Rosy RAMALES
El nombre de Ifigenia Martínez y Hernández se inscribe en la historia mexicana como un ícono femenino por su inteligencia, capacidad, talento, esfuerzo, convicciones, principios. Una mujer empoderada así, no por la traición, el chapulineo, la cuota, o la manipulación de mujeres, como pululan casos ahora.
Tales cualidades le permitieron trascender en la época más dura de la hegemonía priista, allá por los años ‘60 – ‘70. Y también su indeclinable convicción democrática y por la justicia social, lo cual le acarreó el encarcelamiento.
Fiel a sus principios y convicciones, abandonó el PRI junto con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo. Prefirió la lucha democrática y la persecución del Estado, que una vida cómoda llena de privilegios.
Hasta los últimos días de su vida militó en la izquierda. Y fue protagonista de la llegada de ésta al poder con las siglas de Morena. Solo vio el primer sexenio y el principio del segundo con la entrega de la Banda Presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer Presidenta.
En silla de ruedas, con oxígeno, pero Ifigenia se presentó a la sesión del Congreso General para la asunción de Claudia. Dado su delicado estado de salud, Ifigenia pudo haberse disculpado para faltar, pero seguramente sacó fuerzas de sus ideales democráticos para vivir ese momento histórico.
Quizá con ese acto, Ifigenia también entregó a Claudia la estafeta de la lucha de las mujeres de izquierda; lucha que no termina con la llegada al poder, sino más bien aquí inicia, porque ahora corresponde cristalizar los ideales de las antecesoras como Hernández y Martínez.
Ifigenia, junto con Cárdenas y Muñoz Ledo, fue fundadora de la Corriente Democrática en el PRI, tras su salida de este partido reúnen a las pequeñas fuerzas políticas en el Frente Democrático Nacional, más tarde fundaron el PRD. Y se cuenta que cuando éste se alía con la derecha, ella sigue a Andrés Manuel López Obrador.
Ifigenia fue economista de profesión con posgrado, servidora pública, legisladora, docente, investigadora y editorialista.
Este sábado, Ifigenia Martínez y Hernández murió a los 94 años (hay versiones que a los 99). Descanse en paz, una mujer ejemplo para las mujeres de cualquier ideología, sobre todo por su congruencia, principios y convicciones indeclinables.
LA SUPLENTE
En su momento, María Guadalupe Morales Rubio, también de Morena, deberá tomar posesión de la diputación que dejó vacante Ifigenia Martínez y Hernández, al ser su suplente en la fórmula, salvo que renuncie a asumir la curul, entonces se correría la lista plurinominal.
Ya en la presidencia de la Mesa Directiva, la Cámara de Diputados deberá seguir el procedimiento correspondiente para hacer la sustitución en dicho cargo, el cual es electo por el pleno legislativo.
Morales Rubio, profesora de Educación Primaria, fue Vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del Morena en la Segunda Legislatura del Congreso de la Ciudad de México; ex panista y ex perredista.
MONREAL
Ricardo Monreal Ávila, coordinador del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados y presidente de la Junta de Coordinación Política, tiene una indeclinable debilidad por los reflectores.
Pero no se ve nada bien que aparezca ofreciendo una rueda de prensa frente a los víveres recolectados en el centro de acopio instalado en San Lázaro, para las personas damnificadas por los huracanes John y Helene. Y de ahí derivaron fotos, videos, notas.
Qué le costaba dar la conferencia a un lado, sin salir él a cuadro. La ayuda humanitaria debe procurarse sin imágenes de ningún tipo, ni siquiera en redes sociales. Caso contrario, se presta a otras interpretaciones.
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