Rosy RAMALES
Este miércoles se instala la LXVI Legislatura del Congreso del Estado de Oaxaca, que debería representar la esperanza del pueblo oaxaqueño de cambio, de nuevas ideas, de buenas iniciativas. Pero quién sabe.
De entrada porque parte de la entrante Legislatura se compone de personas diputadas que fueron reelectas en el cargo; unas por el principio de mayoría relativa, otras por el principio de representación proporcional (plurinominales), pero en su mayoría sin merecimiento, sin representar realmente al “pueblo.”
El “pueblo” (o la ciudadanía) votó prácticamente de manera inercial, no por ellas, ellos, sino por el partido político: Morena y en efecto carambola, por los partidos aliados. Claro, con sus honrosas excepciones, en que el electorado votó por la persona.
Ni se diga de las diputaciones plurinominales, asignadas a los partidos políticos en función de su número de votos. La ciudadanía no los vota de manera directa y a veces desconoce. Pero, qué tal, a los pluris se les llena la boca llamándose “representantes populares”.
Por cierto, el partido dominante (ahora Morena) se hace de pluris para reafirmar su mayoría o, en otras palabras, ensanchar su ‘aplanadora’; incluso usando a sus aliados, PVEM y FxM-Oaxaca, bajo cuyas siglas fueron postuladas candidaturas de origen morenista, y ahora, ya como diputadas, diputados, se pasarán a la bancada guinda una vez que asuman el cargo, porque todo lleva un procedimiento, a ver si lo respetan al menos en la forma.
Van a quedar Grupos Parlamentarios de 3.
El PVEM tendrá 3: Gaby Pérez, Eva Diego y dicen que Melina Hernández, quien llega en reelección vía Morena pero se mudará a la bancada Verde cuando esta debería conformarse con las 7 diputaciones resultantes de la elección: 6 de mayoría y 1 pluri.
FxMx-Oaxaca obtuvo 6 diputaciones de mayoría, pero todas son de origen morenista, así que Morena generosamente le va a dejar 3 para que Fuerza por México conforme bancada en la Legislatura entrante.
Bancada “Independiente” o “Plural”, que se va a conformar por las diputadas plurinominales Natividad Díaz Jiménez (ex panista) y Lizbeth Concha Ojeda (ex priista), más un morenista que compitió al parecer por el PVEM, Mauro Cruz.
Por cierto, el PRI y el PAN solamente obtuvieron diputaciones plurinominales; el primero dos, en las personas de Liz y Javier Casique Zárate; el segundo, una, en la persona de Naty, quien fue expulsada de Acción Nacional por haber votado en contra de la Reforma al Poder Judicial; la otra, también votó a favor, pero renunció después alegando autoritarismo priista.
El caso es que en la Legislatura entrante no habrá PAN, y el otrora hegemónico PRI nada más tendrá un diputado.
La bancada del PT conservará sus tres diputaciones: Bianni Palomec Enríquez, Dante Montaño Montero, e Irma Pineda Santiago.
Morena tendrá una súper bancada de mayoría más que aplastante: 13 de mayoría relativa, más 9 plurinominales (menos el préstamo al Verde), más 2 ó 3 morenistas que habiendo ganado por el Verde se quedarán en la bancada guinda, más 3 incubados en FxM-Oaxaca: Total, entre 27 y 28 diputaciones.
Y con quienes se quedan en las bancadas de los partidos aliados, tiene de sobra mayoría calificada. Más la suma ociosa de la bancada independiente o plural.
Pregunta: ¿Es necesaria tanta mudanza de una bancada a otra? ¿Es necesaria una bancada ficticiamente independiente? En este último caso solo que sea por hacerle de cuadritos la vida a la bancada del PT, porque Morena en realidad no necesita de los votos de Naty, ni de Liz.
En fin, la mudanza de diputaciones de una bancada a otra, formalmente se dará después de la instalación de la Legislatura, lo cual proyecta una imagen de ficción o de fraude a la ley. De hecho el fraude a la ley se generó desde la postulación de las diputaciones, y en el cual también se incluye la usurpación de acciones afirmativas a indígenas, personas con discapacidad y personas de la comunidad LGBT.
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