*.- ¿Quién terminará en la cárcel?
Rosy RAMALES
De la conferencia de prensa ofrecida ayer por el senador Benjamín Robles Montoya llama la atención de sobremanera una frase: “…En estos actos de corrupción lo que se ve es claramente delincuencia organizada.”
¿Qué actos de corrupción? Pues ayer denunció públicamente presumibles acciones ilícitas del Secretario de Administración del Gobierno del Estado de Oaxaca, Alberto Vargas Varela: Sin licitación, el equipamiento de 200 ambulancias y la adquisición de unidades para el proyecto del Metrobus; la administración de la nómina de burócratas y la negociación de seguros y microcréditos mediante sus empresas o prestanombres.
Citó a Grupo SIM, RH y Crediamigos como sociedades de las cuales forma parte Vargas Varela, a quien acusó también de manejar al equipo “Alebrijes de Oaxaca”, de erogaciones extralegales como una de 120 millones de pesos, y la adquisición de departamentos en zonas exclusivas, entre otros actos irregulares, según señaló el senador y aspirante a la candidatura del PRD a la gubernatura de Oaxaca.
Hace cosa de un mes, Benjamín Robles acusó a Jorge Castillo Díaz (colaborador extra gobierno de Gabino Cué) de enriquecimiento inexplicable, operaciones con recursos de procedencia ilícita y tráfico de influencias. Además, lo denunció ante la Procuraduría General de la República (PGR).
Ambas acusaciones se insertan en la campaña “¡Ya basta!”, emprendida por Robles Montoya en contra de la corrupción, un tema que le llega a la gente, sin duda. En ese contexto, cabe preguntar: ¿Hasta dónde es la intensión del senador de combatir efectivamente la corrupción y hasta dónde solamente intenta ganar simpatizantes o, incluso, llamar la atención para obtener la candidatura del PRD a la gubernatura?
Una candidatura que, por cierto, tiene perdida por el momento. Y tampoco hay trazos de que la pueda obtener por parte de Morena. Benjamín Robles se encuentra como en un periodo de incertidumbre electoral respecto a su proyecto personal. Y si bien sus denuncias pueden tener mucho de cierto, también es evidente su desesperación y revanchismo en contra de quien le arrebató la posición de poder político y económico en el gobierno de Gabino Cué Monteagudo: Jorge Castillo Díaz.
Lo realmente preocupante para Oaxaca es el contenido de la frase de Robles Montoya: “…En estos actos de corrupción lo que se ve es claramente delincuencia organizada.”
Hay una gran diferencia entre denunciar actos de corrupción de un servidor público, a denunciar acciones de delincuencia organizada. ¿Se referirá solamente a presuntos actos ilícitos por parte de una sociedad fáctica entre Jorge Castillo Díaz y Alberto Vargas Varela? ¿O la denuncia sugiere entender la existencia de toda una red de operadores y operaciones inconfesables?
¿QUIÉN TÉRMINARÁ EN LA CÁRCEL?
Las acusaciones del senador Benjamín Robles Montoya son serias y graves. Y debe tener las pruebas en la mano, caso contrario los acusados pueden actuar jurídicamente en su contra. El fuero no es eterno. Además, si los señalamientos resultan falsos, ya hizo daño moral a los presuntos culpables del saqueo de las arcas públicas de Oaxaca.
Claro, es más fácil que Jorge Castillo y Alberto Vargas, en todo caso, corran la suerte de terminar en algún reclusorio, siempre y cuando los partidos políticos aliados de Cué (PRD y PAN) pierdan la elección de gobernador aun en coalición, o que compitan solos en el proceso electoral a iniciar el ocho de octubre próximo.
En ese contexto, Benjamín Robles comparó a los acusados con dos de los colaboradores del gobierno del priista Ulises Ruiz Ortiz: “Vargas Varela es como Bulmaro Rito (y) Jorge Castillo es como Habib (Miguel Ángel Ortega Habib)”; el primero actualmente está en prisión sujeto a un proceso penal, y el otro anda prófugo de la justicia.
Incluso, el senador perredista, quien cada vez más se acerca a la vía independiente por la gubernatura de Oaxaca, no dudó en que los nombres de Alberto Vargas y Jorge Castillo formen parte de una línea de investigación del asesinato de Rafael Pérez Gavilán, ex funcionario de la Secretaría de Salud de Oaxaca, cuya vida fue cortada de tajo justo cuando corría el rumor de que daría una conferencia de prensa para denunciar actos de corrupción.
“EL GOBERNADOR DEBE DE ESTAR ENTERADO”.
A pregunta expresa de un reportero, el senador Benjamín Robles Montoya dijo: “Yo creo de que el gobernador (Gabino Cué) debe estar enterado de muchas cosas, y espero que esto lo anime a que redireccione su administración, para que sea el eje de la honestidad y no de la corrupción el legado que deje (al concluir su gobierno)”.
De algún Robles Montoya tiene razón: El gobernador por serlo precisamente debe tener conocimiento de las operaciones de sus colaboradores. Por lo pronto Cué ha negado la participación de Jorge Castillo Díaz en su gobierno; y, ciertamente, éste no forma parte del gabinete legal ni ampliado. Sin embargo, los mismos funcionarios del mandatario con frecuencia lo refieren.
Cué necesita, no solo salir a desmentir con palabras a Robles Montoya, sino con pruebas también. Por lo pronto, el senador ha asestado otro duro golpe al gobierno aliancista.
Y lean de lo que Robles Montoya sería capaz: “Si tengo elementos para denunciar al gobernador, que nadie dude que lo voy hacer”.
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Correo: rosyrama@hotmail.com
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