CRÓNICA POLÍTICA: La comparsa de los políticos mexicanos

Rosy RAMALES

En el papel de “La Llorona”, Claudia Sheinbaum Pardo cual alma en pena deambulaba por las calles del primer cuadro de la capital mexicana. Iba ataviada con vestido de gasa blanca y mantilla española cubriéndole el rostro. Gritaba: “Ay mis hijos, “ayyy mis hijos”. 

Un espeluznante lamento con ganas de desaparecer a Adán Augusto López Hernández con todo y compinche (Hernán Bermúdez Requena), a Gerardo Fernández Noroña, a Andy López Beltrán, a los hermanitos Monreal, a Mario Delgado, a Sergio Gutiérrez Luna, a “Dato Protegido”, y muchos más. También a Luisa María Alcalde Luján y al pleno de la Comisión de Honestidad y Justicia por la omisión de aplicar los lineamientos éticos. 

“Y los morenistas, lo saben, lo saben”, cantaba en ese momento la internacional Sonora Santanera que amenizaba la comparsa de los políticos, invitada por el diputado Sergio Mayer en el contexto de reconocer 70 años a este grupo musical, que del Salón Aurora de la Cámara Baja se pasaron al zócalo de la ciudad para animar la celebración de Todos los Santos y Fieles Difuntos.

“Que se cuiden todos (¡Ey!) Que ahí viene el mudo. Esos rebeldones (¡Ey!) Ahí viene el mudo”, seguía la Sonora, quien sabe si en alusión al profundo silencio de AMLO, o en referencia al líder cameral, Ricardo Monreal, por su mutis frente al bailongo; o al Secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfush, quien sigiloso y callado va tras los peces gordos; él, por cierto, participaba en la comparsa como “El degollador”, así que vestía atuendo igual al de la Santa Inquisición.  

Adán, Hernán, los hermanitos Monreal, Sergio y Datito, ataviados de diablos, bailaban otra de las famosas canciones de la Santanera: “Eres muy bonita, pero mentirosa”. Y Clara Brugada se sintió aludida por aquello se los baches que no son baches. Hacían un círculo, en medio del cual, ella bailaba vestida de Catrina.

Los senadores y senadoras tampoco se quedaron atrás; invitaron al hijo de “Chico Che” que en ese momento dedicaba una canción a Noroña, quien iba disfrazado de Payaso Tenebroso: “Quien pompo, quien pompo, casita quien pompo.”

Era una comparsa plural y democrática. Incluyó a la oposición. 

Alejandro Moreno Cárdenas (Alito), participó en el papel de “El sepulturero”. Vestía harapos. En una mano llevaba una pala y en la otra, una cruz con las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Lo acompañaban dos enterradores menores: Rubén Moreira Valdez y Carolina Viggiano Austria, con aspecto de Momias de Guanajuato. 

Jorge Romero Herrera, dirigente del PAN, venía con el disfraz de ilusionista modernizado, pero con la viva estampa de Frankenstein. Mientras que Jorge Álvarez Máynez lucía la espigüez de la Calaca Tilica y Flaca. 

Al estilo de las Muerteadas de Oaxaca, los dirigentes partidistas bailaban entre la multitud de la comparsa, confundidos entre tanto disfraz, y al ritmo de “los nenes con los nenes, las nenas con las nenas”. Luego pausaron el baile para escuchar la canción “Mi razón” interpretada por Paquita la del Barrio acompañada por la Sonora Santanera como en el disco de colección: “He perdido para siempre/Lo que fuera de mi vida el gran amor/He perdido por cobarde/Lo que tanto venero mi corazón/”

Dedicada, por supuesto, a los dirigentes partidistas de oposición, que con sus honrosas excepciones han perdido hasta su sección electoral. Paquita, que ahora vino del más allá, dejó escapar su clásica arenga ahora en plural: “Me están oyendo inútiles”. 

Cuál más se sintió aludido. Incluso, el titular de la Comisión para la Reforma Electoral, Pablo Gómez, en el papel de Moisés, personaje que, por cierto, nada tiene que ver asuntos de terror y con las fiestas de Todos los Santos y Fieles Difuntos, pero ya ven como son en la 4-T que todo innovan. Será porque le toca redactar los mandamientos electorales. 

Pablo, de túnica color terracota, le daba duro al bailogo al estilo Resortes, llevando como pareja a doña Rosa Icela Rodríguez, vestida de Catrina potosina. “Eso, así se baila”, animaban algunos presidentes de Organismos Públicos Electorales defendidos por la presidenta del INE, Guadalupe Tadeei, quien se disfrazó de manera estupenda de la Bruja con todo y Cuervo en el brazo.

El Cuervo era protagonizado por Víctor Hugo Carvente Contreras, titular del Órgano Interno de Control del Instituto; y muy en su papel el tétrico pájaro negro se le fue encima a las consejeras Dania Ravel y Claudia Zavala, queriéndo sacarles los ojos abandonadas por el TEPJF, ahí en la comparsa de los políticos. 

Por cierto, Janine Otálora renunció a participar en la comparsa. No así, la magistrada Mónica Soto y los magistrados Felipe de la Mata Pizaña, Felipe Fuentes Barrera y Reyes Rodríguez Mondragón. Se disfrazaron de zombies. Lo mismo que Claudia Valle y Gilberto Bátiz. Todos bailaban: “Es la boa/Es la boa/Es la boa…”

Mario Delgado venía de bastonero, hasta adelante de la comparsa junto con la “Mama Vieja” y un séquito de diablos y almas en pena que se hacen llamar “Protagonistas del cambio verdadero”. Bailaban al ritmo de la internacional Sonora Santanera con: “Camino por Narvarte, Polanco y Coyoacán. Mi anhelo de encontrarte me lleva al Pedregal. Te busco por Guerrero, La Villa, y Tizapán. Por la Colonia Obrera y no te puedo hallar”. 

También al ritmo de una de famosa canción de Chico Che: “De quenchón, los piecitos que bailan mi ritmo/ De quenchón, los detalles que me gustan más…”

Y es que en la comparsa había duelo de sonoras y grupos musicales. 

De pronto se escuchó: Métele la Wilson, métele la Nelson, la quebradora y el tirabuzón/ Quítate el candado, pícale los ojos, jálale los pelos, sácalo del ring/”.

Brujas, catrinas, fantasmas, zombies, diablos, vampiros y demás personajes tenebrosos de la comparsa, ciertamente gritaban así enardecidos al ritmo de la canción de la Sonora Santanera. Porque en el ring estaban “Payaso Tenebroso” (Noroña) y “El sepulturero” (Alito) dándose de puñetazos, también otros dos rudos: Theodoros Kalionchiz (PAN) y Ricardo Mejía Berdeja (PT).

“No creo en los golpes, ni en el discurso irracional”, declaraba a la prensa el Diablo Mayor, don Ricardo Monreal. Mientras, el diputado morenista Cuauhtémoc Blanco, disfrazado de Drácula, pedía participar en la comparsa pero desde una cancha de pádel. Y el vicepresidente de la Mesa Directiva, Raúl Bolaños Cacho Cué, en el papel de “El Monje Loco”, decía: “Nadie sabe, nadie supo…”, soltando una risa macabra anunciando así el inicio de otra historia de terror de la Cámara de Diputados.

La comparsa era todo un éxito. Había lleno total en el zócalo capitalino como en las asambleas informativas de Morena. Igualito llegaron contingentes de diversos estados. Oaxaca no podía faltar con el desfile de sus famosas Muertadas. Hasta montaron una escena de Don Juan Tenorio, protagonizado por el gobernador Salomón Jara, quien decía a la Revocación (de Mandato): “¿No es verdad ángel de amor, que en esta apartada orilla, el sol más bonito brilla y se respira mejor?” 

Diablos, brujas, catrinas, calacas, vampiros y todos los personajes de la comparsa bailaban al ritmo de las pegajosas canciones de Chico Che y de la Sonora Santanera. A la media noche del 1º de noviembre la comparsa, el baile, estaban en su apogeo. Fue entonces que se volvió a escuchar aquél desgarrador lamento: “Ay mis hijos, “ayyy mis hijos”.

(Espero haya sido de su agrado esta comparsa imaginaria, y que hayan tenido felices Días de Muertos)

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