ANDARES POLÍTICOS: Delfina, la rival más débil

Benjamín TORRES UBALLE

Cuando todo apuntaba a que el PRI perdería de forma irremediable la gubernatura del Estado de México el próximo año, la oportunidad para que así no suceda se abrió de manera un tanto sorpresiva. Y esto no obedece a mérito alguno del añoso partido tricolor quien cada vez hace peor las cosas en materia política; es evidente que desde hace años entró en un tobogán muy inclinado.

Bajo la dirigencia de Alejandro Moreno Cárdenas, el Revolucionario Institucional perdió gubernaturas y sólo conserva dos, una de ellas la entidad mexiquense, considerada la joya de la corona por el número de votos que puede aportar en una elección. Durante sexenios la supremacía del llamado “Grupo Atlacomulco” se ha hecho manifiesta en la región. El poderoso clan político tuvo una notable influencia en el panorama nacional, colocaba a sus integrantes en puestos relevantes y fue capaz, incluso, de poner en la Presidencia de la República a uno de los suyos: Enrique Peña Nieto.

Pero hoy, con “Alito” y su grupo de incondicionales adueñados de la dirigencia priista, el instituto formado por Calles va de tumbo en tumbo en medio de crecientes disputas con otros exdirigentes que insisten en tumbarlo de la presidencia del CEN. Y en ese entorno de riñas e inconformidades, donde su líder nacional ha sido exhibido una y otra vez en audios por su paisana Layda Sansores como un político deshonesto, vulgar y nada confiable, el PRI poco tiene por ofrecer a los votantes.

Mas sucede que en política todo es posible y nada ni nadie está fuera de la jugada por siempre. Un grave error que tiene su génesis en la profunda e irracional obcecación palatina, le da un tremendo tanque de oxígeno a Moreno Cárdenas y la oportunidad única de reivindicarse ante el priismo en general: la imposición de Delfina Gómez Álvarez como virtual candidata de Morena para disputar el gobierno del Estado de México el próximo año. Una aberración política que favorece al PRI.

El peor “delfín” que pudo seleccionar Morena –entiéndase, su jefe supremo- es precisamente la señora Delfina, aún titular de la SEP. Los antecedentes de la maestra son francamente reprobables desde el punto de vista legal e inmoral. Durante su gestión como alcaldesa en el municipio de Texcoco, realizó descuentos indebidos (“moches”) a los trabajadores de ese ayuntamiento y del DIF del 2013 al 2015, entre otros propósitos para financiar la constitución de Morena como partido.

Debido a ello, la Sala Superior del Tribunal Electoral confirmó en enero pasado, la sanción a Morena por el esquema de financiamiento con recursos de los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco, Estado de México (bit.ly/3Jyxh0L). Ahí quedó acreditado un delito electoral. Delfina Gómez Álvarez no es ajena a ello. Aún, así, con tan indecorosas cartas credenciales, López Obrador la acomodó en la Secretaría de Educación Pública; ahí su grisácea labor simplemente ha pasado de noche.

Si hubiese que definir de alguna manera a la maestra Delfina, bien cabría en el perfil de la militante morenista leal, callada, modesta, que “obedece a ciegas” y está en el ánimo del señor Presidente. Hasta ahí. Muy lejos de lo que se necesita para gobernar uno de los estados más grandes e importantes de la República. No pocos piensan que la alianza PRI, PAN, PRD –si es que así deciden- se sacó la lotería sin comprar billete y tendrán enfrente a un flan como adversaria el próximo año.

Todo el aparato morenista –incluido el de gobierno- estará al servicio de la promoción y candidatura de Gómez Álvarez, de eso no existe duda. Pero también, desde ya, la ungida morenista estará sujeta a un intenso golpeteo de adversarios, malquerientes de la 4T, críticos y opinión pública en general. El desgaste no va a ser poco ni piadoso. Va a llegar harto desgastada a la final.

Ya algunos de los acérrimos contendientes de Morena, se están dando un festín con el “prestigio” de doña Delfina, como lo hizo el dirigente del PAN, Marko Cortés, vía Twitter el mismo viernes:

“Morena premia a delincuentes. @delfinagomeza robó dinero de trabajadores para su campaña en Texcoco y @lopezobrador_ la recompensa con una candidatura para #Edomex”.

Desde cualquier óptica, el capricho de que la maestra vaya como candidata de Morena al Estado de México, es un hecho arriesgado para el proyecto Obradorista. No obstante, es la forma sistemática en que se deciden y pagan las lealtades en Palacio Nacional, no importa si hay o no razón para ello.

Paradójicamente, la suerte de la señora Delfina Gómez parece que estará en manos de la oposición, una oposición anémica además de apática, quien tendrá ante sí a quien parece ser a todas luces, la rival más débil. Veremos si la Alianza va por México, aprovecha la oportunidad o si de plano ya se conformó con entregar la plaza mexiquense al poderoso partido guinda. Si el PRI va sólo, sus posibilidades se reducen de modo substancial.

STATU QUO

Las críticas a Delfina Gómez por sus cuestionados antecedentes en Texcoco, nada tienen que ver con temas de discriminación como pretenden venderlo algunos esquizofrénicos de la 4 T. Es un tema de leyes y honestidad. Punto.

@BTU15

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