Rosy RAMALES
La “Conferencia de la Verdad” de la precandidata presidencial de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez Ruiz, es una ingeniosa estrategia en la intercampaña, periodo en el cual se llevará a cabo a las 10:00 horas tres días a la semana.
Tales “mañaneras” son parecidas a las realizadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con la diferencia, suponemos, de que no se transmiten ni fraccionadas ni íntegras en canales institucionales o en medios de comunicación como la radio y la televisión.
Porque entonces tendrían implicaciones legales como, por ejemplo, acceso indebido a los tiempos de radio y televisión, que solamente el Instituto Nacional Electoral (INE) puede asignar a los partidos políticos, los cuales pueden utilizar tales tiempos en la intercampaña, pero solo para propaganda genérica, no de carácter proselitista.
Las mañaneras de Xóchitl parecen amparadas en el derecho a la información y la libertad de expresión, porque se supone son de carácter informativo. Aunque en el fondo tiendan a promover la imagen de la precandidata de la coalición del PAN-PRI-PRD, por lo cual sí se arriesga a que cualquiera de los adversarios la combata ante las autoridades electorales.
Y las autoridades electorales estarán frente a un caso inédito en intercampaña. La ley no prohíbe expresamente este tipo de conferencias por parte de las personas candidatas, que bien pudieran realizarlas sin tanto estruendo, sin una denominación específica.
Las mañaneras de Xóchitl tienen una denominación: “Conferencia de la Verdad”, lo cual supone un propósito: Combatir, hacer contra peso, la fuerza, las acciones, los programas, las posturas, del presidente AMLO, quien, por su parte, viene sacando ventaja política desde el principio del sexenio con la ingeniosa estrategia de su conferencia matutina.
Hasta ahora Gálvez Ruiz ha cuidado hablar de su contrincante, Claudia Sheinbam Pardo, candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT-PVEM), quizá por los riesgos de intercampaña. Pero se ha dado vuelo combatiendo al presidente AMLO; incluso dijo que en cada edición dará un dato verificado para desmentir los datos del mandatario.
Obvio, por eso se denomina “Conferencia de la Verdad”.
Y es evidentemente que las conferencias de Xóchitl tienden a desdibujar el gobierno de López Obrador para intentar influir en el ánimo del electorado. Porque además, pegarle a AMLO, es pegarle a Claudia Sheinbaum, por lo menos así se entiende.
¿O cuál es el propósito central de las conferencias de Gálvez Ruiz? Vaya, en éstas no se va a poner a informar sobre el estado del tiempo, el pronóstico deportivo. O sea, no son meramente informativas, sino tienen un objetivo político electoral.
Alguna estrategia tenía que emplear en la intercampaña, para además no caerse en el ánimo del electoral y mantenerse activa mediáticamente. Y la estrategia, según parece, está basada en la “Conferencia de la Verdad”.
A decir de Xóchitl, su conferencia “tendrá como objetivo hablar de la realidad que pasa en México y darle voz a los ciudadanos que han sido abandonados”.
En fin, interesante el caso. Ya si la denuncian, la autoridad competente decidirá hasta dónde tales conferencias forman parte del debate político, de los derechos a la información y libertad de expresión, o hasta dónde corren el riesgo de convertirse en proselitismo o propaganda electoral.
Aunque Gálvez Ruiz ha cuidado que el escenario de las conferencias no diga “candidata presidencial”, ni lleva el logo de la coalición o de los partidos políticos que la respaldan, ni alude al proceso electoral.
A ver qué pasa.
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