Rosy RAMALES
Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) podrá argumentar misa en descargo por el adelantado respaldo del PRI a la panista Xóchitl Gálvez Ruiz para encabezar el Frente Amplio por México, pero la acción misma evidencía traición a la priista Beatriz Paredes Rangel.
Porque el Revolucionario Institucional de “Alito” no sostuvo la candidatura de su propia militante hasta el final del proceso político como hubiese sido lo deseable. Y si bien las encuestas no le favorecían, debió ser la misma Beatriz quien en todo caso saliera a declinar antes que cualquier declaración de Moreno Cárdenas o postura del partido.
Pero “Alito” forzó la declinación con el madruguete del anuncio sobre la postura del PRI ante la tendencia desfavorable hacia Beatriz dada por algunas encuestas. Ella quiso mantenerse firme y dijo que esperaría el resultado de la única encuesta válida, que era la del Comité Organizador, el cual nada perezoso colaboró adelantando el resultado.
Y sin embargo, Arturo Sánchez, integrante de dicho Comité, previamente reconoció que “no era el plan” original apresurar el resultado de la encuesta, la cual en ponderación arrojó el 57.58% de la preferencia a favor de Xóchitl; 42.42% para Beatriz.
Luego “Alito” concretó la puñalada a Beatriz fijando la postura del PRI: Respaldo a Xóchitl como candidata única. Y Paredes renunció a continuar participando en el proceso interno. ¿Cómo seguir si al final su partido la abandonó?
La del campechano, la del Revolucionario Institucional, definitivamente no fue la forma. Más bien fue una mala forma. Así que a Beatriz no le quedó otra que renunciar a su aspiración, y echando mano de su diplomacia y experiencia política puso punto final a su participación en el proceso político diciendo:
“Que, si en el discurso de Mérida me comprometí a particionar en el proceso hasta el final, efectivamente, para mí el final es cuando se dieron los resultados que revelaban que era irreversible el triunfo de la otra candidata, esos resultados se han dado con la expresión de esas encuestas oficiales.”
Sí, pero el Comité Organizador dio a conocer los resultados de manera adelantada “a solicitud” de los tres partidos políticos que integran el Frente: PRI, PAN y PRD. Vaya, ya lo tenían planeado.
Sí, pero se trata de un resultado a medias. Porque el proceso político contemplaba la encuesta y la consulta, que valdrían 50 y 50%. Entonces, en realidad no se llegó al final del proceso con un resultado promediado.
Así, nunca se sabrá el respaldo de tierra que traía cada una de las dos aspirante, tampoco la fuerza efectiva de cada partido político.
En fin, que el inacabado proceso del Frente Amplio por México deja cierto mal sabor de boca, donde la decisión de los dirigentes de los tres partidos debilitó el matiz democrático, dejó vestidas y alborotadas a las personas que se habían animado a participar en la consulta.
Deja la percepción de que Beatriz fue orillada a renunciar y Xóchitl no lo evitó.
Incluso, en Twitter posteó el siguiente mensaje respecto a la postura del PRI y de “Alito”: “Presidente, valoro tu liderazgo y el respaldo que me ofrecen las y los militantes del Partido Revolucionario Institucional. Tenemos ante nosotros la gran oportunidad de trabajar juntos para lograr un México mejor. Aprovechemos lo que de nosotras y nosotros demanda la ciudadanía: trabajo, seguridad, eficiencia y honestidad.”
Xóchitl no debería sentirse contenta porque la obtención del cargo de Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio por México y virtual candidatura presidencial no es producto de un proceso político completo, democrático, sino de la voluntad y negociación de los dirigentes del PRI, del PAN y del PRD.
Si el PRI de “Alito” fue capaz de abandonar a su propia militante, ¿qué no puede hacer con la candidatura de Xóchitl?
En fin.
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