CRÓNICA EXPRÉS: ¿Y qué trajo Santa Claus a políticos de Oaxaca?

El trineo del gordito del “jo jo jo” al fin pudo aterrizar en el zócalo de la capital oaxaqueña sin riesgo para las astas de los renos de atorarse en las carpas de manifestantes. Frenó, bajó y se apeó dándole una vuelta al kiosko y a los portales.

“¡Qué bien luce esto!”, dijo con los dedos pulgares metidos en las bolsas de esa gruesa chamarra roja con blanco propia del Polo Norte, donde vive y tiene su fábrica de juguetes para la niñez y de regalos para la clase política.

Llegó hasta donde montaron el pesebre navideño, al poniente del zócalo. Como venía cansado y hambriento, tomó el vaso de leche y las galletas de mantequilla puestas para él.

Ahora sí, con la barriga llena y el corazón contento, Santa Claus se dispuso a entregar los regalos para la clase política oaxaqueña. Subió a su trineo, surcó el cielo oaxaqueño hasta llegar a la Casa Oficial para dejar en el zapato del gobernador Salomón Jara un montón de regalos.

Mmmm…Santa titubeó. Con la mano derecha en la barbilla lo pensó mejor, decidiendo entregar a lo último los obsequios para el recién estrenado mandatario estatal.

Seguidamente enfiló hacia la casa de Jesús Romero, Secretario de Gobierno. Pero no sabía si en la Cascada o en San Felipe del Agua porque era inelegible la dirección escrita en la carta. Lo decidió con un de Tin-Marín/de Don Pingüe y le atinó. Una vez ahí, sigilosamente entró por la ventana, primero un pie, luego el otro. El político juchiteco roncaba de cansado, que no escuchó cuando Santa tropezó con un sillón antes de alcanzar el árbol de Navidad, donde le dejó una tarjeta con la siguiente leyenda en alusión a grupos sociales y manifestantes: “¿Verdad que no es lo mismo ser borracho que sacar borrachos?”; un manual sobre “Cómo tratar grupos sociales” y un boleto para el sorteo a la candidatura al Senado de la República (en Morena no le dicen sorteo, sino encuesta).

Por el mismo rumbo, San Felipe del Agua, se dirigió a la residencia de Arturo Peimbert en cuyo zapato dejó un CD con la canción Amarga Navidad arreglada: “Diciembre me gustó pa que te vayas…no quiero comenzar el Año Nuevo, con el mismo Fiscal General…” Hasta con un palomazo de Santa: “¡Y ya te estabas tardando!”

En su imponente trineo jalado por hermosos renos de pelaje beig y marrón, Santa se trasladó a casa de Karina Barón, en cuya zapatilla colocó el regalo: Un cubo con la palabra “Suerte para Fiscalía General”. Mismo presente hizo a la diputada Nancy Benítez. Porque el nombre de ambas empiezan a sonar para sustituir a Peimbert.

Pensativo, con la mano en su blanca barba, Santa se preguntaba cuántas mujeres de la “4-T” oaxaqueña reúnen el perfil para titular de la Fiscalía General. “¿Lourdes Santiago será abogada?”, se preguntó en voz alta pensando que en ese caso la actual delegada de la Profeco sería una buena opción. Por cierto, a ella le trajo como regalo un reconocimiento porque almenos en redes se nota su vocación de servicio.

Por lo pronto, en el árbol navideño puesto en el Congreso del Estado, Santa dejó el regalo para el Secretario de Servicios Parlamentarios, Jorge Gonzáles Illescas: Un reloj, para empezar a tiempo (este lunes 26 de diciembre) el procedimiento para elegir titular de la Fiscalía.

En la lista de entrega de regalos seguía Saymi Pineda. Así que Santa subió al trineo, debía viajar a Pochutla, donde hace tanto calor que el gordito se sacó la chamarra roja para quedarse en camiseta. Ya en casa de la Secretaria de Turismo, le dejó al pie del árbol navideño una felicitación porque se esmera en desempeñar bien su función en el tema de la “visitación” y un boleto para el sorteo a la candidatura al Senado.

De regreso a la capital oaxaqueña, Santa se abrigó nuevamente ante el intenso frío sentido en esta Navidad; más que en el Polo Norte. Tenía las regordetas mejillas rojas rojas como jitomate, quien sabe si del calor costeño, el frío de la Sierra Sur, o del ajetreo en la entrega de regalos. Quiso darse una vuelta por la periferia a pie, pero, oh, uno de los renos cayó en los enormes baches. Enfadado cambió el obsequio que traía para el presidente municipal, Francisco Martínez Neri; en vez de un boleto para el sorteo de una candidatura al Senado, le dejó un paquete de pilas para que se las pongan él y su cabildo, y que botó en el Palacio Municipal.

Santa respiró hondo, contó hasta mil y retomó su buen humor. “Jo jo jo”, rió. Se trasladó al hogar del Consejero Jurídico, Geovany Vázquez Sagrero, a quien trajo una caja conteniendo una tabla pequeña, vendas y cinta adhesiva, para entablillar su mano a efecto de que no le tiemble en la revisión de fiats, despojos y demás asuntos escabrosos del gobierno anterior.

Qué difícil tarea la del Consejero. Lo mismo que la del Secretario de las Infraestructuras, Netzahualcóyotl Salvatierra López, en cuyo zapato Santa dejó una varita mágica para componer o terminar obras del sexenio pasado y para realizar las correspondientes al gobierno de Jara, así como un lista de prioridades: Planta de residuos sólidos, proyecto de abastecimiento de agua potable para la capital oaxaqueña y municipios conurbados, la carretera a la Cuenca, remozamiento de los accesos a la ciudad de Oaxaca de Juárez, carretera panorámica de la Costa al Istmo. Mínimo.

Santa tenía sed. Así que atravezó la sala de la residencia de Netza hasta llegar a la amplia cocina de antiguos azulejos. Se sirvió una enorme taza de ponche que bebió a traguitos mientras descansaba un poquito. De la bolsa de la chamarra roja sacó la lista de regalos para ver cuántos faltaban por entregar, la leyó acomodándose los lentejuelos, la guardó, subió a su trineo que había dejado estacionado en la calle y se dirigió a casa de Laura Estrada Mauro, Secretaria de Bienestar, Tequio e Inclusión. ¡Qué nombre tan largo!

Al pie del árbol de Navidad de Laura colocó dos regalos: Un manual sobre “Cómo convertirse en una persona carismática” y un boleto para el sorteo a la candidatura al Senado.

De ahí se fue al domicilio rosa de Salomé Martínez, presidenta estatal de Fuerza México, a quien solamente obsequió un costal de buenos deseos. Porque hace unos meses le adelantó el regalo principal: El registro local del partido, por el que tanto trabajó desde cuando se constituyó como partido nacional, registro que éste perdió.

Santa dejó otro costal de buenos deseos en el árbol navideño del hogar del diputado Luis Alfonso Silva Romo, pues también le dio regalo por adelantado: El liderazgo de la bancada de Morena en el Congreso del Estado y, en consecuencia, la presidencia de la Junta de Coordinación Política.

Para Santa fue fácil decidir el regalo para Antonino Morales Toledo, Secretario de Administración: 12 gorras tipo beisbol (una para cada mes del año) y un boleto para el sorteo “Senaduría 2024”. Lo difícil para el gordito del “jo jo” fue trasladarse hasta la casa de Nino en San Blas Atempa y entederle a la carta escrita en zapoteco.

Santa tuvo que apoyarse del Secretario de Cultura, Víctor Cata, para traducirla. Y a él le obsequió un juego de pinceles de pelo de reno, lienzos confeccionados con pedazos de nubes, y tinta en plumas de ángel.

Sentado sobre el trineo, Santa Claus volvió a leer su lista de regalos; solamente faltaban de entregar algunos manuales, otra varita mágica y los regalos del mandatario estatal.

La varita mágica la dejó en el zapato de Farid Acevedo López, Secretario de Finanzas, para hacer magia con el dinero con el objetivo de que alcance para poner en marcha los proyectos del gobernador Salomón Jara, cuyo antecesor, al parecer, le heredó problemas financieros.

Los manuales para:

René Palacios: “Cómo ser menos intenso y más prudente” y “Cómo entender la idiosincrasia oaxaqueña”. Porque el asesor de origen argentino tiene las mejores intenciones y muy buenas ideas en beneficio del gobierno de Salomón Jara, pero su forma de hablar, de actuar, no es la más sutil, ni la más discreta.

Javier Villacaña Jiménez, presidente estatal del PRI: “Cómo saber ser líder de un partido en decadencia”, “Cómo hacer rendir el financiamiento público del partido” y “Cómo ser oposición”.

Alejandro Avilés Álvarez, diputado local y líder de la mini-bancada priista: “Cómo ser oposición.”

Naty Díaz, diputada local panista: “Cómo permitir el crecimiento de un partido político”.

Pepe Estefan, diputado federal y dirigente estatal del Verde: “Cómo hacer competitivo al partido político”.

Tras entregar los manuales, Santa regresó a la Casa Oficial para ahora sí dejar los regalos del gobernador Salomón Jara al pie del árbol navideño…bueno, en realidad solamente le trajo un regalo: Aceite. Sí, para aceitar y afinar los sentidos: La vista para observar cada movimiento de sus colaboradores (en su gobierno y en su partido –Morena–); el olfato, para oler cualquier mal paso de éstos, indicios de deslealtades, madruguetes, etc; el oído, para nunca dejar de escuchar a la ciudadanía; el gusto, para distinguir siempre el sabor del bienestar general (no solo de morenistas o de élites de la izquierda); y el tacto, para diferenciar entre lo bueno y lo malo.

¡Un gran regalo!

Por cierto, para Santa Claus era más fácil dejar los regalos para todos los funcionarios del gabinete en el Árbol de Navidad instalado en el zócalo de la capital oaxaqueña, o el del Palacio de Gobierno, pero el gordito del “jo jo” quiso ir a casa de cada uno para ver cómo viven y luego hacer la comparación respectiva al final del sexenio.

Y hasta eso, fue generoso al traerles regalos, porque en realidad el mayor obsequio fue el cargo en la administración pública estatal. ¡Se los trajo por adelantado!

Santa subió a su trineo para disponerse a regresar al Polo Norte, pero al buscar el cinturón de seguridad para ponérselo se percató de un costal pequeño en el asiento del copiloto, el cual abrió: Eran dosis mágicas para ciertas militancias y para las personas integrantes del gabinete de Salomón Jara.

Militancia Priista: Una dósis de rebeldía.

Militancia Panista: Doble dosis de rebeldía, una dosis de valor, y triple dosis de trabajo real a ras de tierra.

Militancia morenista: Doble dósis para combatir el exceso de confianza (pues en 2022 se confiaron y no sacaron la votación prevista).

Funcionarios del gabinete: Una dósis de Dramamine para el mareo, y dos dósis de ‘ubicatex’ para no subirse a un ladrillo (aunque algunos ya andan bien mareados y subidos hasta en tabiques…¿o será efecto de la estrategia mordaza institucional?).

Santa Claus sacó las dosis mágicas y las esparció por el cielo oaxaqueño dando vueltas con su trineo hasta desaparecer entre las nubes dejando el eco de su “jo jo jo”.

(Nota: Queridos lectores, queridas lectoras, espero que sea de su agrado esta crónica imaginaria) ¡Felices fiestas decembrinas!)

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Correo: rosyrama@hotmail.com

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