*.- Ni tan-tan, ni muy-muy
*.- ¡Cuidado con el artículo 134!
*.- ¿Por qué no reformar el 81?
Rosy RAMALES
Hace algunos días, al recibir en visita oficial al Embajador de Chile en México, Ricardo Núñez Muñoz, el Gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, llamó “a consolidar la transición democrática para evitar el retorno de gobiernos verticales,”.
Eso ocurrió cuando destacó “que el Gobierno del Estado tiene la premisa de mejorar el andamiaje constitucional para que el proceso democrático que las y los oaxaqueños lograron en 2010 continúe vigente y sobre todo, se impida el regreso de gobiernos con modelos gubernamentales verticales y de partido único.”
Ups. Yo creo que el Gobernador de Oaxaca no debe emitir expresiones políticas como esas, que pueden ser de buena fe. Sin embargo, también pudiera entenderse como un acción de procelitismo en contra del partido que gobernó hasta que Gabino Cué ganó mediante una coalición de partidos políticos; o sea, en contra del PRI.
Y miren, dicha alusión se dio en referencia a elecciones locales, sobre todo en el contexto de los comicios del 2010 en que la coalición de partidos le ganó al PRI, pero alguien pudiera pensar que tiene jiribilla, pues ya estamos en pleno proceso electoral para las elecciones del 2015 de diputados federales, y se entendería como un mensaje hacia el electorado para que no vote mayoritariamente por un solo partido político. ¿El PRI o el que sea?
Ahora bien, en la praxis política la sucesión gubernamental está adelantadísima, lo cual se observa en el procelistismo que vienen haciendo los prospectos a suceder en la gubernatura a Gabino Cué, amén de los golpes bajos aque se están asestando entre sí. Entonces, cualquier expresión electoral de los prospectos o de las autoridades gubernamentales podría considerarse como procelistimo a favor o en contra.
Como dice el dicho: No hagan cosas buenas, que parezcan malas.
NI TAN-TAN, NI MUY-MUY
Yo creo que los ciudadanos del Estado de Oaxaca tienen todo el derecho de elegir en entera libertad la filiación política de su gobierno. Uy, aunque en los últimos tiempos las siglas salen sobrando porque el electorado viene mostrando una marcada tendencia a votar por la persona; o sea, por el candidato, no por el partido o los partidos.
Y miren, si bien el partido hegemónico tiende al autoritarismo, la coalición de partidos políticos tampoco lleva a los ciudadanos a vivir en un lecho de rosas. Hay excesos y errores en ambos casos, según lo revela la experiencia en distintas partes del mundo y, para no ir muy lejos, ahí está la experiencia de Oaxaca.
Por eso, lo ideal sería un gobierno que “ni tan-tan, ni muy-muy”, como dice la vox populi para referir equilibrio. Es decir, que no reprima, pero que tampoco tenga tolerancias excesivas a favor de los bloqueos, marchas, plantones y paros laborales educativos. Esa sería la única diferencia, porque en lo demás siguen patrones bastante parecidos, sobre todo en cuanto la falta de eficacia de servidores públicos (no todos), actuaciones dudosas y acuerdos inconfesables.
Incluso, también hay coacción a los empresarios y hasta el ofrecimiento de las mismas becas de apoyo para pago de salarios a los empleados de los comercios establecidos en el primer cuadro de la ciudad. ¡En lugar de ejercer la autoridad y desalojar a los manifestantes que se han posesionado del zocalo capitalino! Una de dos: O están de acuerdo o la autoridad no quiere caer en provocaciones como ocurró en Iguala, Guerrero. Aunque las circuntancias son ¡muy distintas!, ahí se trata de delincuencia organizada, y aquí de aliados electorales que tienen maniatadas a las autoridades a las cuales llevaron al poder.
En fin, retomando el tema. Siempre es mucho mejor, y es de democrátas, dejar en entera libertad a la ciudadanía de votar por la opción de su preferencia, sin coacciones de ninguna naturaleza.
¡CUIDADO CON EL ARTÍCULO 134!
Esta escribiente considera que el mandatario estatal debe cuidar sus expresiones, no sea que alguno de sus adversarios políticos lo acuse de violar principios constitucionales, por ejemplo, el de equidad establecido en el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuando refiere lo siguiente:
“Los servidores públicos de la Federación, los Estados y los municipios, así como del Distrito Federal y sus delegaciones, tienen en todo tiempo la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos.”
“La propaganda… que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social…”
Claro, el mandatario solo recibió al embajador chileno, no aplicó recursos en ese acto. Sin embargo, hizo expresiones políticas en un acto oficial, a las cuales cualquiera puede atribuirles alta carga electoral en el contexto del proceso electoral federal en marcha y los comicios locales venideros.
¿POR QUÉ NO REFORMAR EL 81?
Queridos lectores, el artículo 81 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, en su fracción XII, contiene una generosa disposición democrática al establecer que:
“El Gobernador no puede: Realizar alusiones u otras formas de comunicación, que incidan de algún modo sobre posiciones políticas que correspondan a los partidos y candidatos contendientes en el proceso electoral o emitir mensajes indirectos o implícitos que puedan tener efectos a favor o en contra de alguna opción política contendiente, desde el inicio de las campañas hasta concluida la jornada electoral…”
Un gobierno con vocación democrática promovería la eliminación donde dice “desde el inicio de las campañas hasta concluida la jornada electoral”, para dejarlo de manera abierta a todo el proceso, y si se pudiera mejor en todo tiempo.
***
Correo: rosyrama@hotmail.com
Descubre más desde Rosy Ramales
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.