Guillermina GÓMORA ORDÓÑEZ
En la ruta electoral hacia el 2024, se confirma, una vez más, que en política no hay amigos, sólo intereses. Y en el caso de la singular democracia mexicana podemos atestiguar la manera en que el lucro trastoca las ideologías de los partidos que hoy se exhiben como coaliciones plurales y salvadoras.
Sí, las estrafalarias alianzas establecidas por los siete partidos a nivel federal, validan la definición de la Real Academia Española, del concepto coalición: “Unión transitoria de personas, grupos políticos o países con un interés determinado”. Un interés que se llama Poder, en el cargo que guste.
El proceso electoral de 2024, será una mezcla de colores e ideologías políticas relegadas a un segundo plano para dar lugar a las dos coaliciones vigentes que apuestan todo su capital político, para sobrevivir o para ratificar los triunfos en territorios ganados.
Tal es el caso de la denominada coalición “Juntos Hacemos Historia” conformada por: Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que son gobierno, en lo individual o en alianza, en 23 estados.
Una organización amorfa que confirma la ambición que despierta el poder y para ello no importa aliarse con el PT, ligado a los Salinas de Gortari, la “mafia del poder”, según López Obrador y con el PVEM, un partido oportunista que se vende al mejor postor y que antes fue aliado del PRI.
Qué si son el agua y el aceite, de derecha e izquierda y con cierto toque priista aportado por su creador y fundador Andrés Manuel López Obrador, no importa; qué si en esos 23 estados se gobierna bien, mal o regular, no importa, lo redituable ya se logró, hacerse del poder, como sea y con quien se pueda.
Hacia el 2024, habría que preguntar a los integrantes de “Juntos Hacemos Historia” ¿Quién o quiénes asumirán el costo político de la creciente inseguridad y lo que conlleva en materia de homicidios, secuestro, extorsión, asaltos y feminicidios en Guerrero, Michoacán, Veracruz, Baja California, Tamaulipas, Chiapas y Colima, entre otros estados que gobiernan?
Otra interrogante que también debiéramos plantear a la coalición liderada desde Palacio Nacional es: ¿Hasta cuándo seguirá el pacto de impunidad con el crimen organizado que controla los 3 niveles de gobierno y más del 80 por ciento del territorio nacional?
Interrogantes que utilizan como bandera política sus contrincantes de la Alianza “Va por México”, conformada por: Partido Acción Nacional (PAN) Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que actualmente operan como el “Frente Amplio por México”.
El PRI, el otrora partido predominante del país, solo gobierna dos estados: Coahuila y Durango. El PAN, en cinco: Aguascalientes; Chihuahua; Querétaro; Yucatán y Guanajuato. El PRD, es el aliado más débil que a duras penas ha logrado salvar al registro.
Con estos datos, no hay duda, de que a la “Alianza Va por México”, el proceso electoral de 2024 les exige reinventarse y dejar atrás las decisiones cupulares. Buena señal, es el proceso abierto y ciudadano que llevan a cabo para elegir a los mejores candidatos y candidatas que el país necesita.
De este resultado depende que Movimiento Ciudadano y su Coordinador, Dante Delgado decidan si los apoyan o siguen solos en la ruta electoral del próximo año. Actualmente gobiernan en Jalisco y Nuevo León.
Así las cosas, con este mapa político, México llegará a las elecciones de 2024, en las que se votará por la Presidencia, nueve gobernadores, 31 Congresos locales y por la renovación del Senado de la República y la Cámara de Diputados federal.
¿Será que la clase política se habrá preguntado, cómo ven los mexicanos de a pie a las coaliciones electorales en torno a las cuáles se estructura la oferta política y en qué medida esto influye en la manera en la que votan?
¿Será, que, en la lucha por el poder, el pragmatismo político le dé cabida en las coaliciones a los besos de Judas, aunque esté en juego la débil democracia mexicana?
Vericuentos
Terrorismo a la mexicana
Ante la intención del gobierno federal de minimizar la crisis de violencia e inseguridad que se vive a lo largo y ancho del país, la organización Causa en Común, que preside María Elena Morera, difundió su postura que seguramente respaldan millones de mexicanos:
“Es ya larga la trayectoria de violencia extrema que se ha agravado en los últimos años, con intenciones claras de infundir temor en la sociedad. No puede ser otro el sentido de las masacres, del uso de explosivos para matar policías o soldados o civiles, de los videos con torturas, de los secuestros masivos, o del asesinato de candidatos”.
“Es inmoral ocultar esta realidad en aras de una simulación política con fines electorales. Es indispensable y urgente que el gobierno federal reconozca que la impunidad criminal avanza a un ritmo cada vez más acelerado y con métodos cada vez más despiadados”.
“Debe formularse una auténtica estrategia de seguridad que construya capacidades civiles de inteligencia y reacción; y utilizarse todas las herramientas legales e institucionales con que cuenta el país. No hacerlo implica, lisa y llanamente, una negligencia criminal”. ¡Órale!
@guillegomora