Elecciones auténticas, equitativas, transparentes, legales y democráticas.

Cipriano MIRAFLORES

Desde luego esto es lo ideal, no somos suecos para ello. Sin embargo, las autoridades deben hacer lo posible para ello. Por la polarización inducida por el régimen, gane quien gane en las condiciones en que se está realizando el proceso electoral, se presagia una enorme crisis política en el país, con peligro de transformarse en crisis social, en donde todos perderemos. 

La sociedad civil no permitiremos este robo a plena luz del día. Urge que las autoridades electorales tomen cartas en el asunto. Esto sale a colación por la información que arroja la encuesta de El Financiero en el sentido de que sin la presión y coacción que se ejerce sobre las personas que reciben un programa social ganaría la elección Xóchitl Gálvez.

 O si usted lo quiere leer de otra manera: el gobierno gana la elección gracias a la coacción que ejerce sobre las personas que reciben un programa social. Esto es totalmente inaceptable, es ilegal, es sucio, es trampa, es porquería.

Por esa razón, la solicitud que hiciera Xóchitl al INE sobre esta materia causó hilaridad en los partidos del régimen, hasta pidieron cárcel para ella. Ha sido una demanda histórica en México la ausencia del gobierno en las elecciones.

A esto al peje le vale un sorbete. Lo exigió siendo opositor, incluso felicitó a Peña Nieto no meterse en las elecciones y fustigó a Fox hacerlo en el 2006. Por ello, el presidente es un señor sin ética. La campaña del gobierno y de sus partidos de que la oposición quitará los programas sociales, aunado la presión de los defensores de la Nación les está dando resultados. 

Urge la acción de las autoridades electorales para detener esta coacción. Si sigue esto, es posible la nulidad de la elección presidencial. Ahí les dejo la preocupación. Ojo peje, no incendies a la Nación. Así las cosas. A todos los candidatos de la oposición lleven el mensaje de que los programas sociales permanecen y se mejorarán. Así ganaremos.

 Veneno contra veneno. 

En vía de mientras sean rabiosamente felices.

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