Por qué la estrategia de abrazos y no balazos Por qué los obispos apoyan a los conservadores
Francisco GÓMEZ MAZA
El presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo, este miércoles 15 de noviembre, una reunión con la cabeza de la oposición conservadora a su gobierno. La autodenominada Conferencia del Episcopado Mexicano, que aglutina a todos los obispos católicos de México, una de las organizaciones episcopales más críticas a su gobierno. La asociación de obispos apoya sin tapujos a la oposición conservadora, encabezada por el Partido Acción Nacional, así como a la ultraderecha reaccionaria que encabeza la organización ultrasecreta llamada El Yunque, en la cual participan los más recalcitrantes católicos herederos del movimiento guerrillero, denominado la Cristiada, que se enfrentó con las fuerzas del Ejército mexicano al mando del general Plutarco Elías Calles, entre los años de 1926 a 1929, confrontación que dejó un saldo de aproximadamente unos 250 mil muertos y cientos de miles de refugiados en territorio estadounidense, bajo la protección del gobierno de los Estados Unidos.
Así, el 21 de junio de 1929 se firmaron unos acuerdos redactados por Dwight W. Morrow, el embajador estadounidense en México. Carecían de valor oficial, dada la falta de personalidad jurídica de la Iglesia católica, pero no de voluntad conciliatoria. Además del embajador, los firmantes fueron el presidente Portes Gil, el arzobispo de Michoacán y delegado apostólico Leopoldo Ruiz y Flores, y el obispo de Tabasco Pascual Díaz. Los cristeros fueron aquellos mexicanos católicos y conservadores que resistieron con su levantamiento la aplicación de la Ley Calles, la cual fue expedida el 14 de junio de 1926 con el fin de acotar el culto y sacerdocio católico en México, conforme a lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1917: no reconocimiento de personalidad jurídica a las iglesias ni derecho a poseer bienes raíces, no participación del clero en la política y prohibición de impartir culto fuera de los templos. La Ley Calles también planteaba la reducción del número de sacerdotes. Su nombre viene del presidente que la expidió: Plutarco Elías Calles.
Los expertos coinciden en que ni los obispos ni el Gobierno de Calles se imaginaron el impacto social que representaría el cierre de iglesias en el país y la incertidumbre de no saber si podrían seguir recibiendo los sacramentos. Se trata de un movimiento que nace desde abajo y mueve a mucha gente. Hay en él dos tendencias: una, de grupos reducidos, que se da en los Estados mexicanos de Colima, Guanajuato, Puebla, Querétaro, Jalisco o Michoacán; otra, la de una organización, la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, en la capital del país. El fin de esta organización era reconquistar la libertad religiosa y las demás libertades que dimanan de ella.
Pues con estos antecedentes históricos, el presidente López Obrador se reunión con la Conferencia episcopal, organización clerical que ha cuestionado fundamentalmente la política gubernamental contra la inseguridad pública, de abrazos no balazos, obviamente sin entender que lo que pretende el gobierno actual es atacar las causas de la violencia como la situación social de los mexicanos, la pobreza extrema que obliga a emplear la fuerza para obtener los más mínimos satisfactores del hambre, entre otras situaciones que obligan a muchos desheredados a emplear la violencia.
Durante la reunión, el presidente AMLO les informó a los obispos de lo que ha hecho su gobierno y lo que hará en el año que le queda al frente:
“Explicarles qué estamos realizando; si tienen alguna duda, contestarles. He estado con ellos ya en otras ocasiones, cuando era candidato; ellos se reúnen e invitan a personajes, dirigentes y a eso voy, con ellos y reiterarles que somos respetuosos de todas las religiones, de todas las iglesias y también respetamos a los no creyentes”.
El encuentro se ha realizado en la llamada Casa Lago, durante la 115 Asamblea Plenaria de la CEN. Los obispos se reunieron también con las aspirantes presidenciales de Morena y del llamado Frente Amplio por México.