Carlos VILLALOBOS
En medio del bullicio cotidiano de Oaxaca de Juárez y su zona metropolitana, el transporte público se erige como una arteria vital para miles de personas. Sin embargo, últimamente, este servicio se ha vuelto el epicentro de un debate candente. ¿El motivo? Un intento de aumento en el precio del pasaje que ha encendido las alarmas de funcionarios públicos y usuarios.
Uno podría argumentar que el incremento propuesto es una respuesta a la inflación y al aumento en los costos operativos, como las llantas y la gasolina. A pesar de ello, la gran interrogante aquí es: ¿ha mejorado realmente la calidad del servicio? ¿Usted usuario ha vista alguna mejora?¿La experiencia de viaje ha mejorado?
La respuesta sencilla y corta: No
Es innegable que el transporte público es una columna vertebral en cualquier ciudad. Es más que un simple medio de desplazamiento; es la conexión que une a las comunidades. Pero, ¿está cumpliendo su función en la zona metropolitana de Oaxaca de Juarez?
El gobierno estatal, encabezado por el gobernador Salomon Jara, ha alzado su voz en contra de este aumento propuesto, y con razón. De acuerdo a la Secretaría de Movilidad, muchas de las empresas que buscan este incremento no cumplen con los requisitos mínimos de calidad y seguridad.
¿Cómo se puede justificar un aumento cuando las propias empresas no han cumplido con sus obligaciones? Solo ellos saben.
En conferencia de prensa, Claudina de Gyves Mendoza, titular de la Semovi, ha señalado que la mayoría de la flota vehicular no cumple con los mínimos de vigencia, y las revisiones físico-mecánicas son una rareza.
¿Es justo para los usuarios la exigencia en el aumento del precio del pasaje cuando ni siquiera se garantiza que los vehículos estén en condiciones adecuadas?
Desde las líneas camioneras, se habla de un supuesto «apoyo» a la comunidad al no haber aumentado aún el pasaje, sin embargo, es poco claro.
No debemos olvidar que el bienestar de los trabajadores del transporte también es crucial. Si el aumento del pasaje se traduce en mejores condiciones laborales para los conductores y demás personal involucrado(como personal administrativo, mecánicos o despachadores), entonces podríamos hablar de un avance real, mientras tanto, las cuentas que entregan a sus patrones sólo aumentan, obligando a que los camiones vayan a reventar sin respetar reglamentos básicos de tránsito.
El transporte público es un tema de vital importancia aquí y en India(por aquello de su peculiar sistema de transporte).
El caso del transporte público en Oaxaca de Juárez podría convertirse en un modelo a seguir. ¿Por qué? Porque en medio de la controversia, ha habido una disposición al diálogo. El gobierno ha demostrado su voluntad de escuchar a los transportistas y de abordar esta cuestión de manera justa.
Esta no es una lucha sin sentido. En realidad, es un ejemplo de cómo, a través de la ley y los reglamentos, se puede activar un proceso para garantizar que el transporte público sea seguro, eficiente y asequible para todos. Los estándares claros y requisitos, estan puestos y deben cumplirse antes de considerar un aumento en el precio del pasaje. Esto asegura que cualquier cambio sea justificado y beneficioso para la comunidad en general.
En tiempos de incertidumbre y desacuerdo, ver cómo las partes involucradas trabajan juntas hacia una solución es un rayo de esperanza. Puede que el camino hacia una resolución completa sea largo y sinuoso, pero el compromiso de encontrar una respuesta justa y equitativa es un paso en la dirección correcta.
La búsqueda de un sistema de transporte que funcione para todos es un recordatorio de que, a través del diálogo y el respeto por la ley, podemos avanzar hacia un futuro más brillante y más justo para nuestra comunidad.
No se trata solo de aumentar o no el precio del pasaje, sino de garantizar que los usuarios reciban un servicio de calidad y que los trabajadores gocen de condiciones justas. Mientras estas cuestiones no se resuelvan, aquí estaré, escribiendo estas columnas desde mi asiento, con la esperanza de un viaje mejor en el futuro.
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