Uso de razón / Pablo Hiriart: PRI, ganar mal 2015 es perder 2018

A un mes exacto de las elecciones los priistas se autoengañan al ver el vaso “medio lleno” porque las encuestas reportan una cómoda ventaja sobre la segunda fuerza, el PAN.

Ya sabemos cómo son las elecciones. Se cierran al final. Y un gran porcentaje de electores decide su voto en la soledad de la casilla.
Todo apunta a que el PRI será la primera minoría, aunque no va a tener mayoría calificada en el Congreso, pues pagará en las urnas los errores cometidos en dos años y medio de gobierno.

Si el PAN no gana estas elecciones será por dos razones muy concretas. 
Primero, porque el ejercicio del poder durante 12 años consecutivos lo desgastó.

Segundo, la vocación opositora de los panistas los llevó a hacer una campaña irreflexiva de ataques viscerales contra el gobierno, que ni siquiera Morena ha hecho.

Al oír los anuncios iracundos del PAN y los mensajes esperanzadores de la propaganda de Morena, un desconocedor no tendría dudas en afirmar que el partido radical es Acción Nacional.

Los panistas han dicho que cambiarán la estrategia y eso les va a dar resultados. Van a remontar porque con alguien tiene que castigar la ciudadanía al PRI.

En este gobierno ha habido grandes aciertos, que aquí se han mencionado en más de una ocasión, pero también errores que se pagan en las elecciones. Errores en economía y en política.

La reforma fiscal fue inoportuna y metió al país en un bache económico del que todavía no salimos, cuando veníamos de crecer al cinco por ciento.

Ahorcaron al sector de la construcción. Se desaprovechó la recuperación económica de Estados Unidos. Se le dijo a los votantes que iban a ganar más, y no ha sido así, pues los empleos creados son con sueldos bajos.

Se le dijo al país que el crecimiento iba a ser con déficit cero, y resulta que siempre no, que el crecimiento es mucho menor al ofrecido y el déficit borda el cuatro por ciento del PIB.

Han habido grandes aciertos con las reformas estructurales, pero los beneficios no son de corto plazo.

En lo político también se han cometido errores garrafales, como dejar que les peguen nacional e internacionalmente el mote de corruptos, quienes han desfalcado a la
ciudad de México
con obras inservibles y no han sido tocados por ello.

Se permitió que el PAN asumiera el papel de juez de “los priistas corruptos”, cuando tienen especímenes (un gobernador norteño, por ejemplo) que deberían estar sentados en el banquillo por fraude maquinado.

Así como el PAN tiene vocación de partido opositor, el PRI la tiene de payaso de las cachetadas.

Falta un mes exacto para las elecciones. El PRI puede ganar, pero ganar mal 2015 es perder en 2018.

(FUENTE /EL FINANCIERO / Suscripción)


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