Por Salomón Peregrino
“Ni entres en la senda de los malvados ni avances por el camino de ellos”.
*.- Una historia con igualdad de intereses y rutas diferentes
Y coincidieron nuevamente en Oaxaca. Ulises Ruiz Ortiz y José Murat Casab; Murat y URO. Muy lejanos han quedado aquellos tiempos de coincidencias políticas e interés afines; de respaldo mutuo para alcanzar, cada quien en su momento, la gubernatura de Oaxaca. Ninguno de ellos lo habría logrado sin el respaldo del otro.
Ulises Ruiz, desde el PRI estatal, fue el coordinador electoral en la campaña de José Murat en 1998; y en el 2004, aunque no del todo convencido, Murat respaldó finalmente a Ulises Ruiz e hizo de lado a Juan Díaz Pimentel.
En ese momento, Ulises estaba apoyado por el presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo, y quien a la postre resultó candidato presidencial en el 2006. Ambos tenían esa lectura muy clara. Y Murat, fiel a su estilo de primero él, después él y por ultimo él, pactó ser incluido en sitio privilegiado del listado plurinominal para ser diputado federal. Y lo llegó a ser de 2006 a 2009.
Y en ese intervalo de tiempo, después de ser oficialmente inscrito ante el IFE como candidato plurinominal y el inicio del conflicto magisterial de 2006, cuando se da una ruptura política total entre ambos. La razón tuvo origen, como hasta hoy sigue siendo distintivo, en la asignación de quienes finalmente resultaron candidatas y candidatos para ese proceso electoral federal. Ulises Ruiz designó a todas y a todos. Y en ese momento, todas y todos eran Ulisistas al 100%. Y todas y todos, candidatas y candidatos, ni se acordaban de Murat.
Al Senado, iban en formula Adolfo Toledo Infanzón y Lilia Mendoza Cruz, ambos diputados locales en la actual Legislatura del Estado, ambos reinsertos con Murat y en la actualidad, mientras no suceda otra cosa que les pueda representar mayores beneficios, enemigos de Ulises.
Ese mismo año, 2006, David Mayren fue candidato a diputado federal por el distrito de Pinotepa Nacional. Y es el momento en que aún no atina a definir su propia ruta personal o de grupo; vaya, no sabe siquiera a qué árbol pedir cobijo. De repente… hasta genera lástima. Y así se podría continuar una a una, uno a uno, con toda esa lista; y hallar a los leales a URO de ese tiempo y de ahora; hallar a los desleales a Murat de ese tiempo y a sus ahora incondicionales.
Murat y Ulises, Ulises y Murat. Ellos y los demás de siempre, quienes habrán de seguir siendo por encima y en el fondo: iguales. Para mala suerte de Oaxaca y, quizás, para desgracia de todos.
Pero después de ese fugaz viaje en el tiempo, lleno de coincidencias, proyectos y complicidades afines que ya jamás habrán de volver, afortunadamente, retornemos nuevamente al presente que está lleno de proyectos en el futuro inmediato de ambos.
Empecemos, por el momento de llegada a Oaxaca, con Ulises Ruiz Ortiz. Iniciando con agenda social, ¿o política?, al medio día del cabalístico Viernes 13, en el rancho del presidente municipal de Xoxocotlán, Héctor Santiago Aragón, mejor conocido como “el Lobo Mayor”. El pretexto, cuentan algunos de los asistentes, fue para festejar el cumpleaños de Beatriz Rodríguez Casasnova, quien el día anterior había cumplido un año más de vida.
A invitación ¿o convocatoria? de Héctor Santiago, se sumaron el regidor y ex presidente municipal de Xoxocotlán, Argeo Aquino Santiago, y el actual secretario municipal, Martín Rosado Chávez; logrando con esa suma de esfuerzos una nutrida concurrencia de invitados. Se dice que asistieron poco más de 400 personas. Y todos los ahí presentes, felices de convivir con Beatriz Rodríguez y con Ulises Ruiz. Hubo el tiempo suficiente para saludar a todas y a todos los asistentes, de brindar por la festejada, de bailar y, por supuesto, de aprovechar el tiempo para hacer política. Grilla pues, dijeran algunos.
Un primer encuentro que, según colaboradores cercanos a la Titis, calificaron de exitoso.
Esa mismo viernes, ya avanzada la noche, Ulises asistiría a otra cena bajo el mismo argumento de festejo a la ya candidata por el PRI a diputada federal por el distrito electoral 8. Reunión de convivencia con amistades cercanas y algunos políticos destacados; por citar: Martín Vásquez Villanueva, José Antonio Hernández Fraguas y algunos colaboradores cercanos de Javier Villacaña. Momentos que, cuentan, sirvieron también para que Ulises Ruiz compartiera y departiera con los asistentes.
Una visita con tintes políticos y el afán explícito por ayudar a Beatriz Rodríguez en su aspiración política inmediata. ¿Realmente estarán convencidos ellos mismos de que la visita del ex gobernador contribuya de manera positiva entre el electorado del distrito 8? La capital del estado y los municipios metropolitanos, nunca le arrojaron aceptación y respaldo electoral favorable a Ulises Ruiz cuando más necesitó de esa solidaridad ciudadana. El tiempo, muy cercano por cierto, otorgará la respuesta.
Por su parte, José Murat empezó su agenda el sábado desde temprana hora tomando café en un café restaurante de la colonia reforma; bebida aromática que gusta y disfruta, tanto como su acostumbrado mezcal.
Siempre polémico, concediendo entrevistas y exhibiendo a todo aquel que le marcaba a su teléfono celular. Recibiendo justificaciones y disculpas por parte del presidente municipal de Xoxo a raíz de que el día anterior había sido anfitrión de Ulises Ruiz; llamadas de Samuel Gurrión para pedirle su atención a una llamada de uno de sus colaboradores cercanos; recibiendo y realizando llamadas de gente importante para él; acompañado de Juan Díaz Pimentel y teniendo en espera a políticos en decadencia y ansiosos buscadores de un respaldo suyo para poder acceder a un espacio público. Y así, transcurrió su agenda mediática y política: entre lo público y lo privado. Entre dar regaños y escuchar lamentos, entre su amplia gama de intereses personales y su oferta de sueños, entre la venta de esperanzas y la compra de ilusiones. Y Murat, igual que siempre. ¿Por qué habría de cambiar si así continua atrapando insectos en sus redes?
FUERA DE CONTEXTO: Cuentan que en 1998, siendo candidato a gobernador José Murat; uno de sus amigos cercanos le solicitó que llegado el día de rendir protesta como Gobernador Constitucional de Oaxaca, lo hiciera director de tránsito del estado; a lo cual, Murat se negó. Se trataba del hoy Notario Público en Zaachila, Jorge Zárate Ramírez. El argumento, contundente por cierto, tuvo sustento en el apodo por el que conocen al Notario: “El ratón”. ¿Cómo iba a tomar la sociedad oaxaqueña que ese cargo lo asumiera “un ratón”? A la vuelta de los años, Murat perdió esa objetividad y poco le importó mandar ahora a “el ratoncito” a una dependencia que atiende a las y a los habitantes más desprotegidos de Oaxaca.