El hartazgo ciudadano es la característica predominante de las elecciones que se celebrarán en 2015.
La abundancia de actos de corrupción, de abuso de poder, de excesos o de colusión con el crimen organizado protagonizados por políticos y que han visto la luz pública en los últimos meses, ha puesto en entredicho la eficacia de la democracia en nuestro país para tener gobiernos más íntegros. A esos casos se suma la indignación que provoca que esas acciones no tengan castigo. Las instituciones de impartición y procuración de justicia cumplen con enormes deficiencias su labor —según el Inegi la cifra negra de delitos, aquellos que no derivaron en una denuncia o en averiguación previa, es de 94 por ciento— y los mexicanos perciben que su desempeño no es imparcial —de acuerdo con Parametría, sólo 4.0 por ciento está de acuerdo en que las leyes en México se aplican a todos por igual.
En ese entorno, vale la pena preguntarnos qué respuestas puede traernos el proceso electoral de este año, en el que se disputarán más de dos mil cargos, entre ellos nueve gubernaturas y las 500 curules de la Cámara de Diputados. Una podría venir de la reforma que crearía el Sistema Nacional Anticorrupción que se encuentra en el Congreso. Sin embargo, a 20 días para que termine el periodo ordinario de sesiones, parece que las elecciones han desplazado el interés de los legisladores por discutir y aprobar esa reforma; según Integralia Consultores, para participar en la contienda electoral, el Senado ha perdido a algunos de sus cuadros más productivos y con mayor liderazgo (EL FINANCIERO, 9/04/2015).
Otra respuesta podría venir de nuevos jugadores que pusieran en el centro de la agenda pública las demandas para atajar la impunidad prevaleciente , como los candidatos independientes. Sin embargo, las altas barreras de entrada puestas por la legislación han reducido su número y muchos de los que lograron la postulación provienen de los partidos políticos.
La importancia que tendrán las elecciones del 7 de junio por el número y la relevancia de los cargos que estarán en disputa, debe ser motivo de exigencia para que los ganadores enfrenten el principal flagelo del país, que es la impunidad.
El autor es director de Análisis Político y Legislativo de Integralia Consultores.
Twitter:@gustavo_gilr
(FUENTE: EL FINANCIERO/SUSCRIPCIÓN)
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