Carlos Moreno y Cué tienen muy mala estrategia electoral, ¿o es buena?

Rosy RAMALES

Sin duda, negociar tarifas del transporte urbano en época de elecciones es muy mala estrategia electoral. Y autorizarlas y luego retractarse, peor, porque genera el enojo de los empresarios y de la ciudadanía cuando aquéllos realizan acciones como la del lunes pasado de bloquear los cruceros y calles principales del municipio de Oaxaca de Juárez.

Al perecer, al Secretario de Vialidad y Transporte (Sevitra), Carlos Moreno Alcántara, le está fallando la estrategia. Cosa rara porque es un político muy avezado en temas electorales, no solamente en términos de conocimiento de la ley, sino también en términos de praxis política. Y nuestro querido amigo, panista de abolengo y muchos años representante del PAN ante los órganos electorales, pues sabe que decisiones de gobierno erróneas en época de elecciones impactan negativamente al partido gobernante… bueno, en Oaxaca gobierna una coalición fáctica de partidos.

Como dice la canción de la Sonora Santanera: “(Y Carlos Moreno) lo sabe, lo sabe…” Entonces, mejor hubiera planteado a los concesionarios del Transporte Urbano dialogar y acordar, sobre el alza o no de la tarifa, después de las elecciones de diputados federales del siete de junio.

Vamos, el ocho de junio habría sido una fecha ideal porque los ciudadanos y ciudadanas con calidad de electores un día antes habrían descargado todo sus enojos o todas sus conformidades en las urnas electorales; claro, salvo aquellos considerados en el margen de voto duro, que votan por su partido político o coalición aún cuando hayan realizado acciones contrarias a los intereses del pueblo.

Y por esa fecha necesitarían negociar el alza o no, de prisa, porque después del proceso electoral federal sigue el proceso electoral local, el cual iniciará en la primera semana de octubre próximo para las elecciones en 2016 de Gobernador de Oaxaca, diputados locales y concejales a los ayuntamientos. Y cuando llegue el día de las elecciones locales, pues ya hasta se olvidó el alza del transporte urbano, de haberla.

¿O no? Porque pueden correr el riesgo de usar los términos de la decisión como bandera de campaña electoral, en contra de los partidos en el gobierno estatal o en contra de los partidos de los concesionarios.

Ups. Está en chino. El tema de la tarifa parece pintar para quedarse como está, al menos hasta después de las elecciones federales y tal vez hasta después de las locales, salvo que en la reunión que habrán de sostener la tarde de este miércoles los concesionarios con el Secretario General de Gobierno, Alfonso Gómez Sandoval Hernández, y el titular de Sevitra, Carlos Moreno Alcántara, acuerden incrementar la tarifa de 6 a 7 pesos, o de 6 a 6.50.

Uy, pero entonces posiblemente diversos grupos de estudiantes y organizaciones “sociales” saldrán a las calles a protestar y Dios no lo quiera, bloqueen los principales accesos, cruceros y calles del municipio de Oaxaca de Juárez; otra vez sitiados como el lunes pasado en que los automovilistas se quedaron atrapados y en algunos casos hasta en contra sentido. Y quienes carecen de auto, que son la mayoría, pues tuvieron que caminar para llegar a sus destinos. Los turistas perdieron vuelos y corridas de autobuses ante la imposibilidad de trasladarse a las terminales. Fue el caos.

Y el caos no le gusta a la ciudadanía. Con acciones como la del lunes pasado, tanto Gobierno del Estado como concesionarios del transporte, así como los partidos políticos de refilón, solamente se ganan el repudio ciudadano.

En fin, según revelaron algunos concesionarios, ese caos se generó porque Carlos Moreno Alcántara, en una reunión con ellos, les autorizó la tarifa de 7 pesos, en una negociación donde ellos pedían el aumento de 6 a 9 pesos. Pero quien sabe si hábilmente el titular de Sevitra nunca insinuó siquiera firmar el acuerdo y a los concesionarios se les barrió exigirlo. Se confiaron y el día primero de abril salieron cobrando el pasaje a 7 pesos, y ¡zaz! se armó el escándalo y la manifestación de sectores de la población descontentos con un aumento.

Inmediatamente el Gobierno del Estado negó públicamente haber autorizado el aumento de la tarifa del servicio del transporte urbano. Y Carlos Moreno también. Evidentemente los concesionarios se enojaron, sobre todo por los operativos donde le quitaban el peso al chófer del urbano para devolverlo al usuario. Y toda está situación provocó la decisión de los concesionarios de solicitar una audiencia con el gobernador, pero como dieron las 13:00 horas y nada, bloquearon con sus autobuses, que ya aguardaban en fila, todos los puntos neurálgicos.

El caos vivido el lunes pasado se hubiera evitado si Moreno Alcántara no autoriza el aumento, aunque ahora lo niega y los concesionarios no tienen como probarlo. Y sobre todo se hubiera evitado si el gobernador los recibe. ¿No le informarían de la solicitud de audiencia? ¿O deliberadamente no los recibió?

A ver cómo termina este conflicto de intereses, porque cada una de las partes tiene sus argumentos. Los concesionarios plantean la necesidad del aumento ante el incremento del combustible, el alza a las refacciones, la inflación, etc. Los grupos descontentos con incrementar la tarifa, aseguran que los concesionarios han incumplido los acuerdos, que sus carros siguen siendo chatarra y prestan un mal servicio. El gobierno tiene sus razones políticas, administrativas y tal vez hasta electorales.

Y los usuarios del transporte urbano tienen razón cuando dicen que no les alcanza para pagar un peso más, sobre todo si son muchos los integrantes de la familia.

¿Y si todo este lío precisamente en periodo electoral fue armado para que de pronto Carlos Moreno, Alfonso Gómez Sandoval o Gabino Cué, salgan como el Chapulín Colorado diciendo: “No contaban con mi astucia, salvé al pueblo, no habrá aumento de tarifa del servicio de transporte urbano”. Y entonces el pueblo aplauda y los electores acudan contentos a las urnas electorales.?

En fin, el tema es escabroso, delicado, difícil. Y en época electoral, más.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

 

 


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