Rosy RAMALES
Con la designación de Carmelita Ricárdez Vela como presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI y la ratificación de Liz Concha Ojeda en la secretaría general, en el priismo oaxaqueño se empiezan a acomodar las piezas rumbo a las elecciones de 2024.
Dos mujeres vistas como prospectos para encabezar una de las dos fórmulas oaxaqueñas del PRI al Senado de la República, que podría ser la primera fórmula considerando la alternancia de género pues en la elección anterior este partido impulsó varón.
Pero si el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) les dio la encomienda en la dirigencia estatal priistas, significa que ambas ya no competirán por la candidatura al Senado, en cuyo caso solamente quedaría como cuadro orgánico Sofía Castro Ríos, a menos de que la cúpula priista impulse otros cuadros femeninos orgánicos.
Pero hasta el momento Sofía Castro se perfila para encabezar la fórmula al Senado por las siguientes razones: Por la deuda que el PRI tiene con ella desde el 2018, porque no ha dejado de hacer trabajo político, por su perfil de debate jurídico y político, por su experiencia legislativa y porque son tiempos de privilegiar a la militancia probada.
Hay un cuadro femenino más visible en la aspiración al Senado: Eufrosina Cruz Mendoza, diputada federal por el PRI. Sin embargo y amén de su capacidad y talento, tiene dos peros: No es priista orgánica y todos sus cargos populares han sido por representación proporcional.
‘Peros’, dicen, a considerar por los órganos nacionales del PRI en la definición de las candidaturas, primero por el riesgo que ven en la afinidad de Eufrosina Cruz por el PAN, donde militó hasta el 2018 en que fue expulsada por respaldar al candidato presidencial priista, José Antonio Meade. Entonces, nadie asegura que una vez en el escaño se quede en la bancada del Revolucionario Institucional.
Segundo, porque si la coalición PRI-PAN-PRD necesita votos, es incierto que pueda dárselos Cruz Mendoza porque nunca se ha medido en una elección de mayoría relativa. Incluso, para entrar perdiendo en el escaño de primera minoría, se necesitan votos para conseguir el segundo lugar.
Y tercero porque la militancia priista no votaría por alguien sin militancia probada. O sea (según el pulso del priismo), le pasaría lo que a Meade, que al final de cuentas la militancia del Revolucionario Institucional no se sintió identificada con él.
Si Eufrosina Cruz pretendiera la postulación al Senado vía mayoría, tendrá que disputarle internamente la candidatura a Sofía Castro, a menos de que “Alito” pacte con Xóchitl Gálvez beneficiar a Eufrosina a riesgo de la inacción priista, incluso hasta la rebelión e inconformidad, porque Sofía es de armas tomar en materia de litigio.
Y además conoce de ‘p’ a ‘pa’ la historia y trayectoria de Eufrosina Cruz desde cuando quiso ser presidenta municipal de Quiegolani. Más bien, desde antes.
En fin. Parece que ya solamente quedan dos mujeres para la candidatura del PRI al Senado: Sofía y Eufrosina. Y si el PRI privilegia la militancia probada, será Sofía.
Parece porque hay quienes consideran que Carmelita Ricárdez puede dar la sorpresa por su buena relación con Cristina Ruiz, quien, por cierto, pinta para suceder a “Alito” en la dirigencia nacional del PRI. ¿Será? Aunque su nombramiento como presidenta del PRI estatal tiene más lógica de permanencia en este cargo para conducir a su partido hasta pasadas las elecciones 2024, salvo que le reserven un escaño o una curul pluri.
PRIISTAS A LA MUNICIPAL
Si fuese para mujer la candidatura, está Claudia Silva Fernández.
Si fuese para varón, Martín Vázquez Villanueva viene haciendo trabajo social y político hace un buen rato, se ha dedicado al cien por ciento a construir la candidatura. Aunque también Jorge González Illescas tiene su corazoncito y su capital político.
¿Y Javier Villacaña Jiménez? Dicen que tendrá tareas en el CEN del PRI, pero también la probable postulación a una diputación local por la vía plurinominal.
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