Rosy RAMALES
Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia. De hecho, ya ha pasado a formar parte de los anales. ¿Cómo? Como dice la frase del poema de Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.
AMLO hasta acuñó el lema que en el 2018 lo hizo trascender postulado por la coalición Morena-PT-PES: “Juntos haremos historia.” Un lema que incluyó la participación de la ciudadanía, la cual le dio 30,113,483 de votos que representó el 53.19% de la votación total; el más alto porcentaje obtenido por una candidatura presidencial hasta ese momento.
Y por eso, pasó a la historia. Además porque se convirtió en el primer Presidente de México de izquierda, después de 12 años de lucha por conseguirlo.
Y no solo alcanzó la Presidencia de México, sino también una holgada mayoría para Morena en las cámaras del Congreso de la Unión; 308 diputaciones (247 de Morena, que en realidad fueron 191 conforme los resultados electorales pero se le sumaron del PES y del PT). En el Senado, en conjunto llegaron a 70 escaños, de los cuales 59 fueron de Morena.
La fuerte presencia de AMLO hizo posible el resultado para Morena y aliados, funcionando la petición del “voto parejo”. Ya estaba la marca guinda, pero con el sello de garantía del tabasqueño. Así, en el 2018 Morena y aliados se quedaron a 26 diputaciones de la mayoría calificada (308 para 334 del total de 500) y a 16 escaños de este tipo de mayoría en el Senado (70 para 86 del total de 128).
En las elecciones intermedias del 2021, la coalición Morena-PT-PVEM bajó a 278 diputaciones en conjunto. Tampoco les fue mal, pero para tres años en el ejercicio en el poder y el despliegue de programas sociales, era para alcanzar desde entonces la mayoría calificada en ambas cámaras.
Esa mayoría que Morena y aliados consiguieron en las elecciones de junio de 2024 en la Cámara de Diputados: 364 curules entre los tres (236 de Morena). En la cámara de senadores, siguieron faltando 3 escaños para conseguir los 86 en conjunto para la mayoría calificada del total de 128, pero inmediatamente Morena sumó las dos únicas senadurías del PRD, más otro que consiga, completará.
La otra joya de la corona para Morena en el 2024 fue la retención de la Presidencia de la República con Claudia Sheinbaum Pardo como candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT-PVEM), quien el 1º de octubre próximo se convertirá en la primera mujer Presidenta (con A).
Y también por eso, AMLO pasará a la historia, porque tuvo la visión de impulsar a una mujer como candidata de su partido para sucederlo en el cargo. ¿Por qué una mujer y no un hombre (Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal) Amén de su capacidad, talento, conocimientos, Claudia representó para el tabasqueño garantía de lealtad y de cohesión (a pesar del inicial berrinche del zacatecano y del ex canciller).
Una anotación más en los anales de la historia respecto a AMLO, son las conquistas electorales de Morena, que apenas con diez años de existencia como partido político y en tan solo seis años en el poder, después de las elecciones concurrentes de 2024 gobernará 24 de 32 entidades federativas; tendrá la mayoría de los congresos locales y municipios, así como las principales capitales.
Tales logros electorales son de AMLO que con la escuela de su partido de origen (el PRI) ha sido el jefe político de Morena, quien llevó la vara de mando; Mario Delgado Carrillo solamente jugó el papel de la formalidad en la dirigencia nacional del partido guinda.
El recuento electoral formalmente no cuenta como parte de los logros de la administración pública federal encabezada por AMLO, de su sexto y último informe de gobierno. Pero cuenta para los anales de la historia electoral del país.
AMLO puede pasar a la historia de muchas formas más: Como tirano, como el presidente que metió hasta los codos en los procesos electorales y que buscó aniquilar al Poder Judicial y órganos autónomos; o como el presidente que terminó obras de envergadura inconclusas (autopistas como la de Barranca Larga-Ventanilla en Oaxaca), que construyó otras tantas (como la refinería en Tabasco), y que privilegió en grado mayúsculo los programas sociales.
Todo es según el color del cristal con que se mire, o todo según resulte su último legado de reformas que pasarán a beneficiar o a perjudicar a su sucesora (y a México, por supuesto).
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