Análisis Sin Fronteras /Ana María Salazar: Creo en el voto

Estoy de acuerdo: da asco. Desde los spots, los discursos, los lemas y sobre todo las campañas sucias de este proceso electoral, todo esto nos da muchos incentivos por no votar este 7 de junio. Pero si como resultado del mal comportamiento de los candidatos, de los partidos políticos y de las autoridades electorales, se incrementa dramáticamente el abstencionismo, entonces –como en las películas de la “Guerra de las Galaxias”– el lado obscuro prevalecerá.

Tal vez usar como metáfora una película para describir la tragedia del abstencionismo electoral es frívolo. Pero parecería que describir cómo generaciones de mexicanos lucharon por un voto democrático, o cómo en otras partes del mundo siguen muriendo personas buscando el derecho a votar, y cómo en otros países, al no tener un gobierno con líderes con la credibilidad que les da un proceso electoral libre y justo, caen en el caos de la violencia y la guerra, parecería que no va a ser suficiente para convencer a muchos de ustedes que salgan a votar.

Ahí les va un poco de teoría para los que continúan insistiendo en no salir a votar porque perciben que serían cómplices o se ensuciarían las manos si salen a sufragar. Según el catedrático de la Universidad de Harvard, Jorge I. Domínguez,
una definición de democracia sería:

“Un sistema político que requiere de una amplia participación y contiendas electorales diáfanas y libres, para seleccionar a quienes nos gobiernen, y que permite que la mayoría ejerza el poder bajo un marco constitucional, con reglas establecidas y aplicadas que analizan la acción del Estado según las leyes, y que protegen al mismo tiempo los derechos y las libertades de los ciudadanos, inclusive de las minorías.”

El voto es la única arma que tiene el ciudadano para promover el cambio pacífico. Y ante la barbarie de la violencia en el país, la corrupción sistemática de los gobernantes y la irresponsabilidad de los partidos políticos, no votar es permitir que continúe el
statu quo. Tal vez permitiría que las cosas empeoraran.

Por eso, no hay que desperdiciar 37 mil millones de pesos que fueron asignados para estas elecciones. Pero, ante las opciones electorales que nos ofrecen para este 7 de junio, ¿qué debemos hacer?

Al igual que la estrategia de abstencionismo, con boletas en blanco o anuladas, los partidos o candidatos que
tengan la capacidad de movilizar el voto
o su base también se benefician. De hecho, si un candidato se beneficia del abstencionismo, esto debería ser razón suficiente para no votar por ellos.

Otra opción, para hacer más apetecible acudir a votar, es hacer uso del llamado “voto útil”. Por ejemplo, tomar la decisión de votar por candidatas para incrementar la participación de la mujer. Otra posibilidad es castigar a partidos que más participaron en la guerra sucia. Una opción más sería votar contra los partidos que permitieron mal gobierno en tu estado o municipio.

En un artículo que escribí recientemente en Forbes México, también promoviendo el voto, subrayé cómo los candidatos independientes son un extraordinario experimento en estas elecciones y cómo deberíamos ponerle atención a sus posibilidades, ya que al no tener un vínculo formal con un partido,
hacen posible “cuestionar a la clase política, hacer ganar o perder a otro candidato y ser la voz de consciencia y autoridad moral ante los que sustentan el poder”.

Pero no hay que dejar de lado que aun con candidatos independientes podemos tener individuos corruptos, incapaces y locos. Donde quiera se cuecen habas.

Consideren cruzar el voto para que quien gane como gobernador, tenga un candidato diferente al partido a presidente municipal y si es posible, que sea diferente al candidato a la Cámara de Diputados.

Queremos una clase política donde los partidos de la oposición tengan poder. Hay que apostarle al pluripartidismo. Pero
lo importante es que decidan, antes de acudir a las urnas,
por qué candidato o por qué partido van a votar.

Tal vez sientan que la única opción es votar por el menos peor. Eso también se vale. Pero lo que no podemos permitir es no salir a votar y poner como excusa que fue por ver el partido, o por estar celebrando que ganó México ante Brasil, o por estar tomando porque perdió el Tri.

Por favor, tanta irresponsabilidad no es posible.

(FUENTE: EL FINANCIERO /Suscripción)

 

 


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