El Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el viernes recibió la renuncia formal de la diputada local Mariana Benítez Tiburcio a este instituto político, informó.
Al respecto, el CDE del PRI, expresó que respeta a la decisión tomada por la legisladora, pues militar en un partido político tiene que ver con lo ideales, convicciones y compromiso de cada persona y dejar de hacerlo es un derecho y una decisión personal.
Sin embargo, la salida de Mariana Benítez y en su momento de otros cuadros no se entiende y mucho menos se comprende, toda vez que ellos tenían un compromiso ineludible con el partido, compromiso que aceptaron tácitamente al asumir la diputación plurinominal.
Por tanto y dados sus argumentos para dejar de lado su militancia y su obligación, en congruencia deberían dejar las diputaciones que detentan, aunque la ley no lo prevea porque a la militancia no se le hace justo que ocupen el espacio del partido y trabajen para otro tipo de intereses que nada tiene que ver con nuestra organización política.
Si no quieren que el priismo les escupa en la cara su traición deben dejar las curules que se obtuvieron por el voto hacia el PRI y no hacia ellos.
Hay cientos de mujeres con merecimientos mayores, con trabajo probado y con convicción a toda prueba que sin duda se sentirán ofendidas por esta decisión tomada por Mariana Benítez, porque queda claro que los que hoy se van cuando el partido más los necesita, no valoraron lo que se les dio, no aquilataron la oportunidad que el PRI les otorgó y no honraron su palabra, ni su compromiso para con el partido.
El priismo oaxaqueño lamenta su decisión, pero deja en claro que su renuncia no incide en la grandeza del partido y mucho menos merma el trabajo que se ha iniciado con miras al 2024, en donde vale la pena decirlo será indispensable que quienes lleguen a esos espacios sean mujeres y hombres de reconocida militancia de convicción a toda prueba y de compromisos ineludibles.
En el PRI todos somos importantes, pero nadie es indispensable. El PRI hace diputados, no los diputados hacen al PRI.
(Con información del PRI)