Crónica: Las ambiciones y desencuentros internos del OPLE

*.- Y están “como la Chimoltrufia…”

Rosy RAMALES

Como sus antecesores, los consejeros y consejeras llegaron tarde a la sesión ordinaria del Consejo General del Organismo Público Local Electoral –Instituto de Participación Ciudadana de Oaxaca (OPLE-IEEPCO), en la cual evidenciaron desencuentros internos, autoritarismo, falta de pericia y ambiciones políticas y personales.

Iniciando la sesión, el consejero Uriel Pérez García pidió retirar del orden del día el punto sobre la integración de la Comisión de Quejas y Denuncias, porque no hay proceso local ordinario. “No es que sea innecesaria, pero hay que analizarla más a fondo”, argumentó. Pero solo él y el consejero Gerardo García Marroquín votaron a favor de retirar el proyecto respectivo.

Llegado el momento de discusión de ese punto, los consejeros y las consejeras desbordaron el cobre, mientras comían galletas o tomaban agua o refresco, en torno de la mesa a la que se le ha llamado “la herradura de la democracia”, sobre la cual leían los textos de los proyectos. Los representantes de los partidos políticos eran quienes más hablaban, sobre todo los del PRD, PAN y PRI.

El representante del PRD, Noel García, pidió el uso de la palabra: “Coincido con el consejero Uriel, que pedía retirar el proyecto. No es urgente la Comisión de Quejas, (la cual) trabajó con la Unidad de Quejas. ¡Se necesita presupuesto! ¿Quién va a notificar, quien va a emplazar?”

Lo secundó el representante del PAN, Alejandro Facio, quien preguntó: “¿Qué presupuesto tiene asignado la Comisión de Quejas? ¿Qué va a perseguir si no estamos en proceso electoral? ¡Es más factible en estos momentos crear una Comisión de Sistemas Normativos Internos!”

Por cierto, junto al representante panista se sientan las consejeras Nora Hilda Urdiales y Elizabeth Bautista, a quienes han señalado con tal afinidad. Curiosamente en esta sesión vestían blusa azul. La consejera Rita Bell López lucía una blusa de encaje color vino. Los consejeros electorales vestían de traje: Uriel, color negro y peinado punk; Marroquín, traje gris y corbata vino; Filiberto Chávez, saco obscuro.

Después del panista, el consejero presidente, Gustavo Meixueiro Nájera, con voz impostada, gruesa a fuerzas de forzarla, pero muy bajita y a veces hasta inaudible, argumentó a favor: “La Comisión de Quejas no es urgente, pero es mejor tenerla”. Y que como tal no fue considerada, por lo cual se tenía que hacer uso del presupuesto aprobado.

LA MANZANA DE LA DISCORDIA

Como enrojecido de las mejillas, Marroquín intervino para decir que desde el principio de la sesión votó por no incluir el punto del orden del día. Igual Uriel, absolutamente serio dijo: “Yo no tenía conocimiento cómo se está procesando este asunto”. Seguidamente citó los nombres de los integrantes de la pretendida Comisión: Elizabeth, Filiberto y Nora, quien presidiría la misma.

Y ahí estaba precisamente la manzana de la discordia, según revelaron en corto representantes partidistas. El disenso entre los consejeros y consejeras no solo radicaba en el presupuesto a destinarse a la Comisión de Quejas, sino de manera determinante en la integración porque ubican a Elizabeth y Nora con el PAN y a ésta última, además, con el ex presidente del entonces Instituto Estatal Electoral (IEE), José Luis Echeverría Morales. “Ellas dos favorecerían al PAN y Nora y Filiberto, juntos, también obedecen a Echeverría, entonces lo que queremos es que haya equilibrio”, explicaron.

Con razón, en dos de sus intervenciones el consejero Marroquín insistió en la falta de claridad de considerar a los otros tres consejeros con la posibilidad de participar en las sesiones de la Comisión, pero sin especificar en calidad de qué. Además, se permitía que al no localizarse a uno de los integrantes, cualquiera de ellos convocaría a uno o dos consejeros de una lista previa, a fin de no entorpecer el procedimiento en ocasión de dictar medidas cautelares.

Tal permisibilidad parecía más bien una disposición para asestar madruguetes y prevenir desacuerdos internos por afinidades políticas a la hora de imponer medidas cautelares ante la violación de la norma electoral.

Quizá por eso, el representante del PRD, con un perfecto manejo de la ley y del argumento político, dijo: “Esa Comisión tendrá una participación protagónica pasando el proceso electoral federal, sobre todo en actos anticipados de campaña, entonces quienes la integren deben tender un perfil en el derecho administrativo sancionador, hay que valorar el currículum y debe ser de amplio consenso, porque la Comisión tiene una carga emotiva política de gran peso”.

Entonces, Meixueiro argumentó a favor de la pretendida Comisión de Quejas: “Es mejor tenerla a necesitarla y no tenerla. Sin demerito de los demás consejeros, los (propuestos) a integrarla tienen sobrada experiencia…” E insistiendo en su postura de confrontación con los representantes de los partidos políticos, evidente desde el inicio de la sesión, dijo: “Discrepo en que las facultades de los consejeros tengan que tener el consenso de los representantes de los partidos, las defenderé. Los representantes tienen sus facultades, el de la voz no es autista a las propuestas de los representantes, y les doy la razón cuando la tienen”.

El representante del Panal, Jesús Alberto Cervantes en sus dos intervenciones evidenció: “Los consejeros no se han puesto de acuerdo aún, y eso es muy delicado. Seguidamente, Nora aclaró un punto que alguien había tocado: La duración de un año de la Comisión, aunque uno de los representantes partidistas le dijo que ese lapso era para la presidencia de la misma, no la duración del Consejo.

Lo que sí dijo Nora atinadamente es que la Comisión de Quejas es necesaria no solamente en proceso electoral, sino también para instruir faltas administrativas fuera de proceso. Mientras, las otras dos consejeras permanecían calladas. Incluso, Elizabeth casi toda la discusión del punto se la pasó atendiendo sus dos teléfonos celulares, uno color rosa y otro blanco.

“EL TUFO AUTORITARIO”

La posición de Meixueiro, su aire de superioridad, irritó a los representantes de los partidos políticos, quienes hicieron uso de la palabra en cascada. El del PT, David Juárez, señaló haber opacidad en torno a la pretendida Comisión de Quejas y exhortó al presidente consejero a reflexionar en sus dichos. Reprendió: “Si estamos los representantes es porque nuestra opinión cuenta, ¿o solo cuenta cuando somos cuates o cuando hay problemas?

El representante del PSD añadió: “(Se quieren) aprobar acuerdos de manera expres. Deben traer armonizados estos acuerdos”. El del PRD aclaro que nadie duda de la capacidad de los pretendidos integrantes de la Comisión, sino del procedimiento. Y llamó “una declaración políticamente incorrecta” la de Meixueiro al descalificar la opinión de los representantes partidistas.

“Con el derecho de voz podemos posicionar posturas políticas, hay un tufo autoritario (impensable) en la era de la democracia. Si la postura es que no se nos va a escuchar, no vamos a avanzar”, sentenció Noel.

El consejero Filiberto con sensatez planteó la necesidad de la Comisión, pero él tenía reserva en la consistencia del proyecto. En algún momento el representante del PRI, Orlando Acevedo, también argumentó sobre tal falta de consistencia.

Por fin, después de una prolongadísima discusión, el consejero presidente pidió al secretario someter a consideración la propuesta de retirar el proyecto del orden del día. Votaron por ello Uriel y Marroquín, quienes se opusieron desde el principio, además de Nora y Filiberto, con madurez y sensatez a pesar de estar propuestos a integrar la Comisión. Por lo tanto, el proyecto fue retirado. Uriel y Marroquín ganaban la batalla.

Se pasó a asuntos generales. Para entonces eran las 17:45 horas, cuando la sesión había iniciado a las 14:00 horas.

Con su impostada voz, Gustavo Meixueiro ordenó al secretario, Francisco Osorio, someter a consideración el orden del día el cual se aprobó por unanimidad. Luego le habló al oído y Paquito planteó dispensar la lecturas de las actas y demás protocolos.

Marroquín habló en torno al proyecto por el cual se cambia el carácter de las Comisiones De Entrega Recepción y de Lineamientos Jurídicos del Consejo General. Se aprobó sin mayor problema. Una empleada habilitada de edecán pasó el micrófono casi de boca en boca de los consejeros y consejeras, quien sabe si para evitarles la fatiga de agarrar ellos el micrófono o como un servicio a las altezas.

Consejeros (as) y representantes de partidos políticos, en torno de la mesa en forma de herradura, leían los textos de los proyecto y seguían comían galletas o tomaban agua o refresco. Mientras las galletas dispuestas en el acceso dispuestas para los asistentes (público y demás), tenían gran demanda dada la hora.

Todo iba muy en calma hasta cuando se llegó al proyecto para aprobar el Reglamento de Sesiones.

“COMO LA CHIMOLTRUFIA…”

El representante del PRD, Noel García, argumentó en contra porque en el proyecto de Reglamento se excluía al Director General (actualmente en el cargo Isidoro Yescas Martínez) de la integración del Consejo General. “No puede este Consejo desaparecer la figura; esa es facultad del Congreso”, decía mientras refería una petición anterior hecha al Instituto Nacional Electoral (INE) para aclarar la situación: “No sabemos si resolvió o no”.

Y añadió: “¿Qué va a pasar con las facultades del director? La presencia del director en el Consejo es importante porque él rinde informes..”

El representante del Panal se sumó a la propuesta de Noel de modificar al propuesta de Reglamento para incluir al director en la integración del Consejo. “No se esté vulnerando la esfera del órgano legislativo. Pido que se aplace la discusión de este punto”, observó también.

Los representantes del PAN y del PRI se sumaron a la petición de los el PRD y el Panal. Incluso, el priista dijo: “Mientras no se armonice la legislación local, que se respete la integración del CIPPEO”.

El consejero Marroquín al parecer artífice del proyecto de acuerdo en cuestión, argumentó que éste es el resultado de horas de trabajo en la comisión ex profeso y se recabaron “todas las opiniones”, que no se están mermando las facultades del Director General, y que no se pondría a debatir sobre la permanencia o no de éste en el Consejo General.

“Es cómo ignorar que hubo una reforma electoral en el país y la LEGIPE establece la integración del Consejo General”, puntualizó. Pero ello molestó a los representantes partidistas, quienes prácticamente se le fueron a la yugular, porque ellos tomaron la alusión como un calificativo de ignorantes.

Antes, Gustavo, siempre con su engolada voz, intervino: “Se ha dicho que este Consejo está tratando de desaparecer la figura del Director General, ¡no puedo estar de acuerdo! No puedo consentir que se diga que este Consejo este legislado. El Reglamento es resultado de trabajo digno de reconocerse de los consejeros…”

Luego el representante del PRD reprochó a Marroquín llamarlos ignorantes y su negativa al debate en un órgano deliberativo como el Consejo. Acusó haber línea por parte de Gustavo, a quien, mirándolo a los ojos, le dijo: “¡A usted se le está quitando el voto de calidad (con el Reglamento), se está copiando el Reglamento del INE. ¿Qué pasará si se empata la votación?”

Los representantes del PRI y del PAN también reprocharon a Marroquín haberlos llamado ignorantes. Éste último que los consejeros actúen “como la chimoltrufia”, que así como dicen una cosa, dicen otra, en el sentido que a conveniencia reconocen disposiciones y figuras jurídicas del CIPPEO y de la LEGIPE.

Y en parte los representantes partidistas tienen razón, porque, por ejemplo, los consejeros ordenaron al Director General instruir todo los procedimientos legales en contra de quienes obstruyen la elección en San Dionisio del Mar, dicen que en clara alusión al candidato del PRD; y por el otro lado, se ponen muy exigentes y rigoristas en la integración del Consejo, que si bien su integración es como argumentan los consejeros, también es posible mantener la figura del Director General como una figura de transición dentro del Consejo, al fin que solo tiene derecho a voz.

Pero los consejeros se ponen de necios. Y los representantes partidistas no están dispuestos a ser arrollados por los aires de sapiencia de aquellos.

Luego Marroquín en el uso de la palabra, muy alterado, aclaró: “¡A mi no me da línea nadie, yo no le debo nada a nadie..!” “Jajaja”, se carcajeó alguien de entre el público. Más adelante, un poco más calmado, explicó que su alusión no fue en sentido peyorativo, que no quiso llamar ignorantes a los representantes partidistas, sino que no se puede desconocer un precepto existente. Algo más o menos así.

Las consejeras intervinieron brevísimamente para decir que el Reglamento era resultado de arduo trabajo, y que era perfectible, que la aprobación del mismo no significaba que más adelante pudiera modificarse cuando los diputados armonicen la ley electoral.

El consejero Uriel reconoció: “Sí se legisla, estamos derogando (artículos de la ley electoral)”. Ciertamente, porque, por ejemplo, el voto de calidad solo lo puede conferir o quitar la Legislatura.

La discusión fue muy larga, extenuante, acalorada. Cerca de las 16:30 horas se sometió a votación la petición de los representantes partidistas. Votaron a favor cuatro consejeros: Filiberto, Uriel, Rita y Elizabeth.

Las votaciones dejaron entrever no solamente la inconsistencia de los proyectos, sino también su falta de consenso, la endeble unidad interna entre los consejeros, la confrontación con los representantes partidistas. Pero sobre todo, los intereses políticos que ya están en juego rumbo a la sucesión gubernamental.

 

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Correo: rosyrama@hotmail.com


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