*.- Alberto Benítez, ¿haciendo plaza electoral?
Rosy RAMALES
El fin de semana estuvo en la Mixteca don Heladio Ramírez López, ex Gobernador de Oaxaca. Las festividades de Todos los Santos lo llevó a su natal Santa María Ayú para estar con los suyos, y también se dio una vueltecita por Huajuapan de León, donde lo invitaron a dar una conferencia como presidente de la Fundación Ayú.
Ojalá y todos los ex gobernadores guardaran distancia de Oaxaca como lo ha hecho don Heladio desde cuando terminó su mandato. Hasta ahora es que se presenta un poco más en público, pero en sus visitas siempre ha sido muy prudente y nunca se le vio intentando poner sucesor a los mandatarios posteriores a él, ni alborotando grupos políticos.
Y miren que pudo haberlo hecho porque a lo largo de su sexenio generó una ola natural de simpatizantes hacia él, sobre todo entre los pueblos y comunidades indígenas, porque muchas de sus acciones de gobierno fueron enfocadas a mitigar las carencias y sentar bases de desarrollo. Un trabajo titánico, sin duda, en una entidad inmersa en la pobreza.
Ideó programas sociales como, por ejemplo, “Atajar el agua a como de lugar”, “Lluvia, tequio y alimentos”, en los cuales las comunidades ponían su trabajo y su entusiasmo. Caminaba los pueblos sin importarle ensuciarse los zapatos. Es probable que su trabajo social haya servido como muro de contención a una insurgencia mayúscula como en Chiapas.
Fue un gobernante muy sencillo, que siempre defendió sus raíces. Por eso la aristocracia oaxaqueña no lo quería, pero ni falta que le hacía porque tenía de su lado a la mayoría de los pueblos y comunidades indígenas. Mucho tiempo tardó, por cierto, en que quitaran su fotografía de algunos palacios municipales.
Ciertamente, tenía sus pecados, digamos. Por ejemplo, la conformación de su gabinete con ciertos amigos que poco le ayudaban. Pero sus pecados fueron muy menores en comparación a los pecados de los mandatarios posteriores. No se supo que el sexenio le haya servido para acumular riquezas o hacer negocios con el erario.
En alguna ocasión, poco después de concluido su mandato coincidimos en la Ciudad de México, en su casa; una casa sin grandes lujos, eso sí con un despacho y muchos libros. Y me atrevería a decir que hasta con calor de hogar, ese calor que difícilmente se respira en la casa de los políticos poderosos. Su esposa, doña Narcedalia, también siempre amable y sencilla, nos saludó y ofreció una tasa de chocolate oaxaqueño.
No tengo recuerdos negativos del sexenio de don Heladio, ni de su persona. Lo conocí en los últimos años de su mandato, yo recién ingresando al mundo de la comunicación y del periodismo. Su estilo era muy distinto a todos los posteriores:
Es cierto, al final de su sexenio se concedió al magisterio participación en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. Sin embargo, los términos de la minuta fueron interpretados de modo distinto, siempre a conveniencia de los maestros y de los grupos que arribaban a la gubernatura de Oaxaca.
En fin, hasta los hijos de don Heladio han sido prudentes en hacer política en el estado de Oaxaca, donde Narcedalia Ramírez Pineda, ha hecho un importante trabajo social desde la Fundación Ayú y ahora como directora del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES). No hay que perderla de vista, porque puede ser una buena carta en el destino de nuestra entidad.
ALBERTO BENÍTEZ, ¿haciendo plaza electoral?
Pues de acuerdo a información oficial, el Subsecretario de Planeación e Inversión Pública de la Secretaría de Finanzas, Alberto Benítez Tiburcio, realizó una visita de trabajo por el Istmo de Tehuantepec “atendiendo la instrucción del Gobernador Gabino Cué Monteagudo de fortalecer las giras municipales con el objetivo de detonar y fortalecer el desarrollo regional del estado”.
La gira fue en el marco del próximo Quinto Informe de Cué. El Subsecretario visitó cerca de 18 obras ejecutadas en Ciudad Ixtepec, Asunción Ixtaltepec, Santa María Xadani, Salina Cruz, San Pedro Comitancillo y San Blas Atempa, con una inversión de alrededor de 200 millones de pesos.
Ciertamente, la gira de Alberto tiene ese propósito institucional. Pero cabe preguntar: ¿Lo mandarían para hacer plaza electoral al mismo tiempo? Dice la vox populi: “Piensa mal y acertarás”. ¿O es la excepción?
Y no estaría mal. Vienen las elecciones de diputados locales y Alberto Benítez puede ser un rostro nuevo en la pretendida alianza PRD-PAN, una alternativa frente a los mismos de siempre y una alternativa con preparación académica.
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Correo: rosyrama@hotmai.com
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