CALEIDOSCOPIO: ¿Miedo a las redes o a la opinión?

Guillermina GÓMORA ORDÓÑEZ

Sin querer, queriendo, el senador del PRI, Omar Fayad, se encuentra en el ojo del huracán y a un paso de la hoguera, luego de presentar al pleno de la Cámara alta la iniciativa de Ley Federal para Prevenir y Sancionar los Delitos Informáticos.

Propuesta que en primera instancia suena razonable, si partimos de la justificación que hizo Fayad al hacer pública la idea: “Decíamos que hay 3 mil millones de cibernautas en el mundo, lo que equivale al 40 por ciento de la población; de ellos, son víctimas de la ciberdelincuencia 12 por segundo o dicho de otro modo, 1 millón diarios o 365 millones al año, víctimas.

“En México hay 53.9 millones de cibernautas, lo que representa el 43 por ciento de la población nacional; y somos considerados como uno de los países con mayor actividad en la red, esperando que dentro de un par de años lleguemos al 98 por ciento de la cobertura.

“Pero esto nos ha llevado a reflexionar sobre una serie de conductas que no están con la precisión debida, reguladas en la legislación mexicana o algunas ni siquiera existen y han generado pérdidas económicas por el orden de los 3 mil millones de dólares.

“Y ante el acelerado crecimiento de estas conductas, como programas maliciosos, fraude mediante el phishing, el pharming y otra serie de conductas; hoy tenemos que dar en el Senado de la República, una respuesta al problema.

“De ninguna manera, pretendemos coartar ninguna libertad de Internet. Lo que hay que buscar es cómo son ahora las nuevas conductas delictivas a través de los medios informáticos y de telecomunicaciones.

“Cuáles son esas conductas que afectan los derechos de las personas, que lastiman los derechos de las personas y que hoy tienen que ser enfrentadas con una legislación que responda a esas nuevas conductas”. Hasta aquí algunas de sus premisas.

Sin embargo, sus argumentos verbales se contradicen con la redacción del documento que registra algunas imprecisiones en la definición; los castigos penales y económicos de los “ciberdelitos”, la libertad de expresión y el derecho a la información de los ciudadanos.

Para muestra, el artículo 22, sobre “Divulgación de Información de Carácter personal”, que dice: “A quien, sin la autorización correspondiente, revele, difunda o ceda, en todo o en parte, información privada referente a imágenes, audio, video o la información sensible de usuarios, obtenidos por cualquier medio, se le impondrán de seis a doce años de prisión y multa de ciento cincuenta a doscientos días de salario mínimo vigente”.

¡Órale! Se acabaron las exclusivas como la de Ignacio Vizcaíno Tapia, autor de las fotos del helicóptero en el que David Korenfeld, titular de la Comisión Nacional de Agua, se trasladaba en cielos del Distrito Federal, para asuntos privados con todo y familia.

De los medios que las difundan, ni hablar. La orfandad legal y nula claridad sobre los límites para determinar el concepto “sensible” y la falta de los parámetros de interés público e informativo, en esta ley, nos deja vulnerables y con las manos atadas.

Nadie se opone al castigo de los delitos cibernéticos que cuestan millones de dólares o atentan contra la gente, sobre todo niños y mujeres, pero la “#Ley Fayad”, como ya se le conoce, deberá pasar varios filtros e integrar la opinión de expertos en el tema, si se busca la aprobación antes de convertirla en un bozal.

Como escribimos en julio de 2013, (http://ferriz.com.mx/ideas/ciberdemocracias) las formas de organización nacidas en internet se multiplican y se afianzan en el tejido social, por lo que, retomar la inquietud de regular el uso y operación de las redes sociales, para prevenir los delitos, debe evitar a toda costa caer en la tentación de la censura.

Es necesario buscar un equilibrio entre la responsabilidad del uso de éstas y la libertad en su ejercicio. Las redes sociales revolucionan y liberan. Democratizan. Han dejado de ser un espacio de ocio para convertirse en una herramienta ciudadana que transforma las relaciones entre el Estado y la sociedad.

Vericuentos

¿Fórmula 2018?

El velódromo político, tiene un puntero: Miguel Ángel Mancera, luego de la realización del premio Fórmula 1, que dejó una derrama superior a los mil millones de dólares para la ciudad. Más de 520 millones de telespectadores en todo el mundo vieron el evento y la ocupación hotelera se reportó 100 por ciento. Su coequipero, Luis Serna, estuvo el fin de semana con él y aprovechó para recordar como lograron superar los aciagos momentos que vivieron el año pasado por los problemas de salud del jefe de Gobierno capitalino. Por cierto, la Canaco aprovechó el foro para rechazar actos de extorsión y la presencia del crimen organizado en la capital y pedir que no desaparezca la Policía Metropolitana Granaderos.

Cuentas claras

Luego de la polémica por el uso correcto del presupuesto para 2016 y evitar los “moches panistas”, el líder del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, afirmó que lo aprobado cuenta con altos estándares de transparencia, que permitirán continuar con el manejo responsable de las finanzas públicas, sin nuevos impuestos.

El espíritu de Díaz

Todo listo en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal para la reelección de Edgar Elías Azar, al frente de la institución. En corto sus compañeros de gabinete le llaman “el Porfirio Díaz del poder judicial”.

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