Por Cipriano MIRAFLORES
Desde el México independiente hasta nuestros días se ha demandado que nuestras elecciones sean en las mismas condiciones para todos los partidos y candidatos.
Lamentablemente, en la misma ley electoral se reproduce la inequidad.
Por ejemplo, los partidos reciben financiamiento público de manera desigual, acceden a medios de igual manera, resulta que desde la ley algunos partidos tienen ventaja de inicio. La desigualdad se acentúa si el partido es federal o local, si gobierna o es oposición, si sus dirigentes son honrados o no.
En nuestro país ser oposición es un calvario, por eso muchos priístas ya se fueron a Morena, no soportaron competir en desigualdad.
Esta desigualdad origina el coyotaje electoral, si algún constructor ve que un candidato opositor puede ganar, lo financia y después cobra caro mediante obra pública. Si es gobierno mete mano en la caja de dinero público, por ello, es casi seguro que gane.
Urge una reforma electoral profunda que establezca piso parejo para todos. Pero AMLO y sus partidos piensan distinto, quieren ahondar las inequidades, de tal manera que ningún opositor gane una elección. Qué Dios nos agarre confesados.
Todas las equidades logradas van de reversa si logran alcanzar su Plan C. Así que ciudadanas y ciudadanos no se dejen, no apoyen esta locura, voten oposición y salven a nuestra incipiente democracia. Hagan que está ocasión gane Xóchitl y si no la hace, para la otra voten en contra. Pero que no nos quiten la oportunidad de hacerlo.
Así las cosas, en vía de mientras sean rabiosamente felices.
May, Mayepe