Raúl CASTELLANOS
“RIESGOS Y CONSECUENCIAS DE JUDICIALIZAR LA POLÍTICA”; el tema es recurrente en todo el mundo, tratándose de eliminar un adversario incómodo, se aplica la fórmula de llevarlo ante tribunales de consigna, donde a partir de imputaciones falsas, amañadas, se confeccionan “trajes a la medida”, se desecha argumento alguno de inocencia y se dicta sentencia sumaría; cuando los temas de la política se judicializan, se individualizan y el señalado adquiere la condición de presunto culpable hasta que no demuestre lo contrario, difícilmente prevalecerá la ley; casos paradigmáticos los hay en el pasado reciente, en Egipto en medio de una intensa lucha a muerte por el poder, el 16 de junio el Tribunal Penal de El Cairo ratificó la pena de muerte impuesta al ex presidente Mohamed Morsi y por aquello de las dudas le agregó la de cadena perpetua a él y 16 islamistas, por espionaje, revelar secretos de seguridad nacional y colaborar con organizaciones extranjeras, ya como fin de fiesta también condenaron a muerte a tres destacados líderes de los Hermanos Musulmanes, Jairat al Shater, Mohamed al Beltagui y Ahmed Abdelati por los mismos motivos, además de incitar a la rebelión; Hosni Mubarak antecesor de Morsi, después de gobernar 30 años a sangre y fuego, renunció el 11 de febrero del 2011 tras una serie de protestas, el 12 de abril sufrió una crisis cardiaca, al día siguiente fue arrestado, el 2 de junio de 2012 fue condenado a cadena perpetua con la posibilidad de en otro juicio ser sancionado con la pena de muerte, en esas andaban, cuando el 3 de julio del 2013 se produjo un golpe de estado del que surgió como hombre fuerte el presidente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas Abdul Fatah al-Sisi, se suspendió la Constitución, se formó un gobierno interino con Adli Mansur como presidente, se convocó a elecciones, que ganó al-Sisi por arrolladora mayoría; con los cambios políticos, una corte anuló el juicio –de Mubarak- y ordenó su repetición, en noviembre de 2014 Mubarak fue absuelto por la muerte de manifestantes, finalmente en mayo de 2015 por un juicio que faltaba, se le impuso una condena de 3 años y una multa, ironías de la vida la sesión tuvo lugar en la misma sala donde condenaron a muerte a Morsi, al día de hoy Mubarak agoniza en un hospital; sin entrar al tema de las culpas y responsabilidades en que incurrieron al amparo del poder ambos, Mubarak y Morsi, es evidente que la justicia se plegó a los vaivenes de la política; el tema no es menor, también suele ocurrir en países del “first world”, en Francia, Nicolás Sarkozy enfrenta varios juicios con marcado acento político, un juez ya fue destituido por “imparcial”, que van desde las acusaciones por haber financiado su primera campaña con dinero de Gadafi, hasta el caso Liliane Bettancourt la anciana heredera de la fortuna del imperio de cosméticos “L’ Oréal” a quien aprovechándose de su senilidad –se señala- Sarkozy y socios la extorsionaron con engaños para hacerse de miles de euros para la campaña; en este contexto, otro Nicolás, éste Maduro, ha sido, en lo que faltaba x si algo faltare, exhibido en sus prácticas de como “hacer justicia”, castigar, vengarse, serían términos más correctos, de sus opositores, valiéndose del poder judicial de Venezuela, sometido a sus estólidos rencores políticos; recién el sábado se conoció de la fuga hacia la isla de Aruba, acompañado de su familia, de Franklin Nieves, uno de los tres fiscales que Juzgaron y condenaron a Leopoldo López, quien en un video difundido por el portal de noticias “La patilla”, acepta haber contribuido, validando pruebas falsas durante el juicio, a la condena de Leopoldo López, en la grabación de 4 minutos asegura que lo hizo por “la presión del Ejecutivo Nacional y de sus superiores”; Nieves a quien se le reconoce una larga trayectoria con criterio independiente afirma “pronto voy a decir la verdad de lo que ocurrió antes, durante y después del juicio” –a Leopoldo- y advierte “a partir de este momento van a escuchar descalificaciones e injurias en mi contra y se van a sembrar, pruebas falsas, no ahora contra Leopoldo López, sino en contra de mi persona”; Antonieta Mendoza, madre de Leopoldo comentó “que un fiscal haya tenido que huir del país para poder hablar, muestra el estado de nuestra democracia”; por su parte el régimen de Maduro, tomado por sorpresa, ha optado –hasta hoy- por el silencio, los medios oficiales, que son casi todos han hecho mutis; sin duda la huida y denuncia del propio juez que llevó la causa –de López- es un misil que pega a la línea de flotación de Nicolás Maduro, es de esperarse una intensa condena internacional; como usted advertirá el caso en cuestión muestra una de las caras más deleznables de los farsantes que envueltos en ropajes de demócratas, utilizan al poder judicial para tomar venganza de sus adversarios…¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?… RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / RCMULTIMEDIOS.MX
