En su mensaje con motivo del Aniversario de la Ciudad de Oaxaca, en el documento de efemérides que presentó en el Senado, Eviel Pérez Magaña, aunque entre líneas o en sutil ironía, prácticamente calificó de inútil a la coalición fáctica gobernante en este estado, que fracasó en su buena intensión de cambio.
En ese contexto, dijo: “Para el gobernante, Oaxaca representa un reto que no se enfrenta con sólo querer, las buenas intenciones sin sustento son semilla en tierra infértil; tampoco es útil la coyuntural unión de los contrarios porque es fuerza que llega pero no logra; menos con la misantropía del que todo critica pues tropieza en la propia oscuridad en que se envuelve.”
Y subrayó: “Oaxaca es un reto para quien tiene voluntad de cambio, es cierto; también para quien aglutina fuerzas que concurren en un mismo destino; y para el que asume un compromiso y sabe cumplirlo.”
Aquí el documento completo:
E F E M É R I D E S
CDLXXXIII ANIVERSARIO DE LA CIUDAD DE OAXACA
SESIÓN DE PLENO DEL 28 DE MARZO DE 2015
¿caminé por la noche de Oaxaca,.
inmensa y verdinegra como un árbol, …?
Piedra de Sol, Octavio Paz.
HONORABLE SENADO DE LA REPÚBLICA:
Un 25 de abril de 1532, el rey Carlos I de España, V de Alemania, otorgaba a la Villa de Antequera, el título de “Muy noble y leal ciudad”. En 1814, durante el periodo de independencia, el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de 1914, era Oaxaca una de las provincias que la componían.
Huaxyacac en tiempos prehispánicos; Guajaca, Tepeaca, Villa y después Ciudad de Antequera durante la colonia; Oajaca en la Constitución de 1957; Oaxaca en la del 57; Oaxaca de Juárez a partir de 1872, como un homenaje al Patricio; con diferentes nombres, pero la misma belleza a lo largo de los siglos, que fue reconocida por la Unesco en 1987, al declararla Patrimonio Cultural de la Humanidad; aun cuando debe admitirse que el refrendo de su señorío lo otorga quien tiene el orgullo de vivir en ella o al menos el placer de conocerla.
El Honorable Ayuntamiento y el Gobierno del Estado celebran anualmente esta fecha, con la mayor solemnidad se da lectura a la Cédula Real que contiene el título otorgado, se organizan eventos de diversa índole pero todos siguiendo la intención de festejo; y se reconocen personalidades que con su vida y obra abonan el laureado talento que distingue a oaxaqueñas y oaxaqueños.
Sin embargo, mi participación en este apartado, ya para concluir el segundo periodo de esta legislatura, no es sólo para la remembranza histórica o el repaso a su innegable encanto turístico, sino para plantear la reflexión de lo que es Oaxaca ahora y lo que ella espera de quienes dirigen sus destinos.
No son novedad las asimetrías nacionales, que van aparejadas a lo geográfico: el norte, el centro y el sur con sus respectivas características económicas. También cuentan las asimetrías sociales presentes a lo largo del territorio nacional con su dosis de prejuicios, discriminación y conveniencia. Las asimetrías culturales son complejas como complejo es el concepto cultura. Las asimetrías políticas se hicieron evidentes a principios del siglo XXI.
Oaxaca ciudad, siguiendo la tradición nacional, ha sido el ombligo de la entidad que lleva su nombre, núcleo, eje, polo de desarrollo o como quiera llamársele. Es referencia y destino. Las regiones del Estado confluyen a ella, como a la Guelaguetza en julio; y en ella encontramos un mosaico multicolor que representa nuestra riqueza cultural. Es como en un caleidoscopio, a través de la ciudad observar al Estado.
Pero también se hacen presentes los contrastes sociales y la movilización, la inconformidad, la protesta, que inquietan a la otrora tranquila ciudad. Es fácil asumir la actitud del gigante egoísta; pero atisbando al otro lado de la muralla que protege el jardín bien plantado, las circunstancias cambian y la exigencia ciega y sorda debe dar paso a la prudencia que los clásicos asocian al arte de la política.
Por ello, para el gobernante, Oaxaca representa un reto que no se enfrenta con sólo querer, las buenas intenciones sin sustento son semilla en tierra infértil; tampoco es útil la coyuntural unión de los contrarios porque es fuerza que llega pero no logra; menos con la misantropía del que todo critica pues tropieza en la propia oscuridad en que se envuelve.
Oaxaca es un reto para quien tiene voluntad de cambio, es cierto; también para quien aglutina fuerzas que concurren en un mismo destino; y para el que asume un compromiso y sabe cumplirlo.
SEN. EVIEL PÉREZ MAGAÑA