CRÓNICA POLÍTICA: ¿Quién hizo negocios en el PAN-Oaxaca? 

¿Sobrevivir o extinguirse tras la próxima elección interna? 

Rosy RAMALES

No lo van a creer, pero Naty Díaz aún influye en el PAN estatal. De hecho, aún sigue siendo panista porque el proceso de expulsión en su contra todavía no concluye, y quizá concluya con el perdón de su pecado interno de haber votado a favor de la reforma judicial, pues hizo creer al dirigente nacional, Jorge Romero Herrera, que gracias a ella, el panismo oaxaqueño aportó 1900 votos para la elección de éste.

Al menos eso cuentan panistas. 

De ser el caso, qué suerte tiene la diputada ejuteca de ojos aceitunados. Primero porque consiguió echarse a la bolsa al nuevo líder nacional del PAN, luego porque también juega en doble vía parlamentaria. En el Congreso del Estado, Morena la arropó tan bien que hasta procuró una bancada “plural” conformada por ella, por la ex priista Lizbeth Concha Ojeda y por Mauro Cruz Sánchez, quien fue postulado por el Verde pero su origen en realidad es guinda. De esos extraños acuerdos.

Dicen que Naty, inteligente y audazmente tiene una candidata para la dirigencia del PAN estatal: Rosario Ramírez, quien fue su tesorera cuando Díaz Jiménez presidió el Comité Directivo. Al final de cuentas, aunque juegue con Morena, su corazón sigue siendo panista, y como impugnó (según cuentan) algo de su proceso de expulsión, pues todavía sigue siendo parte de Acción Nacional. ¿Será?

¿Y qué creen? Juan Mendoza Reyes también tiene candidata: Claudia Ayala. 

Dicen que Juan y Naty se pelearon cuando eran como la uña y la mugre. Pero panistas sospechan que se pelearon nada más de mentiritas, que van a unir fuerzas para que una de las dos candidatas gane la elección interna a celebrarse el 26 del mes en curso, por voto directo de la militancia.

Y así dejar sin posibilidad a Perla Woolrich Fernández (tercera candidata) de repetir en la dirigencia estatal del PAN, a la cual llegó en alianza con Naty y Juan. Pero como el carácter de Perla no es para la manipulación, ¡zaz!, tronó la alianza. El plan era, dicen, dejar a la persona suplente de Perla en frente del partido azul en Oaxaca, pero el plan falló.

Perla ha resistido embates internos, ha nevegado contra corriente y ha lidiado con miles de problemas partidista a resolver. Y ahora va por la reelección, contando con el respaldo de una parte del panismo de cepa, porque otra parte (como, por ejemplo, ex concejales de la capital oaxaqueña) apoyan a adversarios.

¿Pero quién quiere dirigir un partido político a punto de la extinción? Suerte nacional, pero sobre todo suerte estatal, porque en Oaxaca ha venido de más a menos. Aunque dirigir un partido político, siempre es un negocio bastante redituable; al menos eso cuentan que ha sido el PAN. 

Imagínense, una persona ex titular de la presidencia estatal le vendió al partido un auto en 250 mil pesos y luego se lo compró en 30 mil pesos, según cuentan militantes de Acción Nacional en la entidad; partido que (dicen) se auto-rentaba sus propios vehículos. ¿Cómo? Como dice la canción “Sabrá Dios…”

¿Y quién estaba al frente de la tesorería? ¿O qué persona tiene la responsabilidad directa en irregularidades como estas? No vaya siendo una de las candidatas, porque las irregularidades siguen o van a seguir un proceso ante el INE, la Fiscalía en Delitos Electorales y demás instancias competentes. 

En fin, el panismo oaxaqueño (lo que queda de éste) tiene la posibilidad de elegir entre la sobrevivencia de su partido político en la entidad y la extinción de éste si la dirigencia estatal queda en manos de representantes de quienes solamente han visto al PAN como negocio y trampolín de un cargo popular a otro.

Dicen que el panismo lo sabe. Y quienes quieren la sobrevivencia del PAN en Oaxaca, van a votar por Perla.

A ver qué pasa.

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rosyrama@hotmail.com


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