooptados, por alguien o algunos que desean su pasaporte de impunidad ante los presuntos actos de corrupción que ya se empiezan a ventilar en todas las esferas del gobierno estatal.

Y ante tanto señalamiento atroz en contra de nuestro estado, lo único que falta es que estigmaticen a Oaxaca como un paraíso de impunidad y corrupción.

Y eso… eso es inadmisible.

 


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