COLUMNA: DEL ZÓCALO A LOS PINOS
“AQUILES LÓPEZ…DOCE AÑOS…PARECE QUE FUE AYER”; “nadie muere mientras viva en el recuerdo”; nunca nos imaginamos que aquél apretón de manos sería el último –hasta volvernos a encontrar-, tenías prisa, por la mañana te irías a Puebla a acompañar al gobernador Murat, que –si mal no recuerdo- daría una conferencia en la Universidad de Las Américas, el sábado anterior en el programa de radio “A Fondo y en Contraste” a pregunta expresa de nuestra amiga Rosy Ramales habías declarado tu decisión de buscar la candidatura del PRI al gobierno de Oaxaca, te sentimos decidido, comprometido, muy en tu estilo de ser, siempre soñador, echado para adelante, ¿qué hubiera pasado?, nunca lo sabremos, el “hubiera” no existe y no tiene caso especular; luego vino la incredulidad, la impotencia o tal vez coraje, rabia –frente al destino o lo que fuere-, dolor, te lloramos amigo y al día de hoy te seguimos extrañando; parece que fue ayer, pero no, el pasado viernes –Santo, el tres- se cumplieron doce años de aquella fatídica mañana; los recuerdos de los tiempos compartidos siempre están presentes, en particular evoqué las muchas veces que hablamos de nuestros hijos, bueno tu de tus tres mujeres, tus hijas, tu orgullo y pensé, que te gustaría escuchar de ellas, cuanto te aman, así que las procure y les pedí que me regalaran unas líneas para ti…; debo decirte, que las tres, con el apoyo de Patricia –tu esposa- honran su estirpe y sus orígenes, Adriana, es soñadora, le gusta leer, dejar volar la imaginación frente al mar, esto me dijo…”Un día, en mi escuela me dejaron hacer una entrevista a la persona que más admiraba en ese momento, por supuesto, le hice la entrevista a mi papá, quien de una manera muy profesional, me platicó del trabajo que realizaba en el Congreso del Estado. Yo, en realidad a mi edad (10 años) no comprendía muchas cosas, pero me entusiasmaba la manera en que él me contaba cada detalle, siempre recalcando que su objetivo en la vida y en lo profesional era ayudar a los demás. Años más tarde, un gran amigo de mi papá (Jorge Teherán) me dio la oportunidad de trabajar con él en la Revista Hoja de Ruta, me dijo que nunca iba a olvidar a quién le realicé mi primer entrevista, y no, yo nunca voy a olvidar que esa persona fue el hombre que hizo que tuviéramos una infancia llena de felicidad y amor, un hombre humilde y trabajador, un hombre que se dedicaba a ayudar a los demás, que brindaba a todos un consejo y siempre una sonrisa, ese hombre a quien tuve la oportunidad de conocer, admirar y llamar papá. Para mí, Mi papito significa grandeza, caballerosidad, simpatía, humildad y sobre todo amor. Sé que algún día todos estaremos juntos, es más él sigue aquí…él vive en mi”; Andrea por su parte, es alegre, bromista –tu estilo compadrito-, es tenaz y comprometida, aquí te dejo su sentir…”Aún no olvido esa última mañana que lo abracé y desee buen viaje, sin imaginar que ese viaje no tendría regreso y se convertiría para él, en un viaje eterno. Ya son 12 años en los que no está con nosotras, 12 años sin escuchar su voz, sin sentir un abrazo suyo, sin escuchar su risa, sus consejos, sin que nos diga: “mis amores, las quiero”. A pesar de su ausencia, los recuerdos siguen y el hablar de él, es una forma de mantenerlo vivo, en el área donde me desenvuelvo, tengo la fortuna de rodearme de gente que tuvo la oportunidad de conocerlo, de reencontrarme con sus viejos amigos, todos y cada uno de ellos manifiestan su cariño, admiración y respeto, todos lo definen como una persona humana, con los sentimientos a flor de piel, un caballero, un líder, para mí es más que eso, es mi motivo, mi fuerza, mi ejemplo de vida, es mi padre. Es un orgullo el haberlo tenido en mi vida, 16 años maravillosos a su lado, llenos de alegría y de amor. Papito, agradezco cada uno de tus consejos, por haberme enseñado a luchar por lo que quiero, a salir adelante con esfuerzo y dedicación, a aprender a valorar lo que tengo, a ser agradecida, a ayudar a quien más lo necesite, pero sobre todo a ser una gran mujer, te amo con toda mi alma”; Alejandra, como recordarás, es detallista, sensible, le encantan las artes, el teatro, la música, la lectura, como tú se confiesa eterna enamorada de la luna, ella se revela y argumenta…”A pesar de todos estos años, me sigue doliendo; es mentira que con el tiempo va sanando la herida, cada navidad, cumpleaños y momentos importantes de mi vida, se sigue sintiendo un vacío que nada llena. Tu recuerdo sigue intacto, desde el último día que te vi; fue un 15 de febrero 2003 en el aeropuerto cuando fuiste junto con mi mamá y hermanas a despedirme porque me iba a un curso, llevabas tus pants y gorra de tú equipo preferido “cruz azul” jaja y al despedirnos tratamos de hacernos los fuertes, porque pensamos que nos veríamos muy pronto, pero no pudimos y al vernos se nos llenaron los ojos de lágrimas seguido por el abrazo más grande y fuerte que haya sentido, no hubo necesidad de decirnos nada por tener un nudo atravesado en la garganta, pero sé que las palabras sobraron en ese momento, muy en el fondo sabíamos que esa despedida se haría mucho más larga de lo que habíamos planeado. Curiosamente estas fechas de cada año tu recuerdo se hace más frecuente, de verdad que desde una semana para acá estás en mis sueños, en comentarios que hago con amigos y que ellos me hacen, tú te haces presente, así como en pláticas con personas allegadas sales al tema, como queriendo que sepamos que desde el lugar donde te encuentras no nos dejas, que sigues aquí, pidiéndonos de todas las maneras posibles que no te olvidemos y que recordemos (o al menos yo lo veo así), que sigamos tu legado, porque sólo así seguirás viviendo en muchas personas por siempre y que veas desde donde estés ese Oaxaca con el que soñaste y por el que diste tu vida, Créeme pa’, es una deuda muy grande la que tengo contigo y que estos años de alguna manera me has preparado para todo lo que viene… ten la confianza y certeza que así será. Te agradezco todas tus enseñanzas, tú amor infinito que me demostraste todos los días, por ser el caballero que siempre fuiste, tanto en tu casa con todo tu “viejerío”, como en tu trabajo de servidor público y que por algo te nombraron el “caballero de la política”, gracias infinitas por ser ese gran hombre, que en cuanto se prenuncia , la gente se emociona, se pone nerviosa, alegre, triste, con el simple hecho de escucharlo, mueves recuerdos y sentimientos y que estoy segura que en cada rincón de nuestro bello estado alguien siempre tiene algo que contar de ti…. a eso yo le llamo sentir orgullo y admiración, saber que ese gran líder que nadie hasta la fecha ha podido igualar es…mi padre”; como advertirás Aquiles, de aquí a la eternidad hay tres razones –tus hijas- para sentirte orgulloso… ¿alguien puede asegurara que esto ya está decidido?… RAÚL CASTELLANOS / RCMULTIMEDIOS.MX
