*.- Caso Oaxaca
Rosy RAMALES
Sin duda, el PRI ha dado un gran paso al aprobar, vía su Consejo Político Nacional, abrirse a los simpatizantes para la “elección y postulación” de candidatos a gobernador para los comicios del próximo año en los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Tal apertura da la posibilidad de que en algunas de estas entidades federativas el respectivo candidato a gobernador del PRI emerja de la sociedad civil.
¿Dónde sería factible? Pues conforme al Acuerdo aprobado, sería “en aquel o aquellos estados en los que el prestigio, fama pública, además de los estudios demoscópicos, señalen que dichos ciudadanos se encuentran en un nivel de reconocimiento y aceptación superior al de los militantes que aspiren al mismo cargo”.
Y en las convocatorias correspondientes, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI “adoptará las medidas y mecanismos pertinentes para acreditar los atributos señalados y para propiciar su acceso a los procesos internos respectivos”, en las entidades donde las condiciones lo ameriten.
El Acuerdo aprobado el sábado pasado en la XXXV Sesión Extraordinaria del Consejo Político Nacional del PRI, viene a dar observancia al artículo 166 de los Estatutos de este partido político, que, a decir verdad, era considerado como una disposición condenada a letra muerta.
Hoy vemos que no, salvo que resulte una farsa la apertura a la participación de los simpatizantes en los procesos de selección y postulación de candidatos a gobernador.
Y miren, la apertura a la sociedad civil simpatizante no es para nada una concesión graciosa. Más bien, el PRI al fin estaría dando cumplimiento a mandatos constitucionales, cuando los partidos políticos son entidades de interés publico cuyo fin es el acceso de los ciudadanos a los cargos públicos.
Sin embargo, los partidos políticos se han convertido en camarillas y hasta en mafias, que solo usan a la sociedad civil para legitimar su arribo al poder por el poder mismo. Es parte de la actual crisis de la partidocracia.
En fin, retomando el tema del Acuerdo priista, cabe preguntar: ¿Y qué llevó al PRI nacional a abrirse a sus simpatizantes?
En los considerandos del Acuerdo se argumenta, además de la existencia de la disposición estatutaria, el convencimiento de obtener triunfos electorales mediante la postulación de simpatizantes como candidatos a gobernador. Es una posibilidad.
¿Y en qué entidades? Tal vez donde el PRI enfrente alguna de las siguientes circunstancias, por ejemplo: Falta de un candidato o candidata fuerte, polarización entre dos aspirantes internos, intromisión de ex gobernadores, o hartazgo de sociedad civil hacia el partido y en consecuencia rechazo hacia los cuadros priistas.
Claro, como en política nada es casualidad, sino más bien es causalidad, es probable que la apertura a los simpatizantes tenga otro objetivo específico, como, por ejemplo:
El acotamiento de las candidaturas independientes.
O la dedicatoria a determinados personajes previamente determinados en alguna de las entidades federativas donde en 2016 habrá elecciones de gobernador; es decir, que el PRI ya tenga visto y apalabrado al o a la simpatizante para la candidatura correspondiente.
¿Usted qué opina querido lector, querida lectora?
Falta ver la reacción de las y los aspirantes internos, quienes mediante encuestas vienen mostrando su grado de posicionamiento en el conocimiento del electorado. Aunque la preferencia electoral implica una medición distinta.
CASO OAXACA
El Acuerdo del PRI de abrirse a la sociedad civil-simpatizante para seleccionar y postular candidatos y candidatas a las gubernaturas a decidirse el próximo año, ¿sería la solución al lío priista en Oaxaca?
En esta entidad federativa prevalece la disputa entre dos ex gobernadores por colocar candidato a la gubernatura: Ulises Ruiz Ortiz perfila nuevamente a Eviel Pérez Magaña y José Murat Casab a su hijo, Alejandro Murat Hijonosa, director del Infonavit.
Ambos lo han negado. Pero los hechos no han dejado lugar a dudas. Por ejemplo, el audio-escándalo, donde Ulises Ruiz y el empresario Hugo Scherer Castillo hablan de una estrategia en respaldo de Eviel Pérez Magaña, a quien el ex mandatario llama “El Tiburón”. En tanto, los muratistas han tejido toda una red de activismo electoral en torno del mexiquense.
La confrontación es tal, que internamente se habla del tercero en discordia. Y el PRI tiene cuadros de donde elegir al tercero. Y puede ser un hombre o una mujer. Están, por ejemplo: El munícipe de la capital oaxaqueña, Javier Villacaña Jiménez; el ex diputado federal Samuel Gurrión Matías; el director de Liconsa, Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva; la directora del INAES, Narcedalia Ramírez Pineda, y la diputada federal y ex Subprocuradora de la PGR, Mariana Benítez Tiburcio, quienes, por cierto, han mostrado poder de convocatoria en las reuniones que han encabezado en las últimas dos semanas.
Mariana Benítez, incluso, ha acaparado la atención de columnas nacionales.
El PRI en Oaxaca tiene cuadros, pues. Sin embargo, en los corrillos priistas se ha escuchado el nombre de Gerardo Gutiérrez Candiani, administrador de los empresarios mexicanos, como el tercero en discordia para encabezar la candidatura del Revolucionario Institucional a la gubernatura oaxaqueña.
¿Será que la apertura priista sea con dedicatoria a Candiani? Aunque él también aparece como posibilidad en las expectativas del PRD y del PAN.
Por cierto, en las dos últimas semanas Gutiérrez Candiani ha recibido el respaldo de líderes empresariales como, por ejemplo, Rodrigo Alpízar, de Canacintra. ¿Casualidad o causalidad?
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