Sergio LÓPEZ SÁNCHEZ*
Por quince años, a las y los oaxaqueños se nos ilusionó con el sueño de tener una carretera que redujera el tiempo y la distancia entre la capital y la región de la Costa. Pasaron tres presidentes y cuatro gobernadores con la promesa en la boca y las manos en los bolsillos. Y fue hasta ahora, con un presidente y un gobernador de izquierda, que la anhelada carretera pudo concretarse.
La complejidad de la orografía oaxaqueña, o la inversión requerida, no fueron los retos más grandes que enfrentó este proyecto, sino la construcción de consensos entre las poblaciones por las que cruza esta carretera, debilitados por dos décadas de mala gestión, promesas incumplidas y el desinterés.
Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su mandato, fue claro que el sureste mexicano viviría una nueva etapa histórica, que convertiría a estados como el nuestro en motor de desarrollo para todo el país. La construcción del Tren Maya y el Corredor Interoceánico han sido ejemplo de ello.
A esto, se sumó un cambio de política estatal, mediante la que el gobernador Salomón Jara Cruz planteó la construcción de un Nuevo Pacto Social, una nueva perspectiva de la relación entre Estado y Sociedad, basada en el diálogo permanente, en el trabajo de territorio y en la construcción de la paz.
El resultado de este cambio de modelo en el quehacer gubernamental se manifestó en la concreción de la nueva autopista, que requirió mucho más que inversión y voluntad; el amor a Oaxaca hizo posible construir los consensos para culminar la nueva carretera Oaxaca – Puerto Escondido.
Sin duda alguna, este proyecto será detonante de la economía y el desarrollo de los municipios de origen, paso y destino. Serán los próximos años, la colaboración de los tres niveles de gobierno y los poderes del estado, que permitan construir el desarrollo integral y sostenible que beneficie a la población y sostenga una perspectiva de justicia social.
La construcción de la carretera concluyó, pero la materialización del desarrollo de los pueblos de la Sierra Sur, la Costa y de todo Oaxaca apenas comienza.
Hoy, las y los oaxaqueños estamos llamados a la unidad, solidaridad y a contribuir en generar las condiciones para alcanzar el desarrollo, la justicia social y la paz que todas y todos queremos, y así lograr que Oaxaca continúe en la ruta del desarrollo y en el crecimiento económico para bien de todas las familias oaxaqueñas.
* .- Presidente de la Junta de Coordinación Política del H. Congreso del Estado de Oaxaca